Prana

ESPÍRITOALMA — PRANA

VIDE: sopro; animus; anima; Espírito Santo; inspiração; ritmo

ÍNDIA: Excertos de “Les Notions philosophiques”. PUF, 1990
O prana é a força que mantém constantemente o movimento no interior do corpo, este movimento constituindo a vida, cujo sopro é o índice mais evidente. O prana tem no corpo funções fisiológicas análogas àquela do “Vento” (vayu) no universo. As funções cósmicas de vayu, quando não está desregulado ou perturbado, são de garantir “a sustentação da terra, a inflamação do fogo, a regulação do curso contínuo do sol, da lua e do conjunto de planetas e estrelas, a formação das nuvens, a emissão da chuva, o brotar dos cursos d’água, a produção das flores e dos frutos, a repartição das estações, as transformações de tudo o que se transforma” (, Sutrasthana, XII). Quer dizer que é o princípio não somente da circulação atmosférica mas de todo movimento, troca e mutação no universo. Simbolicamente o vento atmosférico é considerado como o sopro do Homem cósmico. O prana, correspondendo no corpo humano ao vayu do cosmos, é “o promotor dos movimentos de todos os gêneros, ao mesmo tempo guia e freio do espírito, o dinamismo de todas as faculdades, o acompanhante das impressões sensoriais, o distribuidor de todos os elementos do organismo, o que faz a coerência e harmonia do corpo, o emissor da fala, a base da escuta e do toque, a fonte da alegria e do ânimo, ao atiçador do fogo digestivo, o dessecador da umidade, o expulsor das impurezas, aquele que abre os canais grossos e finos, o modelador do embrião. Ele se torna a causa determinante da prolongação da vida quanto não é perturbado” (, Sutrasthana, XII).


PERENIALISTAS
Julius Evola: DOUTRINA DO DESPERTAR

“Como los rayos de una rueda se apoyan en el cubo, así todo en el organismo se apoya en el prana” (Chandogya Upanixade). Tales enseñanzas remiten a una experiencia de la respiración, de que el hombre moderno ya no dispone y que puede despertar sólo mediante un adiestramiento especial. Cuando el soplo o respiración se siente como prana puede ser un “camino”: una vez vuelta consciente la respiración, o sea, hecha la clara conciencia a la respiración, se tiene modo de alcanzar la “vida de la propia vida” y de controlar organismo y mente en muchos aspectos que escapan a la conciencia común y al ordinario querer. Además es posible, tomando como vehículo el ritmo de la respiración, volver “corpóreos” y “orgánicos” ciertos estados de conciencia, compenetrando de esos las energías del ser samsárico, para de ese modo estabilizarlos y consolidarlos, por un lado, y producir las modificaciones correspondientes de la sustancia samsárica, por el otro. Es así que en el budismo se consideran ulteriores desarrollos de la disciplina del soplo. Del campo puramente corpóreo se pasa al psíquico y se proponen fórmulas como ésta: “Quiero inspirar sintiendo placer; quiero espirar sintiendo placer”, “Quiero inspirar sintiendo la mente; quiero espirar sintiendo la ineiite”, “Quiero inspirar levantando la mente; quiero espirar levantando la inente”, “Quiero inspirar recogiendo la mente; quiero espirar recogiendo la mente”, y lo mismo para relajarla. Por fin, la respiración se asocia a las demás contemplaciones o realizaciones, acompasándolas e infundiéndolas en la contrapartida sutil y subconsciente de la estructura humana. Se dice también que con una inspiración y espiración así practicada, así ejercitada, incluso los últimos respiros cesan de manera consciente y no inconsciente”. En los Upanisad se dice: “En verdad, estos seres llegan detrás del soplo, parten detrás del soplo” (Chandogya Upanixade).

René Guénon: MANAS
“Las diversas facultades de sensación y de acción ( designadas por el término prana en una acepción secundaria ) son en número de once: cinco de sensación ( buddhindriyas o jnanendriyas, medios o instrumentos de conocimiento en su dominio particular ), cinco de acción ( karmendriyas ), y el sentido interno ( manas ). Allí donde se especifica un número mayor ( trece ), el término indriya se emplea en su sentido más extenso y más comprehensivo, al distinguir en el manas, en razón de la pluralidad de sus funciones, el intelecto ( no en sí mismo y en el orden transcendente, sino en tanto que determinación particular en relación al individuo ), la consciencia individual ( ahamkara, de la que el manas no puede ser separado ), y el sentido interno propiamente dicho ( lo que los filósofos escolásticos llaman “sensorium commune” ). Allí donde se menciona un número menor ( ordinariamente siete ), el mismo término se emplea en una acepción más restringida: así, se habla de siete órganos sensitivos, relativamente a los dos ojos, a las dos orejas, a los dos orificios de la nariz y a la boca o a la lengua ( de suerte que, en este caso, se trata solo de las siete aberturas u orificios de la cabeza ). Las once facultades mencionadas arriba ( aunque designadas en su conjunto por el término prana ) no son ( como los cinco vayus, de los que hablaremos más adelante ), simples modificaciones del mukhya-prana o del acto vital principal ( la respiración, con la asimilación que resulta de ella ), sino principios distintos ( desde el punto de vista especial de la individualidad humana )”1.

El término prana, en su acepción más habitual, significa propiamente “soplo vital”; pero, en algunos textos vêdicos, lo que se designa así es, en el sentido universal, identificado en principio con Brahma mismo, como cuando se dice que, en el sueño profundo ( sushupti ), todas las facultades están reabsorbidas en prana, ya que “mientras un hombre duerme sin soñar, su principio espiritual ( atman considerado en relación a él ) es uno con Brahma”2, puesto que este estado está más allá de la distinción, y, por consiguiente, es verdaderamente supraindividual: por eso es por lo que la palabra swapiti, “él duerme”, se interpreta como swan apîto bhavati, “él ha entrado en su propio ( “Sí mismo” )”3.


GURDJIEFF: TROGOAUTOEGOCRATA; IRANIRANUMANGE
Transpirou que em Suas explicações a eles sobre verdades cósmicas, Santo Buda tinha, entre outras coisas, falado a eles também que em geral os entes tricentrados existentes em vários planetas de nosso Grande Universo — e certamente os entes tricentrados da Terra também — nada mais eram que parte da Mui Grande Grandeza que é o Todo-abarcante de tudo que existe; e que a fundação desta Mui Grande Grandeza está aí Acima, para a conveniência do abarcar da essência de tudo existindo.

Esta Mui Grande Fundação do Todo-abarcante de tudo que existe, constantemente emana através do todo do Universo e reveste-se de suas partículas sobre os planetas — em certos entes tricentrados que atingem em suas presenças comuns a capacidade de ter seu próprio funcionamento de ambas leis cósmicas fundamentais do sagrado Heptaparaparshinok e do sagrado Triamazikamno — em uma unidade definida na qual unicamente a Divina Razão Objetiva adquire a possibilidade de se tornar concentrada e fixada.

E isto foi previsto e criado desta maneira por nosso CRIADOR COMUM a fim de que quando estas certas partes do Grande Todo-abarcante, já espiritualizadas pela Razão Divina, retornassem e rejuntassem-se com a grande Fonte primal do Todo-abarcante, elas devessem compor esse Todo que nas esperanças de nosso UNI-SER INFINITO COMUM pudesse atualizar o sentido e o empenho de tudo que existe no todo do Universo.

Além do mais, parece que Santo Buda também disse a eles:

“Vós, entes tricentrados do planeta Terra, tendo a possibilidade de adquirir em vós mesmos ambas as principais leis fundamentais, universais, sagradas, têm a possibilidade integral de também revestir a vós mesmos com esta parte mui sagrada do Grande Todo-abarcante de tudo existindo e de perfeicioná-la pela requerida Divina Razão.

“E esse Grande Todo-abarcante de tudo que é abarcado, é chamado «Santo Prana»”.


NOTAS:




  1. Brahma-Sutras, 2 Adhyâya, 4 Pâda, sûtras 1 a 7. 

  2. Comentario de Shankaracharya sobre los Brahma-Sûtras, 3er Adhyâya, 2 Pâda, sûtra 7. 

  3. Chandogya Upanishad, 6 Prapâthaja, 8 Khanda, shruti 1. — No hay que decir que se trata de una interpretación por los procedimientos del Nirukta, y no de una derivación etimológica. 

Índia e China