buena voluntad (FS)

Se nos podría objetar que es contradictorio hablar en público de cosas tan precarias desde el punto de vista de la inteligibilidad; responderemos una vez más con los cabalistas que vale más que la sabiduría sea divulgada que no olvidada, haciendo abstracción de que sólo nos dirigimos a aquellos que quieran leernos y comprendernos. Vivimos una época de confusión y de sed en que las ventajas de la comunicabilidad pesan más que las de la secretividad; además, sólo las tesis esotéricas pueden satisfacer las imperiosas necesidades de causalidad que suscitan las posiciones filosóficas y científicas del mundo moderno. A esto es preciso añadir que si las doctrinas esotéricas no son aceptadas como merecen serlo, no es siempre por falta de BUENA VOLUNTAD; esta falta puede tener causas inexcusables o causas excusables, y en este último caso – que es a menudo cuestión de imaginación – se encuentra compensada por una actitud espiritual sin duda limitada, pero sin embargo positiva y eficaz. No pretendemos convertir a cualquiera que esté en paz con Dios, si lo está realmente, es decir, según la voluntad de Dios y con un corazón puro, y queremos asimismo subrayar que, en lo que nos concierne, la noción de esoterismo evoca mucho menos la superioridad intelectual que la totalidad de la verdad y los derechos imprescriptibles de la inteligencia, siempre en el clima de una relación humana, o sea, vivida, con el Cielo. La idea de que los no-esoteristas carecen por definición de inteligencia, o de que los esoteristas de facto están necesariamente provistos de ella, no anida, en todo caso, en nuestro espíritu. 2014 EPV: INTRODUCCIÓN
La estilización, ya lo hemos visto, permite un máximo de naturalismo en la medida en que sabe imponerle un máximo de esencialidad; dicho de otro modo una cumbre de exteriorización creadora reclama una cumbre de poder interiorizador y exige por consiguiente el dominio de los medios mediante los cuales este poder puede realizarse. En la mayoría de los casos el arte se detiene a medio camino, y está bien que sea así puesto que no hay concretamente ninguna razón para que sea de otra manera; el arte tradicional cumple perfectamente su papel; el arte no lo es todo, y sus producciones no tienen que ser absolutas. Pero esto es independiente del principio de que el arte sagrado debe satisfacer a todo creyente sincero; es decir, que falta a su misión si su tosquedad o, por el contrario, su virtuosismo superficial deja insatisfecho o incluso turba a los fieles de BUENA VOLUNTAD, a quien la humildad preserva de toda intolerancia y de toda acritud mundana. 3462 EPV: III LOS GRADOS DEL ARTE

Frithjof Schuon