Además de los Vêdângas, es menester mencionar también los Upavêdas, palabra que designa conocimientos de orden inferior, pero que reposan, no obstante, sobre una base estrictamente tradicional; el orden al que se refieren estos conocimientos es el de las aplicaciones prácticas. Hay cuatro Upavêdas, que están vinculados a los cuatro Vêdas como encontrando en ellos sus principios respectivos: Ayur-Vêda es la medicina, referida así al Rig-Vêda; Dhanur-Vêda, la ciencia militar remitida al Yajur-Vêda; Gândharva-Vêda, la música, referida al Sâma-Vêda; Sthâpatya-Vêda, la mecánica y la arquitectura, referidas al Atharva-Vêda. Éstos son, según las concepciones occidentales, artes más bien que ciencias propiamente dichas; pero el PRINCIPIO TRADICIONAL que se les da aquí les confiere un carácter un poco diferente. Bien entendido, estas enumeraciones de las Vêdângas y de los Upavêdas no excluyen en modo alguno las demás ciencias, que no están comprendidas en ellos, pero de las cuales algunas al menos fueron igualmente cultivadas en la India desde los tiempos antiguos; se sabe que las matemáticas concretamente, que comprendían, bajo el nombre general de «ganita», pâtî-ganita o vyakta-ganita, la aritmética, bîja-ganita, el álgebra y rekhâ-ganita, la geometría, recibieron allí, sobre todo en las dos primeras de estas tres ramas, un desarrollo destacable, del que Europa, por la intermediación de los árabes, debía beneficiarse más tarde. IGEDH: Los puntos de vista de la doctrina
Acabamos de decir que los conocimientos prácticos, aunque se vinculan a la tradición y tienen su fuente en ella, no son no obstante mas que conocimientos inferiores; su derivación determina su subordinación, lo que es estrictamente lógico, y, por lo demás, los orientales, que, por temperamento y por convicción profunda, se preocupan bastante poco de las aplicaciones inmediatas, no han pensado nunca llevar al orden del conocimiento puro ninguna preocupación de interés material o sentimental, único elemento susceptible de alterar esta jerarquización natural y normal de los conocimientos. Esta misma causa de trastorno intelectual es también la que, al generalizarse en la mentalidad de una raza o de una época, conduce principalmente al olvido de la metafísica pura, a la que sustituye ilegítimamente por puntos de vista más o menos especiales, al mismo tiempo que da nacimiento a ciencias que no se relacionan ya con ningún PRINCIPIO TRADICIONAL. Estas ciencias son legítimas mientras se mantienen en límites justos, pero es menester no tomarlas por otra cosa que lo que son, es decir, conocimientos analíticos, fragmentarios y relativos; y así, al separarse radicalmente de la metafísica, con la que su punto de vista propio no permite en efecto ninguna relación, la ciencia occidental perdió necesariamente en alcance lo que ganaba en independencia, y su desarrollo hacia las aplicaciones prácticas fue compensado por una disminución especulativa inevitable. IGEDH: Precisiones complementarias sobre el conjunto de la doctrina