René Guénon — A GRANDE TRÍADE

A ÁRVORE DO MEIO
Otro aspecto del simbolismo de la cruz es el que le identifica a lo que las diversas tradiciones designan como el “Árbol del Medio” o por cualquier otro término equivalente; hemos visto en otra parte que este árbol es uno de los numerosos símbolos del “Eje del Mundo”1. Es pues la línea vertical de la cruz, figura de este eje, la que hay que considerar aquí principalmente: ella constituye el tronco del árbol, mientras que la línea horizontal ( o las dos líneas horizontales para la cruz de tres dimensiones ) forma sus ramas. Este árbol se eleva en el centro del mundo, o más bien de un mundo, es decir, del dominio en el que se desarrolla un estado de existencia, tal como el estado humano que es el que se considera más habitualmente en parecido caso. En el simbolismo bíblico, en particular, es el “Árbol de la Vida”, que está plantado en el medio del “Paraíso terrestre”, el cual representa el centro de nuestro mundo, así como lo hemos explicado en otras ocasiones2. Aunque no tenemos la intención de extendernos aquí sobre todas las cuestiones relativas al simbolismo del árbol, y que requerirían un estudio especial, sin embargo, a propósito de éste, hay algunos puntos que no creemos inútil explicar.

En el Paraíso terrestre, no había sólo el “Árbol de la Vida”; hay otro que desempeña un papel no menos importante e incluso más generalmente conocido: es el “Árbol de la Ciencia del bien y del mal”3. Las relaciones entre estos dos árboles son muy misteriosas: el relato bíblico, inmediatamente después de haber designado el “Árbol de la Vida” como estando “en el medio del Jardín”, nombra el “Árbol de la Ciencia del bien y del mal”4; más adelante, se dice que este último estaba igualmente “en el medio del jardín” ( Génesis, III, 3. ); y finalmente Adam, después de haber comido el fruto del “Árbol de la Ciencia”, no habría tenido más que “extender su mano” para tomar también del fruto del “Árbol de la Vida”5. En el segundo de estos tres pasajes, la prohibición hecha por Dios se refiere incluso únicamente al “árbol que está en el medio del Jardín”, y no se especifica de otra manera; pero, remitiéndose al otro pasaje donde esta prohibición ya se ha enunciado6, se ve que es evidentemente del “Árbol de la Ciencia del bien y del mal” del que se trata en este caso. Es sin duda en razón del lazo que esta proximidad establece entre los dos árboles por lo que están estrechamente unidos en el simbolismo, hasta tal punto que algunos árboles emblemáticos presentan rasgos que evocan al uno y al otro a la vez; pero queda explicar en qué consiste este lazo en realidad.




  1. RGRM, cap. II; sobre el “Árbol del Mundo” y sus diferentes formas, ver también EL HOMBRE Y SU DEVENIR SEGÚN EL VÊDÂNTA, cap. VIII. — En el esoterismo islámico, existe un tratado de Mohyiddin ibn Arabi titulado “EL ÁRBOL DEL MUNDO” ( Shajaratul-Kawn ). 

  2. RGRM, cap. V y IX; AUTORIDAD ESPIRITUAL Y PODER TEMPORAL, cap. V y VIII. 

  3. Sobre el simbolismo vegetal en relación con el “Paraíso terrestre”, ver RGED, cap. IX. 

  4. Génesis, II, 9. 

  5. Génesis, III, 22. 

  6. Génesis, II, 17.