Guénon Centro

René Guénon — O SIMBOLISMO DA CRUZ

EL CENTRO Y LA CIRCUNFERENCIA
Las consideraciones que hemos expuesto no nos conducen de ningún modo, como algunos podrían creerlo equivocadamente si no tomáramos la precaución de insistir un poco en ello, a considerar el espacio como “una esfera cuyo centro está por todas partes y la circunferencia en ninguna”, según la fórmula frecuentemente citada de Pascal, quien, por lo demás, no es quizás su primer inventor. En todo caso, no queremos buscar aquí en qué sentido preciso Pascal mismo entendía esta frase, que ha podido ser mal interpretada; eso nos importa poco, ya que es bien evidente que el autor de las célebres consideraciones sobre los “dos infinitos”, a pesar de sus méritos incontestables bajo otros aspectos, no poseía ningún conocimiento de orden metafísico.

Es verdad, sin duda, que en la representación espacial del ser total, cada punto, antes de toda determinación, es, en potencia, centro del ser que representa esta extensión donde está situado; pero no lo es más que en potencia y virtualmente, mientras el centro real no está efectivamente determinado. Esta determinación implica, para el centro, una identificación a la naturaleza misma del punto principial, que, en sí mismo, no está hablando propiamente en ninguna parte, puesto que no está sometido a la condición espacial, lo que le permite contener todas sus posibilidades; lo que está por todas partes, en el sentido espacial, no son pues más que las manifestaciones de este punto principal, que llenan en efecto la extensión toda entera, pero que no son sino simples modalidades, de tal suerte que la “ubicuidad” no es en suma más que el sustituto sensible de la “omnipresencia” verdadera1. Además, si el centro de la extensión se asimila en cierto modo a todos los demás puntos por la vibración que les comunica, esto no es sino en tanto que les hace participar de la misma naturaleza indivisible e incondicionada que ha devenido la suya propia, y esta participación, en tanto que es efectiva, les sustrae por eso mismo de la condición espacial.
ANALOGIA INVERSA




  1. Ver EL HOMBRE Y SU DEVENIR SEGÚN EL VÊDÂNTA, XXV. 

René Guénon