Coomaraswamy (Tempo) – Budismo

El budismo primitivo, a la vez en el Canon y como lo interpreta Buddhaghosha, recalca la inconstancia y la extrema brevedad de la vida bajo cualesquiera condiciones que sean; recalca, en una palabra, su mortalidad en el sentido de que «todo cambio es un morir» ( Platón, Eutidemo 283 D, Eckhart, ed. Evans 1.384 ); y afirma, inequívocamente, la irrealidad de los «seres» ( satta ) y del «sí mismo» ( atta ), aunque ambos términos son permisibles cuando se postulan meramente para los propósitos prácticos del cada día.

«Breve es la vida de los seres humanos… a ninguno de quienes la muerte no viene» ( S. 1.108, cf. A. 4.136 ). Incluso de un Brahma, cuyo día es de un millar de años, se dice que «su vida es corta, no para largo» ( S. 1.143 ). «La vida es como una gota de rocío… como una burbuja en el agua» ( A. 4.137, cf. D. 2.246 sig. ), — «como una gota de rocío en la punta de una hoja de hierba cuando sale el sol, así es la vida de los hombres. ¡Madre! No ME detengas» ( Vism. 231 ), es decir, no ME retengas lejos de la Vía. «En último análisis, el momento de la vida ( jivita-khano ) de los seres es tan breve ( atiparitto ) como el giro de un simple pensamiento; como el giro de una rueda de carro, que gira por medio de un sólo punto de su llanta, y permanece inmóvil por medio de un sólo punto también, así es la vida de los seres, como de un solo momento de pensamiento, y cuando este momento acaba se dice que el ser ha acabado. Como se ha dicho, “En el momento-de-pensamiento pasado uno vivió… en el momento-de-pensamiento futuro uno vivirá… en el momento-de-pensamiento presente uno está vivo”,

“La vida, la naturaleza auto-sí mismada ( atta-bhava ), el
placer y el dolor, todo
Es un conjunto ( samayutta ) en un sólo pensamiento,
y su momento pasa velozmente”…
Tal es la “Recordación de la Muerte” en los términos
de la “Brevedad del Momento”» ( Vism. 238 ).

«Connaturales son la vida y su robo… Los seres nacen llevando en sí mismos el envejecimiento y la muerte. Pues, ciertamente, su pensamiento recurrente está infectado de envejecimiento, coincidentemente con su originación; de la misma manera que una piedra que cae desde la cima de una montaña, estalla en los agregados de los que se compone, así esa muerte instantánea ( khanika-maranam ) es connatural con el adviento» ( Vism. 1.230 ). En otras palabras, el nacimiento y la muerte no son eventos únicos en cualquier existencia contingente, sino el material mismo ( evam-dhammo ) de la «vida»; y esta propensión, de la que el nacimiento y la muerte particulares son sólo casos especiales, es precisamente esa «reencarnación» ( puna-bhava, -agamana ) de la que se busca un escape final; la in-mortalidad ( amata ) y la vida o el devenir ( bhava ) no son composibles, sino incompatibles; «la cesación del devenir es el Nibbana» ( S. 2.117 ). «Como entre un pensamiento y el siguiente ( citt’antaro ), así es un mortal» ( A. 5.300 ): «¿Podría llamarse “rápido” a un hombre que pudiera correr tanto como para agarrar en el aire las flechas soltadas al mismo tiempo por cuatro maestros arqueros?. Más rápido que eso es el desgaste de los factores que componen la vida» ( S. 2.266 ); «Todo lo que nace, todo lo que deviene, es corruptible» ( palokadhammam, S. 5.163 ). Es en este sentido como «el Buddha presencia el mundo en disolución momentánea ( khane khane )» ( Dpvs. 1.16 ).

«Ochenta y cuatro mil eones duran los Maruts, y sin embargo no duran siquiera lo que dura la secuencia de dos pensamientos… El mundo vive en el presente, y muere con la disolución de un pensamiento ( paccuppanena jivati cittabhanga mato loke )… De lo invisible vienen los seres nacidos, y una vez disueltos pasan adentro de lo invisible; como un relámpago en el éter, así surgen y desaparecen» ( Vism. 625, 626 ).

El tiempo ( samaya, «juntación» ) es pasado ( atita, «ya-partido» ), futuro ( anagata, «no-venido» ), o presente ( pacuppanna, «ya-llegado» ). El presente tiene tres sentidos; el del momento ( khana- ) en el que se tocan la llegada, el estasis, y la caída ( uppada-tthiti-bhangapattam ); el de la continuación ( santati- ), es decir, el «ahora» en el sentido extenso y usual de la palabra; y el de senda ( addha- ), en el sentido de lapso de vida, ya sea largo o corto; y de estos tres presentes, el primero está incluido en el segundo, y el segundo en el tercero. El devenir de los quíntuples agregados, es decir, de los «seres», o «sí mismos», tiene lugar en el curso de todos estos «tiempos». ( Vism. 431, 473 ).

Ananda Coomaraswamy