Guénon Tecedura

René Guénon — O SIMBOLISMO DA CRUZ

O SIMBOLISMO DO TECIDO
Hay un simbolismo que se refiere directamente a lo que acabamos de exponer, aunque a veces se haga de él una aplicación que, a primera vista, puede parecer que se aparta un poco de esto: en las doctrinas orientales, a los libros tradicionales se les designa frecuentemente por términos que, en su sentido literal, se refieren al tejido. Así, en sánscrito, sûtra significa “hilo”1: un libro puede estar formado por un conjunto de sûtras, como un tejido está formado por un ensamblaje de hilos; tantra tiene también el sentido de “hilo” y el de “tejido”, y designa más especialmente la “urdimbre” de un tejido2. Del mismo modo, en chino, king es la “urdimbre” de una tela, y wei es su “trama”; la primera de estas dos palabras designa al mismo tiempo un libro fundamental, y la segunda designa sus comentarios3. Esta distinción de la “urdimbre” y de la “trama” en el conjunto de las escrituras tradicionales corresponde, según la terminología hindú, a la de la Shruti, que es el fruto de la inspiración directa, y a la de la Smriti, que es el producto de la reflexión que se ejerce sobre los datos de la Shruti4.
[…] En resumen, se puede decir que la urdimbre, son los principios que ligan entre ellos todos los mundos o todos los estados, puesto que cada uno de sus hilos liga los puntos que se corresponden en esos diferentes estados, y que la trama, son los conjuntos de acontecimientos que se producen en cada uno de los mundos, de suerte que cada hilo de esta trama es, como ya lo hemos dicho, el desarrollo de los acontecimientos en un mundo determinado. Desde otro punto de vista, se puede decir también que la manifestación de un ser en un cierto estado de existencia está, como todo acontecimiento cualquiera que sea, determinada por el encuentro de un hilo de la urdimbre con un hilo de la trama. Cada hilo de urdimbre es entonces un ser considerado en su naturaleza esencial, que, en tanto que proyección directa del “Sí mismo” principial, constituye el lazo de todos sus estados, manteniendo su unidad propia a través de su indefinida multiplicidad. En este caso, el hilo de la trama al que este hilo de la urdimbre encuentra en un cierto punto corresponde a un estado definido de existencia, y su intersección determina las relaciones de ese ser, en cuanto a su manifestación en ese estado, con el medio cósmico en el que se sitúa bajo esta relación. La naturaleza individual de un ser humano por ejemplo, es la resultante del encuentro de estos dos hilos; en otros términos, siempre habrá lugar a distinguir en ella dos tipos de elementos, que deberán referirse respectivamente al sentido vertical y al sentido horizontal: los primeros expresan lo que pertenece en propiedad al ser considerado, mientras que los segundos provienen de las condiciones del medio.

Agregamos que los hilos de los que está formado el “tejido del mundo” se designan también, en otro símbolo equivalente, como los “cabellos de Shiva”;5 se podría decir que son en cierto modo las “líneas de fuerza” del Universo manifestado, y que las direcciones del espacio son su representación en el orden corporal. Se ve sin esfuerzo de cuantas aplicaciones diversas son susceptibles todas estas consideraciones; pero aquí solo hemos querido indicar la significación esencial de este simbolismo del tejido, que es, parece, muy poco conocido en occidente6.




  1. Esta palabra es idéntica al latín sutura, puesto que la misma raíz con el sentido de “coser” se encuentra igualmente en las dos lenguas. — Es al menos curioso constatar que la palabra árabe sûrat, que designa los capítulos del Qorân, está compuesta exactamente de los mismos elementos que el sánscrito sûtura; por lo demás, esta palabra tiene un sentido cercano a “fila” o “hilera”, y su derivación es desconocida. 

  2. La raíz tan de esta palabra expresa en primer lugar la idea de extensión. 

  3. Al simbolismo del tejido se vincula también el uso de las cuerdecillas anudadas que tenían el lugar de la escritura en China en una época muy lejana; estas cuerdecillas eran del mismo género que las que los antiguos peruanos empleaban igualmente y a las cuales daban el nombre de quipos. Aunque a veces se haya pretendido que estas últimas no servían más que para contar, parece, no obstante, que expresaban también ideas mucho más complejas, tanto más cuanto que se dice que ellas constituían los “anales del imperio”, y ya que, por lo demás, los peruanos jamás han tenido ningún otro procedimiento de escritura, mientras poseían una lengua muy perfecta y muy refinada; esta suerte de ideografía se hacía posible por múltiples combinaciones en las que el empleo de hilos de colores diferentes jugaba un importante papel. 

  4. Ver EL HOMBRE Y SU DEVENIR SEGÚN EL VÊDÂNTA, cap. I, y AUTORIDAD ESPIRITUAL Y PODER TEMPORAL, cap. VIII. 

  5. Ya hemos hecho alusión a ellos más atrás, cuando hemos hablado de las direcciones del espacio. 

  6. No obstante, se encuentran algunos rastros de un simbolismo del mismo género en la antigüedad grecolatina, concretamente en el mito de las Parcas; pero éste bien parece no referirse más que a los hilos de la trama, y su carácter “fatal” puede explicarse en efecto por la ausencia de la noción de la urdimbre, es decir, por el hecho de que el ser es considerado únicamente en su estado individual, sin ninguna intervención consciente ( para ese individuo ) de su principio personal transcendente. Por lo demás, esta interpretación está justificada por la manera en que Platón considera el eje vertical en el mito de Er el Armenio ( República, libro X ): Según él, en efecto, el eje luminoso del mundo es el “huso de la Necesidad”; es un eje de diamante, rodeado de varias vainas concéntricas, de dimensiones y colores diversos, que corresponden a las diferentes esferas planetarias; la Parca Cloto le hace girar con la mano derecha, y por consiguiente, de derecha a izquierda, lo que es también el sentido más habitual y más normal de la rotación del swastika. — A propósito de este “eje de diamante” señalamos que el símbolo tibetano del vajra, cuyo nombre significa a la vez “rayo” y “diamante”, está también en relación con el “Eje del Mundo”. 

René Guénon