SÍMBOLOS — TRADIÇÃO JUDAICA — ESTRELA DE DAVI
VIDE: SEIS; A ESTRELA DE DAVI E A LUZ; ESTRELA DE DAVI INTERIOR-EXTERIOR
René Guénon: OS SÍMBOLOS DA ANALOGIA
Por otra parte, si se unen de dos en dos los extremos no contiguos de los seis rayos, se obtiene la conocida figura del hexagrama o “sello de Salomón”, formada por dos triángulos equilateros opuestos y entrelazados; la estrella de seis puntas propiamente dicha, que no difiere sino en que se traza solamente el contorno exterior, no es, evidentemente, sino una variante de ese mismo símbolo. El hermetismo cristiano medieval veía, en los dos triángulos del hexagrama, entre otras cosas, una representacioón de la únión de las dos naturalezas, divina y humana, en la persona de Cristo; y el número seis, con el cual dicho símbolo está naturalmente relacionado, tiene entre sus significaciones la de unión y mediación, que conviene perfectamente en tal caso1. Ese mismo número es también, segun la Qabbalah hebrea, el número de la creación (la “obra de los seis días” del Génesis, en relación con las seis direcciones del espacio); y a este respecto, además, la atribucíón de su símbolo al Verbo se justifica igualmente bien: es, en suma, como una especie de traducción gráfica del omnia per ipsurn facta sunt del Evangelio de San Juan.
Juli Peradejordi Excertos de La Puerta
Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo. Hermes Trismegisto
Los cuatro elementos forman el alfabeto con el cual Dios enseña a los hombres clarividentes. Louis Cattiaux
Uno de los símbolos más conocidos entre los aficionados a las ciencias ocultas es la denominada “Estrella de David”. Llamada también “Estrella de los Magos” o “Sello de los Sabios” (Sigillum Sapientum), ha sido objeto de las interpretaciones más variopintas.
Los magos medievales la han utilizado en sus pantáculos y rituales, y todos los autores que se han ocupado de ocultismo no han podido resistir a la tentación de brindarnos su interpretación personal.
No es nuestro propósito ofrecer una nueva interpretación, ni tampoco repasar todas las existentes, que no son pocas. Deseamos, simplemente, prescindiendo de cualquier connotación de tipo “mágico” o “brujeril”, ahondar en la medida de nuestras posibilidades en el sentido cabalístico de este símbolo fundamental. Por ello, en el presente artículo, rehuiremos apoyarnos en las especulaciones de los ocultistas, que son casi los únicos en haber comentado este símbolo, limitándonos voluntariamente a las fuentes tradicionales, que en este caso son en su inmensa mayoría iconográficas, y a su análisis. Si los maestros son más bien parcos en palabras en lo que se refiere al tema que nos ocupa, las imágenes que nos han legado son lo suficientemente elocuentes por sí mismas.
Creemos que la Estrella de David es una de las mejores representaciones gráficas del símbolo por excelencia. No es necesario extenderse aquí en la explicación de qué era el símbolo para los griegos. Tampoco desearíamos, en la medida de lo posible, repetir lo que se encuentra en otros artículos de este ejemplar de La Puerta. Señalemos únicamente que el símbolo era un objeto cortado en dos partes, conservada cada una de ellas por una persona. Estas dos partes eran, pues, de idéntica naturaleza, complementarias, encajando perfectamente entre sí.
La Estrella de David es un símbolo en la medida en que está compuesta por dos partes complementarias, representadas por dos triángulos equiláteros Δ ∇ que pueden reunirse formando un rombo o la estrella.
En el rombo ◊, vemos que un triángulo es reflejo del otro; en la estrella ?, que son complementarios.
Podemos ver simbolizados en estos dos triángulos al Cielo Δ y a la Tierra ∇ constituyendo la estrella ? su unión.
Δ es lo masculino, lo activo, mientras que ∇ representa lo femenino, lo pasivo.
Para algunos autores (René Guénon), sería la montaña y la caverna. Es, en cierto modo, lo mismo que la montaña y el pozo, tal y como aparecen en la figura siguiente que comenta el texto de Hermes Trismegisto que encabeza estas páginas.
Desde otro punto de vista, podemos ver en la Estrella de David la reunión de los cuatro elementos. Estos son los siguientes: Fuego Tierra Aire Agua.
Algunos autores, notablemente el de La Clavícula de la Ciencia Hermética, un discreto “habitante del Norte”, al final de su soberbio tratado, traducido y publicado por primera vez en castellano por Jeanne d’Hooghvorst en este ejemplar de La Puerta, han hecho corresponder las cuatro letras del Tetragrama o Nombre de Dios con los cuatro elementos.
Tanto si unimos los dos triángulos, o sea el Cielo y la Tierra, como si lo hacemos con los cuatro elementos o, lo que es lo mismo, las cuatro letras del Nombre de Dios, el resultado es el mismo: la Estrella de David.
NOTAS: