Ahora tenemos que pensar en la magia de La tempestad. ¿Qué clase de magia es? Este es un problema muy explorado en años recientes y no propongo ningún descubrimiento nuevo o sorprendente al señalar que Próspero, como mago, parece seguir las líneas indicadas en el conocido manual de magia renacentista: De oculta philosophia, de Enrique Cornelio Agripa. En su Introducción a La tempestad de la edición Arden publicada por primera vez en 1954, Frank Kermode abrió la brecha al señalar que Agripa era el poder tras el arte de Próspero. Como mago, nos dice Kermode, Próspero ejercita una disciplina de conocimiento virtuoso; su arte es el logro de “un intelecto puro y unido a los poderes de los dioses, sin el cual [y ésta es una cita directa de Agripa hecha por Kermode] jamás ascenderemos felizmente al escrutinio de las cosas secretas, y al poder de los trabajos maravillosos”.[19] En pocas palabras, Próspero aprende esa “filosofía oculta”, que Agripa enseñaba, y sabe cómo llevarla a la práctica. Además, como Agripa, Shakespeare deja muy claro en La tempestad cuán completamente distinta es la magia intelectual y virtuosa elevada del verdadero mago, de la brujería y hechicería baja y sucia. Próspero está en el polo opuesto de la bruja Sicorax y su maligno hijo. De hecho, como mago bueno Próspero tiene una misión reformadora; limpia la isla de la magia malévola de la bruja; recompensa a los personajes buenos y castiga a los malos. Es un juez justo, o un monarca virtuoso y reformista que usa para el bien sus poderes mágico-científicos. El triunfo de una reforma liberal y protestante en Enrique VIII tiene su equivalente, en La tempestad, en el triunfo de un mago reformador en el mundo de sueños de la isla mágica.
La de Próspero es entonces una magia buena, una magia reformadora. Pero ¿cuál es exactamente la estructura o el sistema intelectual con que funciona esa magia? Hemos de ir aquí a las definiciones de Agripa, que podemos simplificar drásticamente de la siguiente manera:
El universo está dividido en tres mundos: el elemental de la naturaleza terrena; el celeste de las estrellas; el sobreceleste de los espíritus, inteligencias o ángeles. En el mundo elemental funciona la magia natural; en el de las estrellas, la celeste; en el sobreceleste hay una magia superior y religiosa. El mago religioso excelso puede conjurar la ayuda de los espíritus o inteligencias.[20] Los enemigos de este tipo de magia las llaman invocaciones diabólicas; de hecho, quienes píamente creían en ella estaban conscientes todo el tiempo del peligro de conjurar espíritus malos, o demonios, en lugar de ángeles. Próspero tiene ese poder de conjurar, y lleva a cabo sus actos con ayuda del espíritu, Ariel, al que llama. De las dos ramas, Magia y Cábala, que Agripa asienta en su manual de magia renacentista, Próspero parece emplear sobre todo la magia cabalística y no la curativa de Cerimón, o la profunda magia natural que encontramos en Cuento de Invierno.