Se ha hecho frecuente mención de los Cuatro Senderos. Esto es una cuádruple división de la última de las Cuatro Nobles Verdades. Los Cuatro Senderos, o más bien las cuatro etapas del único Sendero, son las siguientes:
1) La Conversión, la entrada en la corriente, que proviene de la compañía de los buenos, de escuchar la Ley, de la reflexión iluminada o la práctica de la virtud. Depende del reconocimiento de las Cuatro Nobles Verdades y sigue al primitivo paso de refugiarse en el Buddha, la Ley y el Orden, frase repetida por todo budista militante, incluidos aquellos que en gran número, aún no han entrado en los Senderos. El Primer Sendero lleva a la liberación del engaño del Egoísmo, de la duda con respecto al Buddha y sus doctrinas y de la creencia en la eficacia en ritos y ceremonias.
2) El Segundo Sendero es el de aquellos que volverán al mundo por una sola vez más y alcanzarán en ese próximo nacimiento la Liberación Final. En este Sendero, el individuo converso, libre ya de las dudas y de los engaños del yo y del ritualismo, está capacitado para reducir a un mínimo los errores fundamentales de la lujuria, el resentimiento y el embeleso.
3) El Tercer Sendero es el de aquellos que no volverán jamás a este mundo sino que alcanzarán la liberación en la presente vida. Aquí se destruyen los últimos restos de la lujuria y del resentimiento.
4) El Cuarto Sendero es el de los Arahats, los adeptos; aquí el santo se libera de todo deseo de renacimiento, sea en mundos de la forma o de la no-forma, y del orgullo, de la vanagloria de su propia rectitud y de la ignorancia. El estado del Arahat se describe de la siguiente manera:
“Así como una madre, que aun a riesgo de su propia vida protege a su hijo, su único hijo, que haya de igual manera, inconmensurable buena voluntad entre todos los seres. Que ésta prevalezca en todo el mundo, por arriba, por debajo, alrededor, sin restricciones, sin mezcla de ningún resentimiento de intereses distintos u opuestos. Si un hombre permanece firmemente en ese estado mental mientras se halla despierto, esté de pie, caminando, sentado o acostado, entonces se cumplirá la frase: Aun en este mundo existe la santidad’.” (Metta Sutta)
Los siguientes son los Diez Grillos, estados de ánimo perniciosos o pecados de los cuales se libera el aspirante cuando recorre los Cuatro Senderos:
Sakkaya-ditthi, el engaño del yo o del alma; Vicikiccha, la duda; Silabbata paramasa, dependencia de los ritos; Kama, sensualidad, deseo físico; Patigha, odio, resentimiento; Ruparaga, deseo de vida en mundos materiales; Aruparaga, deseo de vida en mundos espirituales; Mano, orgullo; Uddhacca, vanagloria de la propia virtud, y Avijja, ignorancia.
El aspirante se convierte en un Arahat cuando han sido vencidos totalmente los primeros cinco. La liberación de los otros cinco es el “Fruto del Cuarto Sendero”.
“Ellos, una vez obtenido el Fruto del Cuarto Sendero y sumergidos en esa agua viviente, han recibido lo inapreciable, y están en el goce del Nibbana” (Ratana Sutta). Se notará que aquí se traza una clara distinción entre el logro del estado de Arahatta y el de alcanzar el Nibbana, mientras que en otros lugares los dos estados se consideran como idénticos. Está claro, sin embargo, que si bien el Nibbana es el Fruto del Cuarto Sendero, aquellos que meramente han entrado en él y, por lo tanto, son Arahats no han alcanzado aún la libertad última; en verdad tienen todavía grillos que romper.
Hay otro agrupamiento de los pecados de los cuales se libera el santo, conocido como los Tres o los Cuatro Pantanos, Embriagueces o Corrupciones. Los tres son: 1) Kama asava, sensualidad; 2) Bhava asava, deseo de renacer; 3) Avijja asava, ignorancia de las Cuatro Nobles Verdades; mientras que la cuarta es Ditthi, “perspectivas”, o especulación metafísica. Aquel que se libere de estas tres o cuatro Corrupciones o Lujurias Mortales, Deseo de Vida, Ignorancia y Perspectivas, ha alcanzado igualmente la liberación y para él no hay retorno.