Haydar Amoli — Diagramas dos Nomes de Graça e dos Nomes de Rigor
Henry Corbin
Excertos de O PARADOXO DO MONOTEÍSMO
Esta diferenciación entre los Nombres divinos es una dicotomía fundamental; se encuentra igualmente en las Sephirot de la Cábala judía. Degraciadamente, debemos ser muy breves en este punto. “Cuando el Agente absoluto quiere conferir el ser a uno de los receptáculos de sus Nombres que designan como hecceidades eternas, esto implica que conoce desde siempre su quididad, su realidada esencial, los inherentes y los accidentes en los que consistirá su existencia … Entonces el Agente absoluto le confiere la existencia en función del conocimiento que tiene de él y en razón de una justicia que da a cada uno lo que le corresponde (…) Zayd no puede objetarle: ¿por qué ME has creado de esta y aquella manera? Esta objeción se derrumbaría por sí sola, porque lo que es manifiesto de Zayd es lo que pertenece desde siempre a su esencia y requiere ser manifestado de esta o aquella manera (…). Lo mismo que cuando el escritor confiere el ser a alguna letra entre las letras, oral mente o por escrito, ésta no puede objetar al escritor: ¿por qué ME haces existir de esta o aquella manera? El escritor le dirá: es tu individualidad eterna, tu quididad, la que lo exige. No ME está permitido más que conferir el ser a lo que tú eres (no a lo que no eres).” En resumen, el acto de existir es conferido como respuesta a la petición muda (lisan al-hal) que formula el estado mismo de la hecceidad en que es investido un determinado Nombre divino. Ahora bien, están los Nombres de gracia (asma jamaliya) y están los Nombres de rigor (asma jalaliya). Todo el secreto de la predestinación (sirr al-qadar) es así el secreto mismo de la teofanía de los Nombres divinos. En el diagrama 17 (no presente en este texto), el diámetro vertical divide a los bienaventurados y a los réprobos. Cada hemiciclo lleva inscritos doce Nombres divinos: por una parte, doce Nombres de gracia o de dulzura, que son los “señores de la proximidad y de la unión”. Por otra, doce Nombres de rigor que son los “señores del distanciamiento y el rechazo”. Por un lado Adán, los profetas y hombres de Dios, para terminar con los animales y vegetales benéficos. Por otro, Iblis-Satán, los Faraones y los Nemrods, para terminar con los animales y vegetales dañinos. Se tiene la impresión de encontrarse ante un esquema dualista zoroastriano. En realidad, es el esquema de la doble categoría de los Nombres divinos. Las hecceidades eternas con que se invisten son lo que son y modalizan su teofanÍa. Parece que se postule aquí una metafísica de las esencias inmutables, y que una revolución de las esencias (inqilab al-haqaiq) sea inconcebible. Sin embargo, es esta revolución la que intentará Mulla Sadra Shirazi (ob. 1640), dando prioridad al acto de existir cuyas intensificaciones y degradaciones de terminan y hacen variar a las esencias mismas.