ISLAME — BASMALAH
Titus Burckhardt: INTRODUÇÃO AS DOUTRINAS ESOTÉRICAS DO ISLAME
Según el Profeta, todo lo que contienen los libros revelados se vuelve a encontrar en el Corán, y todo lo que contiene el Corán está resumido en la Sura al-fatiha («la que abre»), que a su vez está contenida en la fórmula bismillahi-r-Rahmani-r-Rahim («En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso»). La sura al-fatiha constituye el texto principal de la oración ritual. La fórmula mencionada, que se llama corrientemente la basmalah, es la fórmula de consagración que se pronuncia antes de cualquier recitación sagrada y acto ritual. De acuerdo con otra tradición, que generalmente se hace remontar al Califa ‘Ali, el sobrino del Profeta, la basmalah está contenida esencialmente en su primera letra ba’, y ésta en su punto diacrítico, que simboliza así la Unidad principial.
En la traducción convencional de la basmalah que acabamos de transcribir, la interpretación de los dos nombres al-Rahman y al-Rahim como el «Clemente» y el «Misericordioso» no es más que aproximativa a falta de sinónimos franceses. Los dos nombres implican la idea de la Misericordia (al-Rahman); al-Rahman corresponde a la Misericordia «que abarca todas las cosas», según una expresión coránica, y expresa la plenitud del Ser, Su beatitud esencial y la naturaleza universal de Su irradiación; al-Rahim corresponde a la Gracia. Como Rahman Dios Se manifiesta con la apariencia del mundo; como Rahim El Se manifiesta divinamente en el interior del mundo.
Los tres nombres divinos mencionados en la basmalah reflejan tres «dimensiones» o tres «fases» de la Infinitud divina, si se le permite a uno expresarse de esta forma: el nombre Allah simboliza, por su carácter indeterminado, el Infinito, en su trascendencia absoluta; Dios, por Su infinitud, «es rico en Sí mismo». El nombre al-Rahman expresa la «Infinitud superabundante»: dado que el Infinito no excluye ninguna realidad posible, incluso Su aparente limitación al ser Él la causa del mundo; la manifestación del mundo es pura «misericordia», pues gracias a ella Dios Se despliega en unas posibilidades limitativas que no agregan nada a Su plenitud esencial. El nombre de al-Rahim expresa la «Infinitud inmanente»: el mundo, que parece limitar al Infinito, no se limita en realidad más que a sí mismo; no podría excluir el Infinito que desciende misteriosamente en él y lo reabsorbe virtualmente en Su plenitud. La Infinitud divina implica necesariamente este ternario de aspectos.