Coomaraswamy (Tempo) – Platão e Participação

Además, se muestra que los «otros» participan en el Uno, pero no son partes de él, pues el Uno no tiene partes; de manera que su participación es a la vez en el Todo (del que son partes) y en el Uno; y para estos «otros» que el Uno, «debido a lo que tienen en común con el Uno y con sí mismos, resulta, a la vez, que hay diferencias entre sí mismos, por las que son limitados en su relación entre sí mismos y con el Todo, y que “su propia naturaleza auténtica” ( he d’eauton phoysis kath’eauta) es ilimitada. De manera que las cosas que son “otras” que el Uno, ya sea como todos o como partes, son a la vez ilimitadas y participantes en la limitación» (ídem 158 D). En otras palabras, llevan dentro de sí mismas la “huella” de la unicidad-y-multiplicidad del Uno, de la mortalidad y la inmortalidad, etc., pues son mortales como son en sí mismas (en eautois) e inmortales en lo que concierne a sus Sí mismos (kath’eauta)1 , Sí mismos que son su porción en y del Uno en su «forma propia [de ellas]», —una distinción entre el «hombre» y el «Hombre Interior [del hombre]» (entos anthrotos, Rep. 589 B = ayam antah purusah, Chandogya Upanixade 3.12.8) que, como en II Cor. 4:162 , corresponde exactamente a la distinción India entre el sí mismo corporal o elemental (sarira- o bhuta- atman) y el Sí mismo innacido, indivisible y Último (parama-atman), el «Sí mismo de todas las cosas-devenidas» (sarva-bhutanam atman)3 .

La distinción entre las cosas como son «en sí mismas» y lo que es «su propia naturaleza auténtica» (como arriba, y cf. Sófocles, Philoctetes 902, 903 que contrasta la «naturaleza auténtica» del hombre, ten ahytou phoysin, con el «hombre», aner) se clarifica además en los términos del tiempo y la eternidad en el Filebo 53 D-59 A: «Hay [en nuestra existencia] dos cosas, un Sí mismo auténtico (auto kath’ahyto), y el otro que siempre persigue a otro que a sí mismo… uno que está siempre atento (eneka) a las cosas-que-realmente-son, y el otro que, habiendo devenido en razón (charin, quizás “por amor”) del primero —(es decir) en razón de algo (“otro” que sí mismo)— está siempre deviniendo… (éste último) es el devenir (genesis, bhava)4 de todas las cosas, y el otro su esencia (ousia, bhava)… El conocimiento más verdadero (gnosis, jñana) es el de eso que es, y que es realmente, y eso siempre se natura de acuerdo consigo mismo (kata tauton aei pephoukos = svayambhu, en griego más reciente autogenes)5 ; …pero los tecnólogos no son, como imaginan, estudiosos de esta Naturaleza (phoysis); la investigación en la que pasan sus vidas, es en la de las cosas de este mundo, en como devienen, en lo que es su pasión6 , y en como operan… y no se toman ningún trabajo en absoluto para descubrir las cosas-que-son-realmente, sino sólo esas que devienen y devendrán y han devenido», —¡es decir, los temporalia!.


NOTAS

1 «Eso que es el sí mismo real de cada uno de nosotros, y que nosotros llamamos el alma inmortal» (Leyes 959 B, trad. R. G. Bury). Cf. Lucas 15:17 eis eauton dhe elthon.
2 Cf. 2 Cor. 4:16 exo hemon anthropos diaphooeiretai all’ eso hemon anakainoutai hemera kai hemera.
3 El «Ser de todos los seres» de Jacob Boehme, passim.
4 Devenir que es inseparable de su opuesto, la destrucción (to photheiresthai), y estas dos condiciones son otras que esa tercera vida (Media) y contemplativa en la que no hay ni codicia ni dolor, ídem 55 A.
5 Cf. to autophoues, Rep. 486 E; sánscrito svaruh, que crece desde sus raíces propias: y contrástese eterophoues, «parasítico».
6 Literalmente, «en como sufren esto o aquello» (ophe pascheiti), es decir, como diríamos nosotros, «en como son determinadas económicamente, o de cualquier otra manera». Por otra parte, como señala Aristóteles, las cosas que no están en el tiempo son impasibles (oudhe paschei), puesto que el cambio es imposible en eso que no tiene partes (Física 4.12, 221 B – 6.10, 240 B ).

Ananda Coomaraswamy