PREFACIO
Las cosas hechas por arte responden a las necesidades humanas o, en otro caso, son lujos. Las necesidades humanas son las necesidades de la totalidad del hombre, que no vive sólo de pan. Eso significa que tolerar comodidades insignificantes, es decir, comodidades que no tienen ningún significado, por muy cómodas que puedan ser, está por debajo de nuestra dignidad natural; la totalidad del hombre necesita cosas bien hechas que sirvan al mismo tiempo a las necesidades de la vida activa y a las de la vida contemplativa. Por otra parte, el placer que se tiene en las cosas hechas bien y verdaderamente, no es una necesidad en nosotros, independiente de nuestra necesidad de las cosas mismas, sino una parte de nuestra verdadera naturaleza; el placer perfecciona la operación, pero no es su fin; los propósitos del arte son enteramente utilitarios, en el sentido pleno de la palabra según se aplica a la totalidad del hombre. Nosotros no podemos dar el nombre de arte a nada irracional.
EL ARTE ASIÁTICO
ATENEA Y HEFESTO