Si la ENSEÑANZA TRADICIONAL no es esotérica en el sentido propio de esta palabra, es verdaderamente “iniciática”, y difiere profundamente, en todas sus modalidades, de la instrucciòn “profana” sobre cuyo valor los occidentales modernos se ilusionan singularmente; es lo que hemos ya indicado al hablar de la “Ciencia sagrada” y de la imposibilidad de “vulgarizarla”. 29 HDV I