Segundo editorial da notável revista LA PUERTA, em número dedicado ao EGITO ANTIGO, no segundo século da era cristã Hermes escreveu em grego a extraordinária profecia que transcrevemos a seguir e provavelmente na mesma época Plutarco compunha seu célebre tratado DE ÍSIS E OSÍRIS. O Cristianismo apenas nascia no mundo judeu-grego.
Concluindo este excelente editorial, se afirma: «quando um povo perde a seus sábios conhecedores e realizadores, a tradição se resseca em forma de letra morta, de rituais exteriores, que, pouco a pouco, se alteram por causa da ignorância de seus guardiões. (…) Posto que os sábios que escreveram a tradição e instauraram os rituais e suas imagens desapareceram, não resta ninguém para vivificá-los e explicá-los aos homens. Esta é a origem das «superstições», palavra que significa precisamente «o que subsiste de uma coisa», tal e como os ossos da pessoa subsistem depois dela».
Perenialistas: Jean Hani; Fernand Schwarz; Jean Robin
El simbolismo de que se trata (Centro do Mundo) se encuentra particularmente entre los antiguos egipcios; en efecto, según Plutarco, “los egipcios dan a su país el nombre de Khemia 1 , y lo comparan a un corazón” 2 . La razón que da este autor es bastante extraña: “Ese país es en efecto cálido, húmedo, está contenido en las partes meridionales de la tierra habitada, extendido a mediodía como en el cuerpo del hombre el corazón se extiende a la izquierda”, pues “los egipcios consideran el Oriente como el rostro del mundo, el Norte como la derecha y el Mediodía como la izquierda” 3 . Éstas no son sino similitudes harto superficiales, y la verdadera razón ha de ser muy otra, puesto que la misma comparación con el corazón se aplica generalmente a toda tierra a la cual se atribuya carácter sagrado y “central” en sentido espiritual, cualquiera fuere su situación geográfica (v. Terra Santa). Por lo demás, según el mismo Plutarco, el corazón, que representaba a Egipto, representaba a la vez el Cielo: “Los egipcios — dice — figuran el Cielo, que no puede envejecer porque es eterno, por un corazón colocado sobre un brasero cuya llama alimenta su ardor 4 . Así, mientras que el corazón se figura por un vaso que no es sino el que las leyendas del Medioevo occidental designarían como el “Santo Graal”, es a su vez y simultáneamente el jeroglífico de Egipto y del Cielo. (OS GUARDIÕES DA TERRA SANTA)
Caminhantes: Schwaller de Lubicz; John Anthony West
NOTAS: