Agostinho de Hipona

SERMÃO DA MONTANHA

“Bem-aventurados os que padecem perseguição pela justiça, porque deles é o Reino dos Céus” [v. Bem-aventurados Perseguidos].

Esta oitava bem-aventurança que é retorno à primeira e que nos mostra o homem elevado à perfeição, podemos talvez compreendê-la, já figurada no Antigo Testamento, pela circuncisão feita no oitavo dia. Também, pela ressurreição do Senhor depois do sábado, no oitavo dia, que é também o primeiro. Ou pela celebração dos oito dias que seguem a regeneração do homem novo [o batismo]. E pelo próprio número de Pentecostes. Com efeito, o número sete, multiplicado sete vezes, resulta em quarenta e nove. Acrescenta-se um oitavo para que se completem cinquenta e voltamos ao ponto de partida. Nesse dia, foi enviado o Espírito Santo pelo qual somos conduzidos ao Reino dos Céus, e que nos põe na posse da herança. Dá-nos ele o prêmio de sermos consolados e alimentados; a misericórdia nos é outorgada, assim como a pureza e a paz. Aperfeiçoados desse modo, tornamo-nos capazes de suportar pela verdade e a justiça todas as perseguições exteriores que nos atingem.

René Guénon

OS SÍMBOLOS DA CIÊNCIA SAGRADA

Le Roi du Monde, cap. XI; ‘V “L’ ‘Omphalos’, symbole du centre” en Reg., junio de 1926. He aquí el pasaje que importa conocer: “Un ejemplo notable de figuración del Ómphalos es el betilo de Kermaria, cerca de Point-l’Abbé [Finisterre], cuya forma general es la de un cono regular, redondeado en el vértice. En la parte inferior hay una línea sinuosa que podría no ser sino una forma estilizada de la serpiente […]; el vértice está rodeado de una greca. En una de las caras hay un svástika; y la presencia de este signo [del cual, por lo demás, la greca es un derivado] bastaría para confirmar de la manera más neta posible la significación de ese curioso monumento. En otra cara hay otro símbolo no menos interesante: es una figura con ocho rayos, circunscripta por un cuadrado, en vez de serlo por un círculo, como la rueda; esta figura es, pues, enteramente comparable a la bandera británica, que debe ser igualmente de origen celta. Lo más extraño, es que este signo del betilo de Kermaria se encuentre exactamente reproducido, en varios ejemplares, en el grafito del torreón de Chinon […]; y en el mismo grafito se ve además la figura con ocho rayos trazada sobre el escudo oval que sostiene un personaje arrodillado. [[Este escudo recuerda netamente la rueda de ocho rayos, así como el de la figura alegórica de Albión, que tiene la misma forma, recuerda la rueda de seis rayos, según lo que hemos señalado.]]. Este signo debe de haber desempeñado un papel bastante importante en el simbolismo de los Templarios [[La misma figura ha sido conservada además en la Masonería moderna; pero en ella se la considera solo como la ‘clave de las cifras’, y se muestra que, en efecto, es posible descomponerla de modo de obtener todas las cifras árabes en forma más o menos esquematizada.]], pues ‘se encuentra también en antiguas encomiendas del Temple; se la ve igualmente, como signo heráldico, en un gran escudo de armas, en la cabeza de la estatua funeraria de un templario del siglo XIII, de la encomienda de la Roche-en-Cloué [Viena], y en una piedra esculpida, en la encomienda de Mauleon, cerca de Châtillon-sur-Sévre [Deux-Sèvres]’ [[Charbonneau-Lassay, Le Coeur rayonnant du donjon de Chinon, pág. 16.]]. Esta última figuración es, por otra parte, la de una rueda propiamente dicha; y no es sino un ejemplo entre muchos otros, de la continuación de las tradiciones célticas a través de todo el Medioevo. Hemos omitido señalar antes, acerca de dicho símbolo, que una de las significaciones principales del número 8 es la de ‘justicia’ y ‘equilibrio’, ideas que, según lo hemos mostrado, se vinculan directamente con la del Centro [[Sabida es también la importancia de la Ogdóada para los pitagóricos.]].


O número 8 pode ter aqui uma certa relação com o simbolismo cristão do Sol Justitiae [cf. a oitava lâmina do Taro]. O Deus solar diante do qual está colocada essa figuração tem em uma de suas mãos “um disco e uma barra que são representações convencionais da linha de medir e da vara de justiça”; acerca do primeiro desses dois emblemas, lembraremos a relação existente entre o simbolismo da “medição” e o dos “raios solares”. [Guénon]

Elémire Zolla

Místicos do Ocidente

En las Upanisad se reparten según el ocho los elementos [éter, aire, fuego, tierra, mente, sobremente o buddhi, conciencia], el cuerpo [piel, epidermis, carne, sangre, hueso, grasa, médula, semen], la gama de estados del hombre [justicia, conocimiento, renuncia, majestad, injusticia, ignorancia, no renuncia, pobreza], la virtud [compasión, perdón, ausencia de malicia, pureza, ausencia de esfuerzo, bondad, liberalidad, ausencia de deseo].

«Es el primer día de la semana después del siete y, sin embargo, es el primero», dice Justino en el Diálogo con Trifórr, es la retoma de la consonancia tras la disonancia, el día de la resurrección, porque, terminada la semana, comienza la ogdóada, «el ayer ha terminado, comienza el hoy eterno» [Ambrosio, Cartas, XLIV, 17]. Dice Macrobio que es signo de paz, porque es quaterna bis, por tanto corresponde al cielo de las estrellas fijas, situadas tras los siete grados planetarios. Noé es la octava persona del arca, prefiguración del bautismo, afirma la Primera epístola de Pedro [3,20-21], de ahí el perímetro octogonal de los baptisterios. Ocho son las bienaventuranzas; en las asociaciones psicoanalíticas, el ocho está siempre en relación con el infinito y la muerte. En un escrito cristiano copto del siglo VII, titulado Preguntas de Teodoro, se dice: «”¿Qué hay dentro de los siete velos?”. “El fuego ardiente”. “¿Y en el interior del fuego?”. “Para eso no hay respuesta”».

Alain Porte

Vedanta: ALAIN PORTE, LES PAROLES DU HUIT-FOIS-DIFFORME

para explicar o oito-vezes-disforme, Ashtavakra, nos veio ao espírito uma palavra do deus Krishna dirigida a seu amigo Arjuna [Bhagavad Gita VII, 4-5]”«Terra, Água, FOgo, Ar, Éter, Pensamento, Consciência e sentido do Eu, tais são as oito divisões de minha Natureza.

Afirmação seguida por: «Ela é manifestada, mas saiba que possuo uma outra natureza, não manifestada, encarnada no ser vivente: é ela que sustenta o mundo».

à luz do jovem Ashtavakra, o oito-vezes-disforme, fisicamente afligido de deformações a poucos dias de seu nascimento no mundo dos homens, poderia se dizer que nascer, se encarnar em um corpo, já seria como ser «desfigurado» pelas aparências, dividido, despedaçado, e portanto intrinsecamente des-unido.

Aí onde Krishna se contenta em anunciar os componentes de toda natureza humana, sem retirá-la de um julgamento, Astavakra adicionaria o brilho de um quase sarcasmo: possuir uma forma, já é ser disforme, é naufragar na dualidade consubstancial à natureza do mundo, é desde a origem, uma desintegração. Tal é a vida. Ou, como se sabe, o berço das formas manifestadas, é o Ser, o Uno sem segundo, esta «outra natureza, não manifestada, encarnada no ser vivente» que evoca Krishna. Esta natureza é sem começo nem fim; o pensamento não a pode conceber; a palavra não a pode exprimir. Ela é imutável, além do espaço e do tempo.

A água da Consciência Una permitiria a reconciliação de todas as partes da «alma», assim como o rio Samanga [significando a integridade-de-seus-membros], restaurou o corpo deformado de Ashtavakra a sua perfeição natural, conforme a lenda contada no Mahabharata.

Números e Geometria