Satán

Que en este día y edad, en que «para la mayoría de las gentes la religión ha devenido un refugio arcaico e imposible», los hombres no toman ya seriamente a Dios ni a SATÁN, se desprende del hecho de que han llegado a pensar en ambos solo objetivamente, solo como personas externas a sí mismos y en favor de cuya existencia no puede encontrarse ninguna prueba adecuada. Lo mismo se aplica, por supuesto, a las nociones de sus reinos respectivos, el cielo y el infierno, en los cuales se piensa como tiempos y lugares que no son ni de ahora ni de aquí. 133 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

La doctrina que hay que afrontar, sin embargo, es que «el reino del cielo está dentro de vosotros», aquí y ahora, y que, como Jacob Boehme, entre otros, ha dicho tan a menudo, «el cielo y el infierno están por todas partes, puesto que son universalmente extensos… Tú estás por consiguiente en el cielo o en el infierno… El alma tiene el cielo o el infierno dentro de sí misma», y no puede decirse que «vaya a» uno u otro cuando el cuerpo muere. Aquí, quizás, puede buscarse la solución del problema de SATÁN. 137 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

Se ha reconocido que la noción de una «persona» satánica, el principal de muchos «ángeles caídos», representa algunas dificultades: inclusive en religión, emerge la dificultad de un «dualismo» maniqueo; al mismo tiempo, si se mantiene que algo no es Dios, la infinitud de Dios queda por ello mismo circunscrita y limitada. ¿Es «él», SATÁN, por consiguiente una persona, o meramente una «personificación», es decir, una personalidad postulada? ¿Quién es «él», y dónde está? ¿Es una serpiente o un dragón, o tiene cuernos y un rabo venenoso? ¿Puede ser redimido y regenerado, como Orígenes y los muslimes han creído? Todos estos problemas cuentan juntos. 139 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

Que el alma misma, nuestro «yo» o «sí mismo», sea el Diablo – a quien nosotros llamamos el «enemigo», el «adversario», el «tentador», el «dragón», – nunca por un nombre personal – puede parecer sorprendente, pero está muy lejos de ser una proposición nueva. A medida que prosigamos, se encontrará que a menudo se ha enunciado una ecuación del alma con SATÁN, y que ello nos proporciona una solución casi perfecta de todos los problemas que la «personalidad» de este último plantea. Ambos son suficientemente «reales» para todos los propósitos pragmáticos de aquí, en la vida activa, donde el «mal» debe ser combatido, y donde el dualismo de los contrarios no puede ser evadido; pero ellos no son más verdaderos «principios», no son más realmente reales, que la obscuridad que no es nada sino la privación de luz. 151 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

Todo esto ha sido siempre familiar a los teólogos, en cuyos escritos a menudo se hace referencia a SATÁN simplemente como «el enemigo». Por ejemplo, William Law: «Vosotros no estáis bajo el poder de ningún otro enemigo, ni estáis presos en ninguna otra cautividad, ni tenéis necesidad de ninguna otra liberación excepto del poder de vuestro propio sí mismo terrenal. Este es el único matador de la vida divina dentro de vosotros. Él es vuestro propio Caín que mata a vuestro propio Abel», y «el sí mismo es la raíz, el árbol y las ramas de todos los males de nuestro estado caído… SATÁN, o lo que es lo mismo, la auto-exaltación… Este es ese sí mismo natural y nacido que debe ser sacado del corazón y totalmente negado, o no se puede ser discípulo de Cristo». Ciertamente, si «el reino del cielo está dentro de vosotros», entonces también la «guerra en el cielo» estará ahí, hasta que SATÁN haya sido vencido, es decir, hasta que el Hombre en este hombre sea «dueño de sí mismo», selbes gewaltic, egkrates eautou. 157 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

Dichos aún más explícitos pueden ser citados de fuentes sufîs, donde el alma (nafs) es distinguida del intelecto o espíritu (aql, ruh) como la Psique es distinguida del Pneuma por Filón y en el Nuevo Testamento, y como el anima es distinguida del animus por William de Thierry. Para el enciclopédico Kashfu’l Mahjub, el alma es el «tentador», y el tipo del infierno en este mundo. Al-Ghazâlî, quizás el más grande de los teólogos muslimes, llama al alma «el mayor de vuestros enemigos»; y más que eso difícilmente podría decirse de SATÁN mismo. Abu Sâ’îd pregunta: «¿Qué es el mal, y cuál es el peor mal?» y contesta, «El mal es “tú”, y el peor mal “tú” si tú no lo sabes»; por consiguiente, se llamaba a sí mismo un «Nadie», negándose, como el Buddha, a identificarse a sí mismo con ninguna «personalidad» nombrable. Jalâlu-d-Dîn Rumî, en su Mathnawî, repite que el mayor enemigo del hombre es él mismo: «Este alma», dice, «es el infierno», y nos conmina a «matar el alma». «El alma y el Shaitân son un único ser, pero toma dos formas; esencialmente uno desde el comienzo, devino el enemigo y envidiador de Adam»; y, de la misma manera, «el Ángel (Espíritu) y el Intelecto, los asistentes de Adam, son de un único origen pero asumen dos formas». El ego mantiene su cabeza erguida: «la decapitación significa matar el alma y apagar su fuego en la Guerra Santa (yihâd)»; y tanto mejor para quien gana esta batalla, pues «quienquiera que está en guerra consigo mismo por amor de Dios,… su luz oponiéndose a su obscuridad, el sol de su espíritu nunca se pondrá» «Este es el combate que Cristo, Con su Amor y Luz internos, Mantiene dentro de la naturaleza del hombre, para disipar La Cólera de Dios, a SATÁN, el Pecado, y la Muerte, y el Infierno; Para devorar el sí mismo humano, o la Serpiente, Y levantar un Ángel de él por Su Poder». (John Byrom) 165 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

Todas estas son nuestras repuestas. SATÁN no es una Persona real y singular, sino una personalidad múltiplemente postulada, una «Legión». Cada una de estas personalidades es capaz de redención (apokatastasis), y puede, si quiere, devenir nuevamente lo que ella era antes de que «cayera» -Lucifer, Phósforus, Hêlêl, Scintilla, la Estrella de la Mañana, un Rayo del Sol Supernal; debido a que la Chispa, por muy apagada que pueda parecer, es un Asbestos que no puede extinguirse, ni siquiera en el infierno. Pero, en el sentido en que no puede pensarse una redención de todos los seres que tenga lugar en un único tiempo, y puesto que habrá almas diabolizadas en necesidad de redención en todos los tiempos, SATÁN debe ser concebido como condenado para siempre, entendiendo por «condenado», auto-excluido de la visión de Dios y del conocimiento de la Verdad. 181 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

El problema con el que hemos comenzado ha sido ampliamente resuelto, pero todavía queda que cumplir la tarea más difícil de una «anonadación de sí mismo» efectiva y la consecuente «realización de Sí mismo» hacia las cuales apuntan las respuestas, y para las cuales la Teología es solo una preparación parcial. SATÁN y el Ego no son entidades reales, sino conceptos postulados y válidos solo para los propósitos presentes, provisionales y prácticos; ambos son fotogramas compuestos, por así decir de X1, X2, X3. A menudo se ha dicho que el ardid más ingenioso del Diablo es persuadirnos de que su existencia es una mera «superstición». De hecho, sin embargo, nada puede ser más peligroso que negar su existencia, la cual es tan real, aunque no más que la nuestra; nosotros no deberíamos atrevernos a negar a SATÁN hasta que nos hayamos negado a nosotros mismos, como debe hacer todo el que quiera seguir a Aquel que no dijo ni hizo nada «por sí mismo». «¿Qué es Amor?, el mar de no-existencia», y «a quienquiera que entra allí, diciendo “Ello es yo”, Yo (Dios) le golpeo en el rostro»; «¿Qué es Amor?, lo sabrás cuando tú devengas Mí mismo». 183 AKCMeta ¿Quién es «SATÁN» Y «Dónde Está El Infierno»?

Una egomanía ocasionó la caída de Lucifer, que quería ser «como el Altísimo» (Isaías 14:14), pensando, «¿Quién es igual a mí en el Cielo o en la Tierra?» (Tabârî XXIV), y que deseaba deificarse (San Agustín, Quaestiones veteris et novi testamentí CXIII), no a la manera tratada abajo por una abnegación de la egoidad, sino, como dice Santo Tomás de Aquino, «por la virtud de su propia naturaleza» y «de su propio poder» (Summa Theologica I.63.3C). Todos nosotros somos, en mayor o menor medida, egomaníacos, y en la misma medida seguidores de SATÁN. Los Hechos de los Apóstoles 5:36 hablan de un cierto Teudas que «se jactaba de ser alguien». 451 AKCMeta Âkimcañña: La Anonadación De Sí Mismo