Guénon (HDV) – Manas

RENÉ GUÉNON — O HOMEM E SEU DEVIR SEGUNDO O VEDANTA

CAPÍTULO VIII — MANAS OU O SENTIDO INTERNO; AS DEZ FACULDADES INTERNAS DE SENSAÇÃO E DE AÇÃO

Después de la consciencia individual ( ahamkara ), la enumeración de los tattwas del Sankhya conlleva, en el mismo grupo de las “producciones productivas”, los cinco tanmatras, determinaciones elementales sutiles, y por consiguiente incorporales y no perceptibles exteriormente, que son, de una manera directa, los principios respectivos de los cinco bhutas o elementos corporales y sensibles, y que tienen su expresión definida en las condiciones mismas de la existencia individual en el grado donde se sitúa el estado humano. La palabra tanmatra significa literalmente una “asignación” ( matra, medida, determinación ) que delimita el dominio propio de una cierta cualidad ( tad o tat, pronombre neutro, “eso”, tomado aquí en el sentido de “quididad”, como el árabe dhat )1 en la Existencia universal; pero éste no es el lugar de entrar en desarrollos más amplios sobre este punto. Diremos solamente que los cinco tanmatras se designan habitualmente por los nombres de las cualidades sensibles: auditiva o sonora ( shabda ), tangible ( sparsha ), visible ( rupa, con el doble sentido de forma y color ), gustativa ( rasa ), olfativa ( ghanda ); pero estas cualidades no pueden considerarse aquí más que en el estado principial, en cierto modo, y “no desarrollado”, puesto que es solo por los bhutas como serán manifestadas efectivamente en el orden sensible; y la relación de los tanmatras con los bhutas es, en su grado relativo, análoga a la relación de la “esencia” con la “substancia”, de suerte que se podría dar bastante justamente a los tanmatras la denominación de “esencias elementales”2. Los cinco bhutas son, en el orden de su producción o de su manifestación ( orden correspondiente al que acaba de indicarse para los tanmatras, puesto que a cada elemento pertenece en propiedad una cualidad sensible ), el Éter ( Akasha ), el Aire ( Vayu ), el Fuego ( Tejas ), el Agua ( Ap ) y la Tierra ( Prithwi o Prithivi ); y es de ellos de lo que está formada toda la manifestación grosera o corpórea.

Entre los tanmatras y los bhutas, y constituyendo con estos últimos el grupo de las “producciones improductivas”, hay once facultades distintas, propiamente individuales, que proceden de ahamkara, y que, al mismo tiempo, participan todas de los cinco tanmatras. De las once facultades de que se trata, diez son externas: cinco de sensación y cinco de acción; la undécima, cuya naturaleza participa a la vez de unas y de las otras, es el sentido interno o la facultad mental ( manas ), y esta última está unida directamente a la consciencia ( ahamkara )3. Es a este manas a quien se debe referir el pensamiento individual, que es de orden formal ( y en eso comprendemos tanto la razón como la memoria y la imaginación )4, y que no es en modo alguno inherente al intelecto transcendente ( buddhi ), cuyas atribuciones son esencialmente informales. Haremos destacar a este propósito que, para Aristóteles igualmente, el intelecto puro es de orden transcendente y tiene por objeto propio el conocimiento de los principios universales; este conocimiento, que no tiene nada de discursivo, se obtiene directa e inmediatamente por la intuición intelectual, la cual, digámoslo para evitar toda confusión, no tiene ningún punto común con la pretendida “intuición”, de orden únicamente sensitivo y vital, que desempeña un papel tan grande en las teorías, claramente antimetafísicas, de algunos filósofos contemporáneos.
[…] Según el Sankhya, estas facultades, con sus órganos respectivos, son, distinguiendo tres principios en el manas, los trece instrumentos del conocimiento en el dominio de la individualidad humana ( puesto que la acción no tiene su fin en sí misma, sino solo en relación al conocimiento ): tres internos y diez externos, comparados a tres centinelas y a diez puertas ( puesto que el carácter consciente es inherente a los primeros, pero no a los segundos en tanto que se consideran distintamente ). Un sentido corporal percibe, y un órgano de acción ejecuta ( puesto que, en cierto modo, uno es una “entrada” y el otro una “salida”: hay en eso dos fases sucesivas y complementarias, de las cuales la primera es un movimiento centrípeto y la segunda un movimiento centrífugo ); entre los dos, el sentido interno ( manas ) examina; la consciencia ( ahamkara ) hace la aplicación individual, es decir, la asimilación de la percepción al “yo”, del cual forma parte en adelante a título de modificación secundaria; y finalmente el intelecto puro ( buddhi ) transpone a lo Universal los datos de las facultades precedentes.





  1. Hay lugar a destacar que estas palabras tat y dhât son fonéticamente idénticas entre sí, y que lo son también al inglés that, que tiene el mismo sentido. 

  2. Es en un sentido muy próximo a esta consideración de los tanmatras como Fabre d’Olivet, en su interpretación del Génesis ( LA LENGUA HEBRAICA RESTITUIDA ), emplea la expresión de “elementización inteligible”. 

  3. Sobre la producción de estos diversos principios, considerada desde el punto de vista “macrocósmico”, cf. mânava-Dharma-Shâstra ( Ley de Manu ), 1er Adhyâya, shlokas 14 a 20. 

  4. Sin duda es de esta manera como es menester comprender lo que dice Aristóteles, de que “el hombre ( en tanto que individuo ) jamás piensa sin imágenes”, es decir, sin formas. 

Guénon – Hinduísmo