Chuang Tzu: Tao Suprema Razão (Elorduy)

El Tao tiene en sí mismo la razón de su existencia

El carácter Tao tiene muchas significaciones más o menos emparentadas entre sí. Significa camino, decir, arte ou método y las más afines a nuestro propósito: razón, verdad y muy especialmente en Lao-tse y Chuang-tzu, la Suprema Razón o Verdad. Le podíamos haber traducido por Logos, que también tiene la mayor parte de esas significaciones, pero hemos preferido dejar la misma palabra china. En Chuang-tzu, como en los libros sapienciales hebreos, está usado casi siempre como sinónimo de sabiduría. Lo mismo la Sabiduría Suprema y transcendente como la inmanente a los seres, en especial al hombre.

El Tao no tiene origen o es Él mismo su origen.

“El mismo es su fundamento y su raíz. Su existencia estaba ya sólida y firme antes de que existieran el Cielo y la Tierra.”

La segunda frase es clara. El Tao es anterior a todos los seres, no una forma o modalidad de estos. En sí mismo, no en ellos, tiene la razón de su existencia.

El c. 23 p. 169, 12 dice también:

“Sale sin origen y entra sin orificio, tiene realidad y no tiene lugar, es duradero pero no tiene origen ni fin (“tronco y ramas”).”

En el c. 32 p. 238, 5:

“Aquellos superhombres vuelven en espíritu al que es sin principio y duermen dulcemente en esa región donde nada existe.”

Poco antes le ha llamado el Gran Comienzo.

“El Tao, dice en el cap. 17 p. 118,7, es un ser sin comienzo ni un; las cosas en cambio mueren y vuelven a la vida. Su ser no tiene apoyo en sí mismas.”

En el c. 24 p. 185 dice también:

“En el comienzo existe Él. Explicarle es igual que no explicarle. Conocerlo es como no conocerlo. Su inquisición no puede tener término y no puede no tener término. En aquel caos existe una realidad o verdad. Desde la antigüedad hasta los tiempos actuales permanece invariable. No puede tener detrimento o pérdida. ¿No es lo que puede ser denominado la Gran Grandeza Incontrastable?”

Esta doctrina es común en el taoísmo. Lieh-tzu la expresa con la misma firmeza: “El Tao es lo que vive eternamente sin tener origen de donde provenga”. Lao-tse le pone también en el ápice supremo por encima de los seres, anterior e independiente en su existencia a todo otro ser. En el c. 51 dice: “El Tao su majestad y el Te su precio o estimabilidad la tienen, no por voluntad ajena, sino por si mismos.” En el c. 42 dice: “El Tao engendra al Uno, el engendra al Dos, el Dos engendra al Tres y el Tres engendra los diez mil seres.” En el c. 25: “El hombre tiene por norma a la Tierra, la Tierra al Cielo, el Cielo al Tao, y el Tao es su propia ley Tao fa tzu jan.” Más tarde analizaremos la expresión tzu jan que aquí usa Lao-tse.

La existencia del Tao está tan bien cimentada en el taoísmo que nunca se la pone en duda. Es el fundamento en que se apoya todo el sistema taoísta. Se le llama fundamento y raíz de todas las cosas. “El cría y sustenta todos los seres sin que ellos se den cuenta; por eso se le llama Raíz y Fundamento”. c. 22 p. 155, 4.

Varias veces se habla de las opiniones de los antiguos sobre el origen de los seres diciendo unos que siempre los ha habido y otros que al principio existió la nada c. 2 p. 16, 6; c. 12 p. 83, 8; c. 23 p. 169, 12. Pero se advierte que el existir yu y la realidad shih, sólo se refieren al rincón de los seres.

“Nombres y realidades son estancias de las cosas. El anonimato y la carencia de realidad se dan en el vacío de los seres. Se puede hablar de Él pero cuanto más hablas más te alejas” c. 25 p. 194. 

“Si hubo quien los hizo o no, dice poco después, se reñere al mundo de las cosas. ¿Cómo puede referirse a la Gran Inmensidad? E) Tao no puede haber (como cosa señalable) ; el Haber no puede no haber”. Su mismo nombre Tao no es propio de Él sino cosa prestada”.

Plotino dice: “Es menester inquirir el origen de los seres que vienen de El (del Primero) ; pero hay que cesar de inquirir cómo fue engendrado el Primero, porque no ha sido engendrado. Es el primero y no se puede ya pasar más adelante.” (PLOTINO, Enneada VI 8, 10 p. 146 ed. Bréhier)

“No, dice poco después, no hay que decir ni que existe. Las otras cosas son las que existen después de Él y por Él. ¿Cómo puede haber recibido la existencia de otro o de si mismo quien subsiste antes de toda existencia? Una cosa que no existe ¿qué puede ser? No conviene hacer tales preguntas sino ir callando…Toda indagación llega a un principio y allí tiene que detenerse. Toda pregunta se refiere a la esencia, a la cualidad o al por qué de su existencia. Que el Primero existe — en el sentido que decimos existir — lo vemos por tos seres que vienen después de Él. Preguntar por su causa es buscarle un otro principio… Nuestra dificultad proviene de que nos representamos primero un espacio o un lugar, a la manera del caos de los poetas; después introducimos al Primero en este lugar o espacio que ha nacido en nuestra imaginación, y nos preguntamos de dónde ha venido y llegado aquí. Inquirimos su presencia o su existencia como si fuera Él un extraño.”

Chuang-tzu para designar la existencia del Tao usa el carácter tsun subsistir, pero le niega el carácter yu que parece envolver más la idea de tener o estar contenido en un lugar.

Se puede añrmar con toda seguridad del Tao de Chuang Tzu lo que el historiador G. Fraile dice del Uno de Plotino:

“La existencia del Uno es un presupuesto previo para la explicación de toda realidad. Con el Uno se explica todo y sin el Uno no se explica nada.” (FRAILE, GUILLERMO. Historia de la Filosofia, I BAC, Madrid, 1961 p. 706)

Chuang-Tzu