Guénon Triratna

René Guénon — A GRANDE TRÍADA

O «TRIRATNA»
Para terminar el examen de las concordancias entre diferentes ternarios tradicionales, diremos algunas palabras del ternario Buddha, Dharma, Sangha, que constituye el Triratna o «triple joya», y que algunos occidentales llaman, muy impropiamente, una «Trinidad búdica». Es menester decir de inmediato que no es posible hacer corresponder exacta y completamente sus términos con los de la Gran Tríada; no obstante, puede considerarse una tal correspondencia, al menos bajo algunas relaciones. Primeramente, en efecto, para comenzar por lo que aparece más claramente a este respecto, el Sangha o la «Asamblea»1, es decir, la comunicad búdica, representa aquí evidentemente el elemento propiamente humano; desde el punto especial del budismo, ocupa, en suma, el lugar de la Humanidad misma2, porque el Sangha es para el budismo la porción «central», aquella en relación a la cual se considera todo lo demás3, y también porque, de una manera general, toda forma tradicional particular no puede ocuparse directamente más que de sus adherentes efectivos, y no de los que están, si se puede expresar así, fuera de su «jurisdicción». Además, la posición «central» dada al Sangha, en el orden humano, está realmente justificada (como, por lo demás, podría estarlo igualmente y al mismo título la de su equivalente en toda otra tradición) por la presencia en su seno de los Arhats, que han alcanzado el grado del «hombre verdadero»4, y que, por consiguiente, están situados efectivamente en el centro mismo del estado humano.




  1. Evitamos el empleo del término «Iglesia», que, aunque tiene etimológicamente poco más o menos la misma significación, ha tomado en el Cristianismo un sentido especial que no puede aplicarse en otra parte, de igual modo que el término «Sinagoga», que tiene también la misma significación original, ha tomado por su lado un sentido específicamente judaico. 

  2. Uno podrá acordarse aquí de lo que hemos dicho al comienzo respecto al papel similar del término houei, o de lo que representa, en el caso de la Tien-ti-houei. 

  3. Ya hemos explicado este punto de vista, en otro caso, a propósito de la situación «central» atribuida al Imperio chino. 

  4. Los Bodhisattvas, que se podrían hacer corresponder al grado de «hombre transcendente», escapan por eso mismo al dominio de la comunidad terrestre y residen propiamente en los «Cielos», de donde no «vuelven», por vía de la realización «descendente», más que para manifestarse como Buddhas. 

René Guénon