OM — AVM

VIDE: AMEM

René Guénon: OM E ATMAN

OM se encuentra también, de una manera bastante sorprendente, en el antiguo simbolismo cristiano, donde, entre los signos que sirvieron para representar a Cristo, se ha encontrado uno que ha sido considerado más tarde como una abreviación de Ave Maria, pero que fue primitivamente un equivalente de aquél que reunía las dos letras extremas del alfabeto griego, alfa y omega, para significar que el Verbo es el principio y el fin de todas las cosas; en realidad, el símbolo en cuestión es incluso más completo, ya que significa el principio, el medio y el fin. Este signo se descompone en efecto en AVM, es decir, en las tres letras latinas que corresponden exactamente a los tres elementos constitutivos del monosílabo Om (puesto que la vocal o, en sánscrito, está formada por la unión de a y de u). La aproximación de este signo Aum y del swastika, tomados el uno y el otro como símbolos de Cristo nos parece particularmente significativa desde el punto de vista en donde nos colocamos. Por otra parte, todavía es menester precisar que la forma de este mismo signo presenta dos ternarios dispuestos en sentido inverso el uno del otro, lo que es de hecho, a ciertos respectos, un equivalente del «sello de Salomón»: si se considera a éste bajo la forma donde el trazo medio horizontal precisa la significación general del símbolo al señalar el plano de reflexión o la «superficie de las Aguas», se ve que las dos figuras conllevan el mismo número de líneas y que no difieren en suma más que por la disposición de dos de éstas, que, horizontales en una, devienen verticales en la otra.

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