Interlocutor: Los extremos se tocan. Ser un perfecto bhogi es más difícil que ser un perfecto Yogi. Yo soy un hombre humilde y no puedo aventurar juicios de valor. Tanto el Yogi como el Bhogi, después de todo, están interesados en la búsqueda de la felicidad. El Yogi la quiere permanente, el Bhogi se satisface con lo intermitente. A menudo el Bhogi se esfuerza mucho más duramente que el Yogi. Maharaj: ¿De qué valor es su felicidad cuando tiene que esforzarse por ella? La verdadera felicidad es espontánea y sin esfuerzo. Aférrese a «Yo soy»
Interlocutor: Según puedo ver, el mundo es una escuela de Yoga y la vida misma es práctica del Yoga. Todo el mundo se esfuerza por la perfección, ¿y qué es el Yoga sino esfuerzo? No hay nada despreciable en las supuestas gentes «comunes» ni en sus vidas «comunes». Se esfuerzan tan duramente y sufren tanto como el Yogi, solo que no son conscientes de su verdadero propósito. Maharaj: ¿En qué modo son sus gentes comunes – Yogis? La Personalidad, un Obstáculo
Interlocutor: Su meta última es la misma. Lo que el Yogi se asegura por la renuncia (tyaga) el hombre común lo realiza a través de la experiencia (bhoga). La vía del Bhoga es inconsciente, y por lo tanto, repetitiva y prolongada, mientras que la vía del Yoga es deliberada e intensa y, por lo tanto, puede ser más rápida. Maharaj: Quizás los periodos de Yoga y Bhoga alternan. Primero Bhogi, después Yogi, después nuevamente Bhogi, después de nuevo Yogi. La Personalidad, un Obstáculo
Interlocutor: ¿Por qué, entonces, debemos rendir homenaje a los Yogis y hablar a la ligera de los Bhogis? De una cierta manera, todos son Yogis. Maharaj: En la escala de los valores humanos el esfuerzo deliberado se considera meritorio. En realidad tanto el Yogi como el Bhogi siguen su propia naturaleza, de acuerdo con las circunstancias y las oportunidades. La vida del Yogi está gobernada por un solo deseo – encontrar la Verdad: el Bhogi, por el contrario, sirve a muchos señores. Pero el Bhogi deviene un Yogi, y el Yogi puede dar un vuelco en un asalto de Bhoga. El resultado final es el mismo. La Personalidad, un Obstáculo
Interlocutor: Se cuenta que el Buddha dijo que es tremendamente importante haber escuchado que hay la iluminación, una reversión y transformación completa en la consciencia. La buena noticia se compara a una chispa en una carga de algodón; lenta pero inexorablemente la totalidad de la carga se convertirá en cenizas. Similarmente, la buena noticia de la iluminación llevará a cabo, más pronto o más tarde, una transformación. Maharaj: Sí, primero escuchar (shravana), después recordar (smarana), después meditar (manana) y así sucesivamente. Estamos en un terreno familiar. El hombre que escucha la noticia deviene un Yogi; mientras que el resto continúa en su Bhoga. La Personalidad, un Obstáculo
Interlocutor: ¿No se requiere la personalidad para tener experiencia? Maharaj: Como usted es ahora, la personalidad es solo un obstáculo. La identificación de sí mismo con el cuerpo puede ser buena para un niño, pero el verdadero crecimiento depende de apartar el cuerpo a un lado. Normalmente, uno debería rebasar pronto en la vida los deseos basados en el cuerpo. Incluso el Bhogi, que no niega los disfrutes, no necesita anhelar los que ya ha saboreado. El hábito, el deseo de repetición, frustran tanto al Yogi como al Bhogi. La Personalidad, un Obstáculo
Interlocutor: El otro día estuve preguntándole a usted sobre las dos vías de crecimiento – de la renuncia y del goce (yoga y bhoga). La diferencia no es tan grande como parece – el Yogi renuncia para gozar; el Bhogi goza para renunciar. El Yogi renuncia primero, el Bhogi goza primero. Maharaj: ¿Y qué? Deje usted al Yogi con su Yoga y al Bhogi con su Bhoga. Lo que es sin Comienzo Comienza Siempre
Interlocutor: La vía del Bhoga a mí ME parece la mejor. El Yogi es como un mango verde, separado del árbol prematuramente y guardado para que madure en una cesta de mimbre. Sin aire y sobrecalentado, ciertamente madura, pero se pierden el sabor y la fragancia auténticos. El mango que se deja en el árbol crece hasta su pleno tamaño, color y dulzor, un gozo en todo. Sin embargo, de algún modo el Yoga tiene todas las alabanzas, y el Bhoga todas las maldiciones. Como yo lo veo, el Bhoga es el mejor de los dos. Maharaj: ¿Qué le hace a usted decir eso? Lo que es sin Comienzo Comienza Siempre
Interlocutor: ¿Acaso no es así? El Yogi tiene miedo de la vida y busca la paz, mientras que el Bhogi es aventurero, está lleno de ánimo y de ímpetu. El Yogi está limitado por un ideal, mientras que el Bhogi está siempre dispuesto a explorar. Maharaj: Todo es cuestión de desear mucho o de estar satisfecho con poco. El Yogi es ambicioso mientras que el Bhogi es meramente aventurero. Su Bhogi parece ser más rico y más interesante, pero en realidad no es así. El Yogi es agudo como el filo del cuchillo. Tiene que serlo – para cortar profunda y llanamente, para penetrar infaliblemente las múltiples capas de lo falso. El Bhogi adora en muchos altares; el Yogi no sirve a nadie excepto a su propio Sí mismo verdadero. Es enteramente vano oponer el Yogi al Bhogi. La vía de salida (pravritti) precede necesariamente a la vía de retorno (nivriti). Sentarse a juzgar y a repartir calificaciones es ridículo. Todo contribuye a la perfección última. Algunos dicen que hay tres aspectos de la realidad – Verdad-Sabiduría-Dicha. El que busca la Verdad deviene un Yogi, el que busca la Sabiduría deviene un jnani y el que busca la felicidad deviene un hombre de acción. Lo que es sin Comienzo Comienza Siempre
Interlocutor: Hay un Yogi que dice que para la realización no es necesario el óctuple Yoga; que basta únicamente con el poder de la voluntad. Es suficiente concentrarse sobre la meta con plena confianza en el poder de la voluntad pura para obtener sin esfuerzo y rápidamente lo que a otros les lleva décadas lograr. Maharaj: ¡Concentración, plena confianza, pura voluntad! Con tales recursos no hay que sorprenderse de que uno tenga éxito inmediatamente. Este Yoga de la voluntad es idóneo para el buscador maduro, que se ha deshecho de todos los deseos excepto uno. Después de todo, ¿qué es la voluntad sino la firmeza del corazón y de la mente? Dada una firmeza semejante todo puede lograrse. Usted es Libre AHORA
Interlocutor: Siento que ese Yogi no quería significar mera firmeza de propósito, con el resultado de una persecución y aplicación incesantes. Quiere decir que con la voluntad fijada sobre la meta no se necesita ninguna persecución ni aplicación. El mero hecho de querer atrae a su objeto. Maharaj: Sea cual fuere el nombre que usted le dé: voluntad, o propósito firme, o concentración de la mente en un solo punto, usted vuelve de nuevo a la seriedad, a la sinceridad, a la honestidad. Cuando usted es presa de una seriedad verdadera, usted pliega cada incidente, cada segundo de su vida a su propósito. Usted no gasta tiempo ni energía en otras cosas. Usted está totalmente dedicado, llámelo voluntad, o amor, o simplemente honestidad. Nosotros somos seres complejos, en guerra adentro y afuera. Nos contradecimos a nosotros mismos a cada instante, deshaciendo hoy el trabajo de ayer. No hay que sorprenderse de que no avancemos. Un poco de integridad supondría una gran diferencia. Usted es Libre AHORA
Interlocutor: Un Yogi tibetano escribió que Dios crea el mundo con un propósito y que lo gobierna de acuerdo con un plan. El propósito es bueno y el plan sumamente sabio. Maharaj: Todo esto es temporario, mientras que yo estoy tratando de lo eterno. Los Dioses y sus universos vienen y van, los avataras se suceden unos a otros en una sucesión sin fin, y finalmente nosotros retornamos a la fuente. Yo hablo solo de la fuente atemporal de todos los dioses con todos sus universos, pasados, presentes y futuros. No Infravalore la Atención
Interlocutor: Ciertamente toda la violencia evitable debería evitarse. Y sin embargo en la India cada santo tiene su piel de tigre, de león, de leopardo o de antílope para sentarse sobre ella. Maharaj: Quizás se debe a que en los tiempos antiguos no había plásticos disponibles y a que la piel era lo mejor para aislarse de la humedad. ¡El reumatismo no tiene ningún encanto, ni siquiera para un santo! Así surgió la tradición de que para las meditaciones largas se necesitaba una piel. Lo mismo que la piel de tambor en un templo, así es la piel de antílope de un Yogi. Nosotros apenas lo notamos. El Gurú Más Grande es su Sí mismo Interior
Interlocutor: Pero el animal tuvo que ser matado. Maharaj: Yo nunca he tenido noticia de que un Yogi haya matado a un tigre por su piel. Los matarifes no son Yogis y los Yogis no son matarifes. El Gurú Más Grande es su Sí mismo Interior
Interlocutor: Muchos están practicando samadhis (estados de absorción extática). En los samadhis la consciencia es muy intensa, y sin embargo no resultan en nada. Maharaj: ¿Qué resultados espera usted? ¿Y por qué debe ser jnana el resultado de algo? Una cosa conduce a otra, pero jnana no es una cosa que esté sujeta a causas y resultados. Es enteramente más allá de la causalidad. Es morar en el sí mismo. El Yogi llega a conocer muchas maravillas, pero permanece ignorante del sí mismo. El jnani puede parecer y sentirse completamente ordinario, pero conoce bien el sí mismo. La Ignorancia puede ser Reconocida, no Jnana
Interlocutor: Ciertamente hay algo válido y valioso en todas las vías de acercamiento. Maharaj: En cada caso el valor está en que le lleve a usted a la necesidad de buscar dentro. Jugar con varias vías de acercamiento puede deberse a la resistencia a ir dentro, al miedo de tener que abandonar la ilusión de ser algo o alguien en particular. Para encontrar agua usted no cava pequeños pozos por todas partes, sino que cavará profundamente en un solo lugar. Similarmente, para encontrarse a usted mismo, tiene que explorarse a usted mismo. Cuando se dé cuenta de que usted es la luz del mundo, se dará cuenta también de que usted es el amor de él; de que conocer es amar y amar es conocer. De todas las afecciones el amor de uno mismo viene primero. Su amor del mundo es el reflejo de su amor de usted mismo, pues su mundo es de su propia creación. La luz y el amor son impersonales, pero se reflejan en su mente como conocerse y quererse bien a uno mismo. Nosotros somos siempre amistosos con nosotros mismos, pero no siempre somos sabios. Un Yogi es un hombre cuya buena voluntad está aliada con la sabiduría. «Yo soy» es Verdadero, todo lo demás es Inferencia
Interlocutor: ¿Para qué son todas estas distinciones – realidad e ilusión, sabiduría e ignorancia, santo y pecador? Cada quien anda buscando la felicidad, todo el mundo se esfuerza desesperadamente. Todo el mundo es un Yogi y su vida una escuela de sabiduría. Cada quien aprende a su propia manera las lecciones que necesita. La sociedad aprueba unas y desaprueba otras; no hay reglas aplicables por todas partes y para todos los tiempos. Maharaj: En mi mundo el amor es la única ley. Yo no pido amor, lo doy. Tal es mi naturaleza. La Materia es la Consciencia misma
Interlocutor: Puedo ver que la ansiedad biológica básica, el instinto de conservación, toma muchas formas y distorsiona mis pensamientos y sensaciones. ¿Pero cómo vino al ser está ansiedad? Maharaj: Es un estado mental causado por la idea de «yo soy el cuerpo». Puede ser eliminado por la idea contraria: «yo no soy el cuerpo». Ambas ideas son falsas, pero una elimina a la otra. Dése cuenta de que ninguna idea es suya propia, de que todas ellas le vienen de fuera. Debe pensarlo todo por usted mismo, devenir usted mismo el objeto de su meditación. El esfuerzo de comprenderse a usted mismo es Yoga. Sea un Yogi, dé su vida a eso, empolle, indague, busque, hasta que llegue a la raíz del error y a la verdad más allá del error. La Causa Raíz del Temor
Interlocutor: Si tengo que ir más allá de mí mismo, ¿por qué recibí la idea de «yo soy» en el primer ejemplo? Maharaj: La mente necesita un centro para trazar un círculo. El círculo puede crecer y con cada crecimiento habrá un cambio en la sensación de «yo soy». Un hombre que se ha tomado a sí mismo entre manos, un Yogi, trazará una espiral, pero el centro permanecerá, por muy vasta que sea la espiral. Entonces llega un día en que la totalidad de la empresa se ve como falsa y se abandona completamente. El punto central ya no es y el universo deviene el centro. «Yo soy»: El Fundamento de toda Experiencia
Interlocutor: A un amigo mío, un joven de unos veinticinco años, se le ha comunicado que padece una enfermedad incurable de corazón. Él ME ha escrito que en lugar de una muerte lenta prefiere el suicidio. Yo le he respondido que una enfermedad incurable para la medicina occidental puede ser curada de alguna otra manera. Hay poderes yóguicos que pueden suscitar cambios casi instantáneos en el cuerpo humano. Los efectos del ayuno repetido rayan también en lo milagroso. Le he escrito que no tenga prisa por morir, que más bien dé una oportunidad a otras opciones. Hay un Yogi que no vive lejos de Bombay que posee algunos poderes milagrosos. Está especializado en el control de las fuerzas vitales que gobiernan el cuerpo. ME he encontrado con algunos de sus discípulos y a través de ellos le he enviado al Yogi la carta y la foto de mi amigo. Vamos a ver que acontece. Maharaj: Sí, los milagros son siempre posibles. Pero debe haber el deseo de vivir. Sin él, el milagro no acontecerá. El Placer y la Felicidad
Interlocutor: Recientemente he leído un libro escrito por un Yogi sobre sus experiencias en la meditación. Está lleno de visiones y de sonidos, de colores y de melodías, ¡todo un espectáculo y un suntuoso entretenimiento! Finalmente todo aquello se esfumó y solo quedó la sensación de una ausencia de temor extrema. No hay que sorprenderse – ¡un hombre que ha pasado por todas estas experiencias ileso, no necesita tener miedo de nada! Sin embargo, yo ME preguntaba de qué utilidad es para mí un tal libro. Maharaj: De ninguna utilidad, probablemente, puesto que no le atrae. Otros puede que se impresionen. Las gentes difieren. Pero todos han de afrontar el hecho de su propia existencia. «Yo soy» es el hecho último; «¿quién soy yo»? es la pregunta última a la que cada uno debe encontrar una respuesta. Vaya Más allá de la Idea de «yo soy el cuerpo»