DHARMA — LEI
René Guénon: TRIRATNA
En lo que concierne al Dharma o a la «Ley», es más difícil encontrar una correspondencia precisa, incluso con reservas como las que acabamos de formular para los otros dos términos del ternario; por lo demás, la palabra dharma tiene en sánscrito sentidos múltiples, que es menester saber distinguir en los diferentes casos donde se emplea, y que hacen casi imposible una definición general. No obstante, se puede hacer observar que la raíz de esta palabra tiene propiamente el sentido de «soportar»1, y hacer a este respecto una aproximación con la Tierra que «soporta», según lo que se ha explicado más atrás; se trata en suma de un principio de conservación de los seres, y, por consiguiente, de estabilidad, en tanto al menos en que ésta es compatible con las condiciones de la manifestación, ya que todas las aplicaciones del dharma conciernen siempre al mundo manifestado; y, así como lo hemos dicho a propósito del papel atribuido a Niu-koua, la función de asegurar la estabilidad del mundo se refiere al lado «substancial» de la manifestación. Por otra parte, es cierto que la idea de estabilidad se refiere a algo que, en el dominio mismo del cambio, escapa a este cambio, y por consiguiente, debe situarse en el «Invariable Medio»; pero es algo que viene del polo «substancial», es decir, del lado de las influencias terrestres, por la parte inferior del eje recorrido en el sentido ascendente2. Por lo demás, comprendida así, la noción del dharma no está limitada al hombre, sino que se extiende a todos los seres y a todos sus estados de manifestación; por consiguiente, se puede decir que, en sí misma, es de orden propiamente cósmico; pero, en la concepción búdica de la «Ley», su aplicación se hace especialmente al orden humano, de suerte que, si presenta una cierta correspondencia relativa con el término inferior de la Gran Tríada, es también en relación a la Humanidad, entendida siempre en el sentido individual, como este término debe ser considerado aquí.
NOTAS:
La raíz dhri significa llevar, soportar, sostener, mantener. ↩
La raíz dhri está emparentada, como forma y como sentido, a otra raíz, dhru, de la que deriva la palabra dhruva que designa el polo; también se puede decir que la idea de «polo» o de «eje» del mundo manifestado desempeña un papel importante en la concepción misma del dharma. — Sobre la estabilidad o la inmovilidad como reflejo inverso de la inmutabilidad principial en el punto más bajo de la manifestación, cf. EL REINO DE LA CANTIDAD Y LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS, cap. XX. ↩