JULIUS EVOLA — DILÚVIO
Casi todos los pueblos guardan el recuerdo de una catástrofe que cerrará el ciclo de una humanidad anterior. El mito del diluvio es la forma bajo la cual aparece más frecuentemente este recuerdo, entre los iranios como entre los mayas, entre los caldeos y los griegos, al igual que en las tradiciones hindúes, en los pueblos del litoral atlántico-africano, desde los caldeos a los escandinavos. Su contenido original es por lo demás un hecho histórico: es, esencialmente, el fin de la tierra atlántica, descrita por Platón y Diodoro. En una época que, según algunas cronologías mezcladas con mitos, es sensiblemente anterior a la que, en la tradición hindú, habría dado nacimiento a la “Edad sombría”, el centro de la civilización atlántica”, con la cual las diversas colonias debieron verosímilmente conservar durante largo tiempo lazos, se hundió entre las olas. El recuerdo histórico de este centro desaparece poco a poco en las civilizaciones derivadas, donde fragmentos de la antigua herencia se mantuvieron durante un cierto tiempo en la sangre de las castas dominantes, en algunas raices del lenguaje, en una similitud de instituciones, signos, ritos y hierogramias, pero donde, más tarde, la alteración, la división y el olvido terminaron por imponerse. Se verán en aquel marco donde debe ser situada la relación existente entre la catástrofe en cuestión y el castigo de los titanes. Por el momento, nos limitaremos a observar que, en la tradición hebraica, el tema titánico de la Torre de Babel, y el castigo consecutivo de la “confusión de lenguas” podrían hacer alusión a un período donde la tradición unitaria se perdió, las diferentes formas de civilización se disociaron de su origen común y dejaron de comprenderse, después que la catástrofe de las aguas hubo cerrado el ciclo de la humanidad atlántica. El recuerdo histórico subsistió sin embargo en el mito, en la supra-historia. Occidente, donde se encontraba la Atlántida durante su ciclo originario, cuando reproducía y continuaba la función “polar” más antigua, expresa constantemente la nostalgia mística de los “caídos”, la melior spes de los héroes y los iniciados. Mediante una trasposición de los planos, las aguas que se cerraron sobre la tierra atlántica fueron comparados a las “Aguas de la muerte” que las generaciones siguientes, post-diluvianas, compuestas por seres ya mortales, deben atravesar iniciáticamente para reintegrarse en el estado divino de los “muertos”, es decir, de la raza desaparecida. Es en este sentido que pueden ser a menudo interpretadas las representaciones bien conocidas de la “Isla de los Muertos” donde se expresa, bajo formas diversas, el recuerdo del continente insular engullido por las aguas. Al misterio del “paraiso” y de los lugares de inmortalidad en general, vino a unirse al misterio de Occidente (e incluso del Norte, en algunos casos) en un conjunto de enseñanzas tradicionales, de la misma forma que el tema de los “Salvados de las aguas” y los que “no se hunden en las aguas”, del sentido real, histórico — aludiendo a las élites que escaparon a la catástrofe y fundaron nuevos centros tradicionales — tomó un sentido simbólico y figuró en leyendas relativas a profetas, héroes e iniciados. De forma general los símbolos propios de esta raza de los orígenes reaparecieron enigmáticamente por una vía subterránea hasta en una época relativamente reciente, allí donde reinaron reyes y dinastías dominadoras tradicionales.
Evola Diluvio
TERMOS CHAVES: dilúvio