Interior-Exterior

MUNDOHUMANO — INTERIOR E EXTERIOR

VIDE: abaixo acima, homem exterior interior, centro, vacuidade, visível-invisível, interioridade

Segundo o Dicionário Oxford, “ad extra” refere-se ao que resulta ou tem efeito no mundo exterior (enquanto oposto à sua própria mente, eu, etc); ao passo que “ad intra” refere-se a uma ação ou característica de Deus que não é comunicável ao mundo além das Pessoas da Trindade. (contribuição de Antonio Carneiro)

Ysabel de Andia

A distinção interior-exterior é uma distinção humana e o o olhar de Deus envelopa o homem e «põe a nu» seu coração: «Onde iria longe de teu espírito, onde fugiria longe de tua face?»

Enfim é Deus que revelará o coração do homem.

Porque «nada está oculto» a seus olhos, Deus só pode «manifestar» o «segredo dos corações» e a ele só pertence o julgamento. A passagem do «oculto» ao «manifestado» procede de Deus e não do homem pois esta manifestação do «segredo dos corações» se fará pela manifestação de sua glória. (Ysabel de Andia: Mystiques d’orient et d’occident)

Michel Henry

A distinção entre o que, exterior ao homem lhe é estranho, e, por outro lado, o “coração” onde o homem se experimenta ele mesmo, ele e tudo mais que ele experimenta — suas afecções, seus desejos e tudo mais que relata o dito de Jesus O MAL DE DENTRO —, uma tal distinção, tão importante seja ela, não nos permite de modo algum nos elevar acima da ordem humana: ela serve ao contrário a defini-la. Trata-se de uma ordem que não é aquela das coisas mas da vida que se experimenta ela mesma com seus sofrimentos, seu caprichos maus ou sua imensa alegria de viver. (Michel Henry: Michel Henry Palavras do Cristo)

Toshihiko Izutsu

Lo Absoluto posee un aspecto bajo el que aparece en cada criatura. Se trata de lo Exterior manifestándose en todo lo inteligible y, al mismo tiempo, de lo Interior ocultándose a toda inteligencia excepto en la mente de quienes mantienen que el mundo es su Forma y su Ipseidad como (manifestación concreta de) el Nombre «el Exterior».

Al-Qashani reproduce este pasaje de forma más explícitamente articulada:

Lo Absoluto aparece en cada criatura de acuerdo con la «preparación» (o sea la capacidad natural) de dicha criatura en particular. En este sentido, es lo Exterior apareciendo en todo lo inteligible de acuerdo con la «preparación» de la inteligencia individual. Tal (o sea la «preparación» particular) es el límite de cada inteligencia…

Pero (lo Absoluto) también es lo Interior, (y en esta medida) nunca es accesible a la inteligencia más allá del límite impuesto por la «preparación» de ésta. Si la inteligencia intenta ir más allá de su límite natural a través del pensamiento, es decir (si intenta entender) lo que está naturalmente oculto a su entendimiento, el corazón se extraviará, excepto en el caso de los auténticos sabios cuyo entendimiento no tiene límite. Ellos son quienes comprenden la cuestión de Dios desde Dios, y no mediante el pensamiento. Nada es «interior» (o sea nada está oculto) para su entendimiento. Y saben que el mundo es la Forma o la Ipseidad de lo Absoluto, es decir su realidad interna, manifestándose externamente bajo el Nombre «el Exterior». Ya que la Realidad divina (haqiqa) en su absolutidad nunca puede ser «Ipseidad», excepto por una determinación (o limitación), aunque sea la de la «absolutidad» misma, como ilustran las palabras coránicas: «El es Dios, el Unico».

En cuanto a la Realidad divina como tal, está completamente libre de cualquier determinación, si bien (en potencia) está limitada por todas las determinaciones de los Nombres divinos.

Lo Absoluto no sólo se manifiesta en todas las cosas del mundo, de acuerdo con la «preparación» de cada una de ellas, sino que es el «espíritu» (ruh) de todo, el «interior» (batin). Éste es el significado del Nombre «el Interior». Y, en el sistema ontológico de Ibn Arabi, el hecho de que lo Absoluto constituya el «espíritu» o el «interior» de todo significa que se manifiesta en el arquetipo (o esencia) de cada cosa. Es un tipo de manifestación (tajalli) en igual medida que el tajalli exterior. Lo Absoluto, desde esta perspectiva, se manifiesta tanto interna como externamente.

(Lo Absoluto) es, interiormente, el «espíritu» de todo lo que aparece exteriormente (en el mundo de los fenómenos). En este sentido, es el Interior. Porque la relación que mantiene con las formas fenoménicas del mundo es igual a la del alma (humana) con el cuerpo que gobierna.

Lo Absoluto, en este aspecto, se manifiesta en todas las cosas, y éstas, en este sentido, son formas «determinadas (o limitadas)» de lo Absoluto. Pero si, deslumbrados por ello, sólo damos importancia a la «asimilación» (tashbih), cometeremos exactamente el mismo error de parcialidad que si recurrimos únicamente al tanzîh. «Quien “asimila” lo Absoluto lo delimita y determina en igual medida que quien lo “purifica”, y es un ignorante de lo Absoluto

Como dice al-Qashani,

Quien «asimila» lo Absoluto lo confina en una forma determinada, y todo lo que está confinado en un límite fijador es, en este aspecto, una criatura. Deducimos de ello que la totalidad de esos límites fijadores (o sea de las cosas concretas), si bien no deja de ser lo Absoluto, no es lo Absoluto en sí. Ello se debe a que la Realidad Unica que se manifiesta en todas las determinaciones individuales es diferente de dichas determinaciones reunidas.

(Toshihiko Izutsu, Sufismo Taoismo)

Perenialistas – Referências