Druidas

CELTASDRUIDAS

René Guénon: REALEZA E PONTIFICADO

Por lo que acabamos de decir, ya se puede comprender que el «Rey del Mundo» debe tener una función esencialmente ordenadora y reguladora (y se observará que no carece de fundamento que esta última palabra tenga la misma raíz que rex y regere), función que puede resumirse en una palabra como la de «equilibrio» o de «armonía», lo que traduce precisamente en sánscrito el término Dharma [[La raíz dhri expresa esencialmente la idea de estabilidad; la forma dhru, que tiene el mismo sentido, es la raíz de Dhruva, nombre sánscrito del Polo, y algunos le aproximan el nombre griego del roble, drus; en latín, por lo demás, la misma palabra robur significa a la vez roble y fuerza o firmeza. En los Druidas (cuyo nombre debe leerse quizás dru-vid, uniendo de este modo la fuerza y la sabiduría), así como en Dodona, el roble representaba el «Árbol del Mundo», símbolo del eje fijo que une los polos.]]: Lo que entendemos por eso, es el reflejo, en el mundo manifestado, de la inmutabilidad del Principio supremo. Se puede comprender también, por las mismas consideraciones, por qué el «Rey del Mundo» tiene como atributos fundamentales la «Justicia» y la «Paz», que no son más que las formas revestidas más especialmente por ese equilibrio y esa armonía en el «mundo del hombre» (mânava-loka)[[Es menester recordar aquí los textos bíblicos en los que la Justicia y la Paz se encuentran estrechamente vinculadas: «Justitia et Pax osculatae sunt» (Salmos LXXXIV, 11), «Pax opus Justitiae», etc.]]. Ese es también un punto de la mayor importancia; y, además de su alcance general, se lo señalamos a aquellos que se dejan llevar de ciertos temores quiméricos, de los que el libro mismo de M. Ossendowski contiene como un eco en sus últimas líneas.

ATLÂNTIDA E HIPERBÓREA

Al hablar de ese «punto de juntura», pensábamos sobre todo en el Druidismo; y he aquí justamente que, a propósito del Druidismo, encontramos todavía en Atlantis (Julio-Agosto de 1929) otra nota que prueba cuan difícil es a veces hacerse comprender. Al sujeto de nuestro artículo de junio sobre el «triple recinto» [[Artículo titulado EL TRIPLE RECINTO DRUÍDICO aparecido en Le Voile d’Isis, 1929, y que forma el capítulo X de SÍMBOLOS FUNDAMENTALES DE LA CIENCIA SAGRADA.]], M. le Cour escribe esto: «Es restringir el alcance de este emblema el hacer del mismo únicamente un símbolo druídico; es verosímil que le es anterior y que irradia más allá del mundo druídico». Ahora bien, estamos tan lejos de hacer de él únicamente un símbolo druídico que, en ese artículo, luego de haber notado, según M. le Cour mismo, ejemplos relevados en Italia y en Grecia, hemos dicho: «El hecho de que esta misma figura se encuentre en otras partes además de entre los Celtas indicaría que había, en otras formas Tradicionales jerarquías iniciáticas constituidas sobre el mismo modelo (que la jerarquía druídica), lo que es perfectamente normal». En cuanto a la cuestión de anterioridad, sería menester primero sabe a qué época precisa se remonta el Druidismo, y es probable que se remonte mucho más atrás de lo que se cree de ordinario, tanto más cuanto que los Druidas eran los poseedores de una Tradición de la cual una parte notable era incontestablemente de proveniencia hiperboreana.

Perenialistas – Referências