Las palabras del original (“Esto fue obra mía”) pueden significar bien mi «trabajo» o bien mi «obra», puesto que kamma cubre tanto las cosas hechas como las cosas obradas. La misma ambiguedad, o más bien ambivalencia, está presente en el texto correspondiente de Bhagavad Gita III.27, «Aquel cuyo sí mismo está confundido por el concepto de un “yo” imagina que “yo soy el hacedor”», y V.8, donde el Com-prehensor no se piensa a «sí mismo como el hacedor de algo», significando la palabra sánscrita para «hacedor», kartr, igualmente «hacedor» o «creador»; cf. Jaiminiya Upanishad Brahmana I.5.2, «Tú (Dios) eres el hacedor», y IV.12.2, «Yo (Dios) soy el hacedor» (o el «obrador»). Igual a Bhagavad Gita, como se cita arriba, está Udana 70, «Aquellos que prestan oído a la noción de “yo soy el hacedor” (ahamkara), o están cautivados por la noción de que “otro es el hacedof’ (paramkara), no comprenden este asunto, ellos no han visto el sentido».
Apenas necesitamos recordar al lector que esta es una posición metafísica y no debe confundirse con la herejía akiriyavada —a saber, la del hombre que en Udana 45 se representa como diciendo, «aunque actúo, “no soy yo quien es el agente” (yo c’apikatva na karomi’ti c’aha)». «Yo», «este hombre», un tal, no tengo ningún derecho a evadir «mi» responsabilidad de esta manera, manteniendo que no importa lo que yo haga, puesto que no es realmente yo quien estoy haciéndolo. Solo cuando la no entidad de este «yo» (que no es «mío» (Dhammapada 62) sino una suposición) ha sido verificada (sacchikatva), «yo», en el sentido de I San Juan 3:9, habiendo «nacido de Dios, no puedo pecar», o en el de Gálatas 5:18, «no estoy bajo la ley». (AKCMeta)