Coomaraswamy (Transmigrante) – Senhor dos Sopros

Este Brahma «más alto» (para) es ese «Uno, el Gran Sí mismo que establece su sede en matriz tras matriz (yo yonim yonim adhitisthati ekah… mahatma)… como el omniforme Senor de los Soplos (visvarupah… pranadhipah) vaga errante (samcarati = samsarati) junto con sus propias acciones, cuya fruición saborea (upabhoktr; v. Senciente), y, una vez asociado con la conceptualidad y la noción “Yo soy”, es conocido como el “más bajo” (apara). Ni macho ni hembra ni neutro, sea cual fuere el cuerpo que asume, a él está uncido (yujyate)1 : por medio de los enganos del concepto, el tacto y la visión, hay nacimiento y crecimiento del Sí mismo con la lluvia de alimento y de bebida2 ; el Sí mismo incorporado (dehi)3 asume las formas funcionales en sus estaciones en orden regular (karmanugany anukramena dehi sthanesu rupany abhisampadyate)4 … y debido a su conjunción con las cualidades, tanto las suyas propias como las de la acción, parece ser “otro”» («tesam samyogahetur aparo5 ‘pi drstah» Svetasvatara Upanishad V.1-13, condensado).


NOTAS:

1 Yujyate, como samyoga abajo, como en Bhagavad Gita I.26, donde todo nacimiento se dice que depende de una «conexión » o «enyugamiento» (samyoga) del Conocedor del Campo con el Campo. Inversamente, asamyoga, «Liberación», «desenyugamiento», Maitri Upanishad VI.21.
2 «La nutrición del “sentido-de-la-percepción” que (el autor del Génesis 2:5) llama en sentido figurado “lluvia”» (Filón, Legum allegoriae, I.48). Aquí con referencia al Soma traído por el halcón, y a la «Lluvia de Prosperidad» (vasor dhara). Del «tacto»; a causa de que «toda experiencia nace-del-contacto» (Bhagavad Gita V.21), cf. Coomaraswamy, «Note on the Stickfast Motif», 1944.
3 El Sí mismo incorporado (dehi) de Bhagavad Gita II.18 sig., y el Sí mismo raudo y vibrante (vipascit) de Katha Upanishad II.18, 19, que jamás deviene alguien, sino que pasa de un cuerpo a otro, y que no es matado cuando el cuerpo es matado, innacido aunque puede concebirse como naciendo continuamente y muriendo continuamente. Esta es precisamente la doctrina del Alma inmortal que Platón cita como la de los sacerdotes y sacerdotisas instruidos: «Ellos dicen que el alma del hombre es inmortal, y que en un tiempo acaba, lo cual ellos llaman “morir”, y en otro nace de nuevo, pero nunca perece» (Menón 81AB). El Sí mismo incorporado (dehi, paramatma… sarirasthah) ha de ser distinguido del sí mismo elemental (bhutatman, bhutagana, Maitri Upanishad III.2, 3). El primero es el Sí mismo imperecedero (avinasyat) de Chandogya Upanishad VIII.5.3 y de Bhagavad Gita XIII.27, el segundo brota de los elementos y perece (vinasyati) con ellos (Brhadaranyaka Upanishad II.4.12).
4 Estas palabras describen la entrada del Sí mismo en un cuerpo y su extensión dentro de él en la forma de las Inteligencias (Soplos, poderes de alma) que operan a través de las puertas de los sentidos, como en Maitri Upanishad II.6, etc. Karmanugani, «correspondientes a la variedad de las acciones que han de ser cumplidas», como en Brhadaranyaka Upanishad I.5.21, «”Yo voy a hablar” comenzó la Voz» etc. Los poderes del habla, vista, pensamiento, etc., «son solo los nombres de Sus actos» (Brhadaranyaka Upanishad I.4-7) —no «nuestros» (Bhagavad Gita III.27). «Aturdido por la noción de un “yo que actúa”, el sí mismo cree que “yo soy el actor”»; similarmente, incontables textos budistas; cf. Filón, Legum allegoriae I.78, «Nada me parece tan vergonzoso como suponer que “yo” sé y que “yo” percibo. ¿Mi propio intelecto el autor de su propia intelección? ¿cómo podría ser eso?» Anukramena, como yathayatanam en Kausitaki Upanishad III.3 y Aitareya Upanishad II.3, y yathakramena en Maitri Upanishad VI.26, «Como los rayos del Sol, así de Él (del Brahma inmanente, del Fuego de la Vida) sus Soplos y el resto brotan continuamente aquí en el mundo en el orden debido (tasya pranadayo vai punar eva tasmad abhyuccarantiha yathakramena)». Sthanesu, «en sus lugares», como en Prasna Upanishad III.2, sthanam. Rupani, «formas», es decir, «las formas del soplo de Prajapati» (pranarupa, Sayana sobre Rg Veda Samhita X.90.16, y como en Brhadaranyaka Upanishad I.5.21, donde los Soplos son las «formas» del Soplo mediano y se llaman a tenor de él; similarmente en Prasna Upanishad II.12).
5 Apara, «más bajo» u «otro» como en Maitri Upanishad III.2 (Atman), y que ha de ser contrastado con para (Brahma) en el verso I = para (Atman) de Prasna Upanishad IV.7. Para la «única esencia y dos naturalezas» de Brahma ver Brhadaranyaka Upanishad II.3, Prasna Upanishad V.2, Maitri Upanishad VI.3, 22, 23 y VII.11.8, (dvaitibhava). Esta es la doctrina de Hermes, a saber, que «Dios es a la vez Uno y Todo no significa que el Uno es dos, sino que los dos son Uno» (Lib. XVI.3). Similarmente Plotino, IV.4.10, «el principio ordenador-y-gobernante (to kosmoun = P latón, Fedón 97C, o diakosmon te kai panton aitios) es doble, uno que llamamos Demiurgo y otro el Alma de Todo (tou pantos psyche): nosotros hablamos de Zeus a veces como Demiurgo (Creador) y a veces como el Conductor de todo (hegemon tou pantos)»; lo cual es tanto como decir que nosotros hablamos de Varuna a veces como tal y a veces como Mitra o Savitr (netr, Rg Veda Samhita V.50.1 = pranasariranetr, Mundaka Upanishad II.2.8 = atmano ‘tma netamrtakhyah, Maitri Upanishad VI.7), de Brahma como parapara, dvirupa y dvaitibhava, de Agni como Indragni, y de Prajapati como parimitaparimita, niruktanirukta, etc., imputando de la misma manera dos naturalezas contrastadas a una y la misma esencia. Y de la misma manera que en una de estas naturalezas la deidad es inmortal e impasible y en la otra mortal y pasible, así en una él es sin necesidades y en la otra tienes fines que han de ser alcanzados. Al mismo tiempo, en él estas no son dos sino una única esencia; así pues la distinción es «lógica pero no real». Nicolás de Cusa habla así de la «muralla del Paraíso» que oculta a Dios de nuestra vista como constituida de la «coincidencia de los opuestos» y de su entrada como guardada por «el más alto espíritu de razón, que cierra la vía hasta que ha sido vencido» (De visione Dei, IX, XI) —como en Jaiminiya Upanishad Brahmana I.5.

Ananda Coomaraswamy