La ofrenda de sí mismo del sacrificador se actúa ritualmente de varias maneras. Por ejemplo, el prastara, que representa al sacrificador, se arroja dentro del Fuego, y solo se salva de una inmolación efectiva por una INVOCACIÓN del Fuego mismo (Shatapatha Brâhmana I.9.2.17, cf. III.4.3.22): uno que se acerca ritualmente al fuego del hogar o al Fuego sacrificial, lo hace reflexionando que «ese Fuego sabe que ha venido a darse a mí» (paridâm ME, Shatapatha Brâhmana II.4.1.11, cf. IX.2.1.17, IX.2.3.15, 17, IX.4.4.3; Aitareya Brâhmana II.3), y, ciertamente, si «no hiciera expresamente esta renuncia de sí mismo (âtmanah paridâm na vadeta), el Fuego le privaría del Fuego» (Shatapatha Brâhmana IX.5.1.53). 513 AKCMeta Âtmayajña: El Sacrificio de sí Mismo
Ahora está claro también por qué se nos dice en Rig Veda Samhitâ X.85.3-4 que, aunque «ellos imaginan cuando machacan la planta que están bebiendo el verdadero Soma, sin embargo, de el que los brâhmanes comprenden por “Soma” nadie saborea nunca, nadie saborea que more sobre la tierra». El jugo extraído no es inmediatamente, ni tampoco realmente Soma (Sâyana, na ca sa sâkshât somah). La bebida de Soma, en otras palabras, es un rito de transubstanciación; «es metafísicamente (paroksham) como el Kshatriya obtiene la bebida de Soma, ella no es inmediatamente (pratyaksham = sâkshat) participada por él… (sino solo) a través del Sumo Sacerdote (purodhas), a través de la iniciación (dîkshâ), y de la INVOCACIÓN ancestral» (pravara, que implica la «sucesión apostólica»), Aitareya Brâhmana VII.31; cf. Shatapatha Brâhmana III.6.2.9, donde las piedras de prensar el Soma son la Iniciación (dikshâ) y el Ardor (tapas); «ellos recogen (âhrtya) la planta usânâ y la prensan, y por medio de la iniciación (dîksâ) y las sesiones (upasads, círculos sacrificiales), por el (vinculamiento del) Tânunaptra y el “hacer que crezca” (âpyâyana), la hacen ser “Soma”» (Shatapatha Brâhmana III.4.3.13); «por la Fe, la hija de Suryâ, él la hace (surâ, brandy, propiamente la bebida de los Asuras y repugnante para los brâhmanes) ser jugo de Soma» (Shatapatha Brâhmana XII.7.3.11); eso que los Asvins arrebataron a Namuci (Vrtra) se bebe ahora como Soma (Shatapatha Brâhmana XII.8.1.3-5), la «Ofrenda Suprema» (Vâjasaneyi Samhitâ XIX.2, Shatapatha Brâhmana XII.8.2.12). 561 AKCMeta Âtmayajña: El Sacrificio de sí Mismo
En Aitareya Brâhmana II.31-32, se dice que los Devas, incapaces de vencer a los Asuras, han «visto» el «laude silente» (tushnîm sansam apasyam), y a este los Asuras no pudieron seguirlo. Este «laude silente» se identifica con lo que se llama los «ojos de los prensados-de-soma, por cuyo medio el Comprehensor alcanza el mundo de la Luz». Hay una referencia a «estos Ojos de soma, ojos de contemplación (dhî) e intelecto (manas) con los cuales nosotros contemplamos al Áureo» (hiranyam, Rig Veda Samhitâ I.139.2, es decir, Hiranyagarbham, el Sol, la Verdad, Prajâpati, como en Rig Veda Samhitâ X.121). En conexión con esto puede observarse que, como el vino de otras tradiciones, el soma que se comparte no es el verdadero elixir (RASA, amrta) de la vida, sino un licor simbólico -«De lo que los Brâhmanes comprenden por “soma” nadie jamás saborea, nadie saborea que more sobre la tierra» (Rig Veda Samhitâ X.85.3-4): es «por medio del sacerdote, la iniciación y la INVOCACIÓN» como el poder temporal participa de la semejanza del poder espiritual (brahmano rupam), Aitareya Brâhmana VII.3. Aquí la distinción entre el soma que se comparte efectivamente y el soma que se comparte teóricamente es análoga a la que hay entre las palabras habladas del ritual y eso que no puede expresarse en palabras, y similarmente análoga a la distinción entre la representación visible y la «imagen que no está en los colores» (Lankâvatâra Sutra II.118). 911 AKCMeta LA DOCTRINA VÉDICA DEL «SILENCIO»?