Guénon Roda

René Guénon — SÍMBOLOS FUNDAMENTAIS DA CIÊNCIA SAGRADA
A idéia de centro nas tradições antigas
1, el cual, en suma, no difiere de aquélla sino en el hecho de que la circunferencia a que pertenecen las extremidades de los rayos no está trazada de ordinario; ahora bien: la rueda, en lugar de ser simplemente un signo «solar», como se enseña comúnmente en nuestra época, es ante todo un símbolo del Mundo, lo que podrá comprenderse sin dificultad. En el lenguaje simbólico de la India, se habla constantemente de la «rueda de las cosas» o de la «rueda de la vida», lo cual corresponde netamente a esa significación; y también se encuentra la «rueda de la Ley», expresión que el budismo ha tomado, como tantas otras, de las doctrinas anteriores, y que por lo menos originariamente se refiere sobre todo a las teorías cíclicas. Debe agregarse aún que el Zodíaco también está representado en forma de una rueda, de doce rayos, naturalmente, y que, por otra parte, el nombre que se le da en sánscrito significa literalmente «rueda de los signos»; se podría también traducirlo por «rueda de los números», según el sentido primero de la palabra râçi, con que se designan los signos zodiacales2. Hay además cierta conexión entre la rueda y diversos símbolos, florales3; habríamos podido hablar, inclusive, para ciertos casos al menos, de una verdadera equivalencia4. Si se considera una flor simbólica como el loto, el lirio o la rosa5) su abrirse representa, entre otras cosas (pues se trata de símbolos de significaciones múltiples), y por una similitud bien comprensible, el desarrollo de la manifestación; ese abrirse es, por lo demás, una irradiación en torno del centro, pues también en este caso se trata de figuras «centradas», y esto es lo que justifica su asimilación a la rueda6. En la tradición hindú, el Mundo se representa a veces en forma de un loto en cuyo centro se eleva el Meru, la Montaña sagrada que simboliza al Polo.




  1. Aquí el autor hacía referencia a su artículo de Reg., noviembre de 1925, sobre «Le Chrisme et le Coeur dans les anciennes marques corporatives» (‘El Crisma y el Corazón en las antiguas marcas corporativas’), texto no incluido en la presente recopilación, pero retomado por el autor en dos artículos de É. T. que forman aquí los caps. L («LOS SÍMBOLOS DE LA ANALOGÍA») y LXVII («EL QUATRO DE CIFRA»). 

  2. Notemos igualmente que la «rueda de la Fortuna», en el simbolismo. de la antigüedad occidental, tiene relaciones muy estrechas con la «rueda de la Ley» y también, aunque ello quizá no aparezca tan claro a primera vista, con la rueda zodiacal 

  3. Véase cap. IX: «LAS FLORES SIMBOLICAS» y L: «LOS SÍMBOLOS DE LA ANALOGÍA». 

  4. Entre otros indicios de esta equivalencia, por lo que se refiere al Medioevo, hemos visto la rueda de ocho rayos y una flor de ocho pétalos figuradas una frente a otra en una misma piedra esculpida encastrada en la fachada de la antigua iglesia de Saint-Mexme de Chinon, piedra que data. muy probablemente de la época carolingia 

  5. El lirio tiene seis pétalos; el loto, en las representaciones de tipo más corriente, tiene ocho; las dos formas corresponden, pues, a ruedas de seis y ocho rayos, respectivamente. En cuanto a la rosa, se la figura con número de pétalos variable, que puede modificar su significación o por lo. menos matizarla diversamente. Sobre el simbolismo de la rosa, véase el interesantísimo articulo de L. Charbonneau-Lassay (Reg., marzo de 1926 

  6. En la figura del crisma con rosa, de época merovingia, que ha sido reproducida por L. Charbonneau-Lassay (Reg., marzo de 1926, pág. 298), la rosa central tiene seis pétalos orientados según las ramas del crisma; además, éste está encerrado en un círculo, lo que hace aparecer del modo más neto posible su identidad con la rueda de seis rayos 

René Guénon