Lo que sigue es más enigmático: SETH pudo volver a entrar en el Paraíso terrenal y pudo recobrar la preciosa vasija; así pues, SETH es una de las figuras del Redentor, tanto más cuanto que su nombre expresa las ideas de fundamento, estabilidad, y anuncia de alguna forma la restauración del orden primordial destruido por la caída del hombre. Había, pues, desde entonces al menos, una restauración parcial, en el sentido que SETH y los que después poseyeron el Grial podían por ello mismo establecer, en alguna parte de la tierra, un centro espiritual que fuese una imagen del Paraíso perdido. La leyenda, además, no dice dónde ni por quién fue conservado el Grial hasta la época de Cristo, ni cómo fue asegurada su transmisión; pero el origen celta que se le reconoce debe probablemente dejar entender que los Druidas tomaron parte en ellos y debían ser tenidos en cuenta entre los conservadores regulares de la tradición primordial. En todo caso, la existencia de tal centro espiritual, o de muchos. simultánea o sucesivamente, no parece que pueda ser puesta en duda, aunque es preciso pensar en su localización; lo que es de resaltar es que se une siempre a esos centros, entre otras designaciones, la de «Corazón del Mundo», y que en todas las tradiciones, las descripciones que se hacen de él están basadas sobre un simbolismo idéntico, que es posible seguir hasta en los detalles más precisos. ¿No muestra esto suficientemente que el Grial o lo que así es representado, ya tenía anteriormente al Cristianismo, e incluso en todo tiempo, un nexo de los mas estrechos con el Corazón divino y con el Emmanuel, queremos decir con la manifestación, virtual o real según las edades, pero siempre presente, del Verbo eterno en el seno de la humanidad terrestre? 1407 ESOTERISMO CRISTIANO EL SAGRADO CORAZÓN Y LA LEYENDA DEL SANTO GRIAL
Por otro lado, este monumento destinado a asegurar la conservación de los conocimientos Tradicionales, en previsión del cataclismo, recuerda también otra historia bastante conocida, la de las dos columnas elevadas, según algunos precisamente por Henoch, según otros por SETH, y sobre las cuales habría sido escrito lo esencial de todas las ciencias; y la mención que se hace aquí de SETH nos recuerda al personaje del cual se dice que la segunda Pirámide fue la tumba. En efecto, si éste fue el Maestro de Seyidna Idris, no puede ser otro que Seyidna Shîth, es decir, SETH, hijo de Adam; verdad es que antiguos autores árabes le designaban por los nombres, extraños de apariencia, de Aghatîmun y de Adhîmûn; pero esos nombres no son visiblemente más que deformaciones del griego Agathodaimôn, que, refiriéndose al simbolismo de la serpiente considerado bajo su aspecto benéfico, se aplica perfectamente a SETH, así como lo hemos explicado en otra ocasión (Ver nuestro estudio sobre Sheth, capítulo XX de Símbolos fundamentales de la Ciencia sagrada. El Agathodaimôn de los griegos es frecuentemente identificado también a Kueph, representado igualmente por la serpiente, y en conexión con el «Huevo del Mundo», lo que se refiere siempre al mismo simbolismo; en cuanto al Kakodaimôn, aspecto maléfico de la serpiente, es evidentemente idéntico al Set-Typhon de los egipcios.). La conexión particular que se establece así entre SETH y Henoch es todavía muy destacable, tanto más cuanto que el uno y el otro están también puestos en relación, por otra parte, con ciertas Tradiciones concernientes a un retorno al Paraíso terrestre, es decir, al «estado primordial», y por consecuencia con un simbolismo «polar» que no deja de tener algún lazo con la orientación de las Pirámides; pero esto es todavía otra cuestión, y anotaremos solamente de pasado que este hecho, que implica bastante claramente una referencia a los «centros espirituales», tendería a confirmar la hipótesis que hace de las Pirámides un lugar de iniciación, lo que, por lo demás, no habría sido en suma más que el medio normal de mantener «vivos» los conocimientos que en la mismas habían sido inclusos, y ello, por tanto tiempo al menos como subsistiera esta iniciación. 2593 FTCC LA TUMBA DE HERMES
Añadiremos todavía otra precisión: se dice que Idris o Henoch escribió numerosos libros inspirados, según lo que Adam mismo y SETH ya habían escrito en otros (Los números indicados para estos libros varían, y, en muchos casos, pueden ser únicamente números simbólicos; este punto por lo demás no tiene más que una importancia bastante secundaria. ); esos libros fueron los prototipos de los libros sagrados de los egipcios, y los «Libros herméticos» más recientes no representan en cierto modo más que una «readaptación», del mismo modo también que los diversos «Libros de Henoch» que han llegado bajo este nombre hasta nosotros. Por otra parte, los Libros de Adam, de SETH y de Henoch debían naturalmente expresar respectivamente aspectos diferentes del conocimiento Tradicional, implicando una relación más especial con tales o cuales ciencias sagradas, así como la cosa es siempre para la enseñanza transmitida por los diversos Profetas. Podría ser interesante pues, en estas condiciones, preguntarse si no habría algo que corresponda de una cierta manera a estas diferencias, en lo que concierne a Henoch y a SETH, en la estructura de las dos Pirámides de las cuales hemos hablado, e incluso también quizás, si la tercera Pirámide no podría entonces tener del mismo modo alguna relación con Adam, dado que, aunque no hayamos encontrado en ninguna parte ninguna alusión explícita a esto, sería, en suma, bastante lógico suponer que la misma deba completar el ternario de los grandes Profetas antediluvianos (Va de suyo que esto no quiere decir en punto ninguno que la construcción de las Pirámides deba serles literalmente atribuida, sino solo que la misma ha podido constituir una «fijación» de las ciencias Tradicionales que les son atribuidas respectivamente. ). Entiéndase bien que no pensamos de ningún modo que estas cuestiones sean susceptibles de ser resueltas actualmente; por lo demás, todos los «buscadores» modernos, por así decir, se han «hipnotizado» casi exclusivamente sobre la Gran Pirámide, aunque, después de todo, la misma no sea de tal modo mayor que las otras dos, en realidad, y aunque la diferencia entre ellas no sea muy notable; y, cuando aseguran, para justificar la importancia excepcional que ellos la atribuyen, que es la única que está exactamente orientada, quizás cometen la sinrazón de no reflexionar en que algunas variaciones en la orientación podrían en efecto no ser debidas a ninguna negligencia de los constructores, sino reflejar precisamente algo que se refiere a diferentes «épocas» Tradicionales; pero, ¿cómo podría esperarse que haya occidentales modernos que tengan, para dirigirles en sus búsquedas, nociones al menos un poco justas y precisas sobre las cosas de este género? (La idea de que la Gran Pirámide difiere esencialmente de las otras dos parece ser muy reciente; se dice que el Khalifa El-Mamûn, queriendo darse cuenta de lo que contenían las Pirámides, decidió abrir una de ellas; se encontró que ésta fue la Gran Pirámide, pero no parece que haya pensado que la misma debía tener un carácter absolutamente especial. ). 2594 FTCC LA TUMBA DE HERMES
Lo que sigue puede parecer más enigmático: SETH obtuvo entrar en el Paraíso terrestre y pudo así recobrar el precioso vaso; ahora bien, el nombre de SETH expresa las ideas de fundamento y de estabilidad, y, por consiguiente, indica en cierto modo la restauración del orden primordial destruido por la caída del hombre (Se dice que SETH permaneció cuarenta años en el Paraíso terrestre; este número 40 tiene también un sentido de «reconciliación» o de «retorno al principio». Los periodos medidos por este número se encuentran muy frecuentemente en la tradición judeocristiana: recordemos los cuarenta días del diluvio, los cuarenta años durante los cuales los Israelitas erraron en el desierto, los cuarenta días que Moisés pasó en el Sinaí, los cuarenta días de ayuno de Cristo (la Cuaresma tiene naturalmente la misma significación); y sin duda se podrían encontrar otros todavía.). Así pues, se debe comprender que SETH y aquellos que después de él poseyeron el Grial pudieron por eso mismo establecer un centro espiritual destinado a reemplazar el Paraíso perdido, y que era como una imagen de éste; y entonces, esta posesión del Grial representa la conservación integral de la tradición primordial en un tal centro espiritual. Por lo demás, la leyenda no dice dónde ni por quién fue conservado el Grial hasta la época de Cristo; pero el origen céltico que se le reconoce debe dar a entender sin duda que los Druidas tuvieron una parte en ello y que deben ser contados entre los conservadores regulares de la tradición primordial. 5858 RGRM CAPÍTULO V