San Isidoro, obispo de Sevilla desde el año 600 hasta el 636, escribió las Etimologiae. Como indica el título, su tema aparente era el lenguaje, pero cruza con facilidad la frontera entre la explicación del significado de las palabras y la descripción de las cosas. Apenas se esfuerza por mantenerse en el lado lingüístico, y su libro constituye una enciclopedia. Es una obra de inteligencia muy mediocre, pero muchas veces nos ofrece fragmentos de información que no podemos fundamentar fácilmente en autores mejores. También presenta la ventaja de estar accesible en una buena edición moderna.1
Desgraciadamente, no podemos decir lo mismo de Vincent de Beauvais (ob. 1 264). Su extenso Speculum Majus está dividido en el Speculum Naturale, el Speculum Doctrínale y el Speculum Historíale. Podríamos esperar que el «espejo doctrinal» tratase de teología. En realidad, trata de moral, arte y comercio.
(C.S. Lewis — A Imagem do Mundo)
Ed. de W. M. Lindsay, 2 vols. (1910). ↩