Coomaraswamy (Meta-notas) – esvaziamento – nadificação – koinonia

El viajero, al final del viaje de la vida (no necesariamente en su lecho de muerte) llama a la Puerta del Sol (como en Jaiminiya Upanishad Brahmana, etc.), que es la puerta de la casa de Muerte (como en Katha Upanishad) y la del paraíso de Yama (como en Rg Veda Samhita), y querría ser recibido como un huésped o, como se expresa en pali, amata-dvaram ahacca titthati (Samyutta Nikaya II.43). Sin embargo, la admisión depende del anonimato, con todas sus implicaciones de «ser en el espíritu» (atmany etya mukha adatte, «puesto que entra en el espíritu, la puerta le acepta», Jaiminiya Upanishad Brahmana III.33.8). No cabe duda de que la misma escatología mítica y profunda subyace en la leyenda Homérica de Ulises y Polifemo. El último es ciertamente Muerte. (Su único ojo corresponde al tercer ojo de Shiva; que esté cegado y, por lo tanto, «cerrado» significa que el mundo iluminado por el sol y la luna, los dos ojos de los dioses, ha de persistir para Ulises y sus companeros. Lo que debe vencerse es una muerte iniciatoria, no una muerte final, como ello es sugerido también por la «caverna»). Su tierra, que da cosechas sin labrarla, es un Paraíso, como el de Yama o de el Varuna; Ulises querría ser su huésped. La historia, como la cuenta Homero (y Eurípides), ha devenido una aventura en vez de un mito, pero permanece que el héroe que vence a Muerte es el único hombre que cuando se le pregunta, «¿Quién eres tú?» responde, «Nadie»; y hay que destacar que en la versión de Eurípides, cuando el Cíclope cegado grita, «¿Dónde está Nadie?» el coro responde, «En ninguna parte, oh Cíclope». Sería difícil decir si Homero «comprendía aún su material», pero puede darse por supuesto que Eurípides no lo comprendía.

Ananda Coomaraswamy