Avicena

Mestres do Sufismo — Ibn Sina — Avicena (980-1027)

La sistematización definitiva de los falasifa (filósofos) islámicos se debe a la extraordinaria labor de Abu ‘Ali al-Husayn ibn ‘Abd Allah ibn al-Hasan ibn ‘Abd Ibn Sina, que nació en la aldea de Afsana, del pueblo de Jarmaytan en la provincia de Bujárá (Turquestán) en el mes de safar del año 370 (agosto del 980). Desde niño mostró una extraordinaria y precoz inteligencia estudiando primero humanidades y el Alcorán; después matemáticas, con un tal Isma’il al-Zahid, y, finalmente, filosofía, con Abu ‘Abd-Allah al-Natili, «leyendo» a Porfirio, Euclídes, Tolomeo, Aristóteles, Alejandro de Afrodisia y al-Farabi. Fue también notable médico, uno de los más grandes de Oriente, y a la medicina — a cuyo progreso contribuyó extraordinariamente — le debe sus éxitos profesionales más célebres; a los veinte años le llamaban ya a consulta los médicos y príncipes más famosos del Oriente. Fue médico de cámara de Nuh ibn Mansür al-Sámánl, gobernador del Jurásán, a quien curó de una grave dolencia. Recorrió todo el Oriente próximo, sirviendo a Abu ‘Ali ibn Ma’mun ibn Muhammad, a Mayd al-Pawla y a Sams al-Dawla, de quien fue visir. Aprisionado en la fortaleza de Fardayán por orden de Tay al-Mulk al-Dawla, escribió allí la célebre Historia de Hay y ibn Yaqzan, logrando escapar vestido de sufi y pasando a servir en Ispahan a ‘Ala’ al-Dawlat Abu Ya’far ibn Kakuya. Al-Yuzayánl, su más íntimo y fiel discípulo, nos describe a Ibn Sina como hombre de constitución fuerte, pero el exceso de trabajo intelectual, político y médico y una intensa vida cortesana y de placeres le produjo una dolencia abdominal que le llevó a la tumba cuando aún era relativamente joven, un viernes del mes de ramadán del año 428/1037, a la edad de cincuenta y seis años, siendo enterrado en Hamadan, donde tiene dos tumbas: la medieval y la del «milenario» (1954).

La obra escrita de Ibn Sina es inmensa, y su bibliografía crítica es aún un complicado problema. Se le atribuyen unos 242 títulos de obras, entre las que se encuentran ocho enciclopedias o compendios y numerosos tratados de metafísica, lógica, psicología, filosofía práctica, teología, ascética, mística, astronomía, música, medicina, matemáticas, gramática, retórica y poética.

Entre estas obras, las más importantes son: La Curación (Sifa), traducida en parte (metafísica y tratado De Anima) al latín medieval, inmensa enciclopedia de todo el saber; La Salvación (Nayat), que es un compendio posterior de la anterior, también traducida al latín; El libro de los avisos (Kitab al-Isarat wa-l-Tanbihat), la última gran obra completa, muy importante para conocer la evolución de su pensamiento; el Libro del juicio imparcial (K. al-Insaf); Principios de la Ciencia para ‘Ala’ al-Dawla (Danis nameh al-‘Ala’i); La lógica oriental (Mantiq al-Masriqiyyin), parte de la Ciencia oriental que no llegó a terminar. También deben citarse diversos pequeños tratados, muy interesantes para conocer la evolución de su pensamiento, como División de las Ciencias (Aqsam al-‘Ulum), Sobre la sustancia preciosa (Bayan al-Yawhar al-Nafis), Compendio de las definiciones (Risalat al-Hudud), Las costumbres (Al-Ajláq), Compendio sobre la política (Risala fi-l-Siyasa); los tratados El pájaro (Risalat al-Tayr), Hay y ibn Yaqzan, El amor (Isq) e Historia de Salaman y Absal; y comentarios a diversas suras del Alcorán, etc. Su principal obra médica es el célebre Canon, principal fuente de la medicina medieval. Miguel Cruz Hernández — História do pensamento no mundo islâmico

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Miguel Cruz Hernández