“La segunda condición es Taijasa ( el “Luminoso”, nombre derivado de Têjas, que es la designación del elemento ígneo ), cuya sede está en el estado de sueño ( swapna-sthâna ), que tiene el conocimiento de los objetos internos ( mentales ), que tiene siete miembros y diecinueve bocas, y cuyo dominio es el mundo de la manifestación sutil”1.
(…)
Ya sea que uno se coloque en el punto de vista “macrocósmico”, como acabamos de hacerlo en último lugar, o en el punto de vista “microcósmico” que habíamos considerado primero, el mundo ideal de que se trata se concibe por facultades que corresponden analógicamente a aquellas por las que se percibe el mundo sensible, o, si se prefiere, que son las mismas facultades que éstas en principio ( puesto que son siempre las facultades individuales ), pero consideradas en un modo de existencia diferente y a un grado de desarrollo diferente, puesto que su actividad se ejerce en un dominio también diferente. Por eso es por lo que atman, en este estado de sueño, es decir, en tanto que Taijasa, tiene el mismo número de miembros y de bocas ( o instrumentos de conocimiento ) que en el estado de vigilia en tanto que Vaishwâra2; por lo demás, es inútil repetir su enumeración, ya que las definiciones que hemos dado precedentemente pueden aplicarse igualmente, por una transposición apropiada, a los dos dominios de la manifestación grosera o sensible y de la manifestación sutil o ideal.
Mândukya Upanishad, shruti 4. — El estado sutil es llamado en este texto pravivikta, literalmente “predistinguido”, porque es un estado de distinción que precede a la manifestación grosera; esta palabra significa también “separado”, porque el “alma viva”, en el estado de sueño, está en cierto modo encerrada en sí misma, contrariamente a lo que tiene lugar en el estado de vigilia, “común a todos los hombres”. ↩
Estas facultades deben considerarse aquí como repartiéndose en las tres “envolturas” cuya reunión constituye la forma sutil ( vijnânamaya-kosha, manomaya-kosha y pranamaya-kosha ). ↩