René Guénon — Sheikh Seyid Ali Nûreddin El-Bayûmi
Estas pocas indicaciones, por sumarias que sean, mostrarán de qué modo una ciencia tradicional regularmente constituida se vincula a los principios de orden doctrinal y depende de ellos enteramente; y al mismo tiempo harán comprender lo que hemos dicho frecuentemente, de que una tal ciencia está estrictamente ligada a una forma Tradicional definida, de tal suerte que sería enteramente inutilizable fuera de la civilización para la cual la misma ha sido constituida según esa forma. Aquí, por ejemplo, las consideraciones que se refieren a los nombres divinos y a los profetas, y que son precisamente aquellas sobre las cuales todo lo demás se basa, serían inaplicables fuera del mundo islámico, del mismo modo que, para tomar otro ejemplo, el cálculo onomántico, empleado aisladamente, sea como elemento del establecimiento del horóscopo en algunos métodos astrológicos, no podría ser válido más que para los nombres árabes, cuyas letras poseen valores numéricos determinados. Hay siempre, en este orden de las aplicaciones contingentes, una cuestión de adaptación que hace imposible el transporte de esas ciencias tal cuales de una forma Tradicional a otro; y ahí está también, sin duda, una de las principales razones de la dificultad que tienen en comprenderlas aquellos que, como los occidentales modernos, no tienen el equivalente de las mismas en su propia civilización (NA: los dones que han servido de base a estas notas están sacados de los tratados inéditos del Sheikh Seyid Ali Nûreddin El-Bayûmi, fundador de la tarîqah que lleva su nombre (bayûmiyah); estos manuscritos están todavía actualmente en posesión de sus descendientes directos.). AEIT : LA QUIROLOGÍA EN EL ESOTERISMO ISLÁMICO