René Guénon — FORMAS TRADICIONAIS E CICLOS CÓSMICOS
ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS
(alias(Kalpas))
Debemos considerar un ciclo, en la acepción más general de este término, como representando el proceso de desarrollo de un estado cualquiera de manifestación, o, si se trata de ciclos menores, de alguna de las modalidades más o menos restringidas y especializadas de ese estado. Por lo demás, en virtud de la ley de correspondencia que liga todas las cosas en la Existencia universal, hay siempre y de modo necesario una cierta analogía ya sea entre los diferentes ciclos del mismo orden, ya sea entre los ciclos principales y sus divisiones secundarias. Es esto lo que permite emplear, para hablar de los mismos, un único y mismo modo de expresión, ello, si bien que este no debe frecuentemente ser entendido más que simbólicamente, estando precisamente la esencia misma de todo simbolismo en fundarse sobre las correspondencias y las analogías que existen realmente en la naturaleza de las cosas. Queremos sobre todo hacer alusión aquí a la forma «cronológica» bajo la cual se presenta la doctrina de los ciclos: Representando el Kalpa el desarrollo total de un mundo, es decir, de un estado o grado de la Existencia universal, es evidente que no se podrá hablar literalmente de la duración de un Kalpa, evaluado según una medida de tiempo cualesquiera, como si se tratara del que se refiere al estado en el que tiempo es una de las condiciones determinantes, y que constituye propiamente nuestro mundo. Por toda otra parte, esta consideración de la duración no podrá ya tener más que un valor puramente simbólico y deberá ser transpuesta analógicamente, no siendo entonces la sucesión temporal más que una imagen del encadenamiento, lógico y ontológico a la vez, de una serie «extra-temporal» de causas y de efectos; pero, por otra parte, como el lenguaje humano no puede expresar directamente otras condiciones que las de nuestro estado, un tal simbolismo está por eso mismo suficientemente justificado y debe ser mirado como perfectamente natural y normal.
No tenemos la intención de ocuparnos al presente de los ciclos más extensos, tales como los Kalpas; nos limitaremos a los que se desarrollan en el interior de nuestro Kalpa, es decir, a los Manvantara y a sus subdivisiones. A este nivel, los ciclos tienen un carácter a la vez cósmico e histórico, ya que conciernen más especialmente a la humanidad terrestre, aún estando al mismo tiempo estrechamente ligados a los acontecimientos que se producen en nuestro mundo al margen de ésta. Nada hay ahí de lo que uno deba sorprenderse, ya que la idea de considerar la historia humana como aislada en cierto modo de todo el resto es exclusivamente moderna y claramente opuesta a lo que enseñan todas las Tradiciones, que afirman al contrario, unánimemente una correlación necesaria y constante entre los dos órdenes cósmico y humano.