lenguaje (AKC)

Por muchas razones, que intentaré explicar, será mucho más difícil exponer el Vedânta que exponer el punto de vista de un «pensador» moderno, o inclusive de un pensador tal como Platón o Aristóteles. Ni el inglés vernáculo moderno ni el LENGUAJE filosófico o psicológico moderno nos proporcionan un vocabulario adecuado, ni la educación moderna nos proporciona tampoco el trasfondo ideológico que sería esencial para una comunicación fácil. Tendré que hacer uso de un LENGUAJE puramente simbólico, abstracto y técnico, como si estuviera hablando en términos de altas matemáticas; puede recordarse que Emile Mâle habla del simbolismo cristiano como de un «cálculo». Hay esta ventaja: el tema que vamos a comunicar y los símbolos que vamos a emplear no son más peculiarmente indios que peculiarmente griegos o islámicos, egipcios o cristianos. 23 AKCMeta El Vedânta y La Tradición Occidental

Tomados en su materialidad, en tanto que «literatura», los textos y los símbolos son inevitablemente incomprendidos por aquellos que no están ellos mismos en la gesta. Sin excepción, los términos y símbolos metafísicos son los términos técnicos de la caza. Jamás son ornamentos literarios, y como Malinowski lo ha dicho tan bien en otra oportunidad, «El LENGUAJE técnico, en materias de búsqueda práctica, adquiere su significado solamente a través de la participación personal en este tipo de búsqueda». Es por esto por lo que, como el indio lo siente, los textos vedánticos solamente han sido comprendidos verbal y gramaticalmente, pero nunca realmente, por los eruditos europeos, cuyos métodos de estudio son confesadamente objetivos y no comprometidos. El Vedânta puede ser conocido solo en la medida en que ha sido vivido. Por consiguiente, el indio no puede confiar en un maestro cuya doctrina no se refleja directamente en su ser mismo. Aquí hay algo muy alejado del moderno concepto europeo de erudición. 43 AKCMeta El Vedânta y La Tradición Occidental

¿Necesito decir que esta no es una doctrina de la reencarnación? ¿Necesito decir que ninguna doctrina de la reencarnación, acordemente a la cual el ser y la persona mismos de un hombre que ha vivido una vez sobre la tierra y que ahora está muerto renacerá de otra madre terrestre, ha sido enseñada nunca en la India, ni siquiera en el budismo – ni por supuesto en la tradición neoplatónica ni en ninguna otra tradición ortodoxa? Tanto en los Brâhmanas como en el Antiguo Testamento, se afirma con igual rotundidad que aquellos que han partido una vez de este mundo han partido para siempre, y que no han de ser vistos de nuevo entre los vivos. Desde el punto de vista indio como desde el punto de vista platónico, todo cambio es un morir. Nosotros morimos y renacemos diariamente y a cada instante, y la muerte «cuando llega la hora» es solamente un caso especial. Yo no digo que una creencia en la reencarnación no haya sido mantenida nunca en la India. Digo que una creencia tal solo puede haber resultado de una mala interpretación popular del LENGUAJE simbólico de los textos; y que la creencia de los eruditos y de los teosofistas modernos es el resultado de una interpretación de los textos igualmente simplista y desinformada. Si se pregunta cómo puede haber surgido un tal error yo pediré que se consideren las siguientes afirmaciones de los Santos Agustín y Tomás de Aquino: que nosotros estábamos en Adán «según la substancia corporal y la virtud seminal»; que «el cuerpo humano preexistía en las obras previas en sus virtudes causales»; que «Dios no gobierna el mundo directamente, sino también por medio de las causas mediatas, y si esto no fuera así, el mundo habría sido privado de la perfección de la causalidad»; que «Como una madre está preñada de su progenie no nacida, así el mundo mismo está preñado de las causas de las cosas no nacidas»; que «el Fatum (destino) está en las causas creadas mismas». Sí éstos hubieran sido textos extraídos de las Upanishads o del budismo, ¿no se habría visto en ellos no meramente lo que realmente hay, la doctrina del karma, sino también una doctrina de la «reencarnación»? 77 AKCMeta El Vedânta y La Tradición Occidental

Toda nuestra tradición metafísica, cristiana u otra, mantiene que «hay dos en nosotros», este hombre y el Hombre en este hombre; y, que esto es así, es todavía una parte esencial de nuestro LENGUAJE hablado en el cual, por ejemplo, la expresión «control de sí mismo» implica que hay uno que controla y otro sujeto a control, pues nosotros sabemos que «nada actúa sobre sí mismo», aunque lo olvidamos cuando hablamos sobre el «gobierno de sí mismo». De estos dos «sí mismos», el hombre interior y el hombre exterior, la «personalidad» psicofísica y la Persona verdadera, está construido el compuesto humano de cuerpo, alma y espíritu. De estos dos, por una parte el cuerpo-y-alma (o mente), y por otra el espíritu, uno es mutable y mortal, el otro constante e inmortal; uno «deviene», el otro «es», y la existencia del que no es, sino que solo deviene, es precisamente una «personificación» o «postulación», puesto que nosotros no podemos decir de algo que nunca permanece lo mismo que «ello es». Y por necesario que pueda ser decir «yo» y «mío» para los propósitos prácticos de la vida cotidiana, nuestro Ego no es, de hecho, nada más que un nombre para lo que es realmente solo una secuencia de comportamientos. 143 AKCMeta ¿Quién es «Satán» Y «Dónde Está El Infierno»?

¿Cuál es entonces en último análisis, el valor de la religión comparada? Ciertamente no es convencernos de que un modo de creencia es la preparación para otro, o conducirnos a una decisión en cuanto a cuál es el «mejor». Se podrían considerar igualmente los estilos de arte antiguos o exóticos como preparaciones y aspiraciones hacia el propio estilo de uno. Tampoco puede considerarse el valor de esta disciplina como conductivo al desarrollo de una única fe sincretista universalmente aceptable que incorpore todo lo que es «mejor» en cada fe; una «fe» tal como esta sería una monstruosidad mecánica y sin vida, no una corriente de agua viva, sino una suerte de esperanto religioso. La religión comparada puede demostrar que todas las religiones brotan de una fuente común; son, como dice Jeremías, los «dialectos de un único LENGUAJE espiritual». Por consiguiente, no podemos tomar las fórmulas de una religión e insertarlas en otra sin incongruencia. Puede reconocerse que muchas fórmulas son idénticas en religiones diferentes; confrontar, por ejemplo, a Santo Tomás, «La Creación, que es la emanación de todos los seres desde el no ser, el cual es nada» (Summa Theologica I.45.1C) con el védico «El Ser es engendrado desde el no ser» (asatah sad ajâyata, Rig Veda Samhitâ X.72.3), y tales comparaciones pueden emplearse válidamente (incluso por el más ortodoxo) como lo que Santo Tomás llama «pruebas extrínsecas y probables» de la validez de un dogma dado. 219 AKCMeta Shrî Ramakrishna Y La Tolerancia Religiosa

No puede caber duda de que la entrada al templo de Apolo en Delfos era literalmente una Puerta del Sol, una vía adentro de la casa o templo del Sol. La sobreinscripción, «Conócete a ti mismo» (gnothi seauton) requiere un conocimiento de la respuesta a la pregunta, «¿Quién eres tú?» y puede decirse que, en el LENGUAJE velado de los misterios, hace esta misma pregunta. Este mandato, como dice Plutarco, es dirigido por el Dios a todos los que se acercan a Él; y toma la famosa «E» como su respuesta correcta. Ahora si, como también él sugiere, la «E» significa «EI», y si tomamos de sus diferentes interpretaciones los significados (1) el Sol (Apolo) y (2) «tú eres», y asumimos que estos dos significados están contenidos ambos en esta única sílaba enigmática, entonces tenemos el signum, «¿Quién eres tú (que estás a la puerta)?» y el responsum, «El Sol que tú eres (soy yo)». Es cierto que ninguna otra respuesta verdadera podría haber sido dada por alguien «cualificado para entrar en unión con el Sol». 245 AKCMeta La «E» De Delfos

En el LENGUAJE vernáculo, cuando un hombre es presuntuoso, nosotros le preguntamos, «¿Quién te crees que eres?» y cuando nos referimos a la insignificancia de alguien, le llamamos un «nadie» o, en un inglés más antiguo, un «nithing» («nulidad»). En este sentido mundanal es una cosa buena ser «alguien» y un infortunio ser «nadie», y desde este punto de vista pensamos que la «ambición» (ití-bhavâbhava tanhâ) es buena. Ser «alguien» es tener un nombre y linaje (nâma-gotta) o, al menos, tener un sitio o un rango en el mundo, alguna distinción que nos haga reconocibles y destacados. Nuestra civilización moderna es esencialmente individualista y autoafirmativa, y nuestros sistemas educativos se diseñan cada vez más expresamente para fomentar la «autoexpresión» y la «autorrealización»; y si estamos interesados de algún modo por lo que acontece después de la muerte, ello es en los términos de la supervivencia de nuestra atesorada «personalidad» con todos sus apegos y recuerdos. 453 AKCMeta Âkimcañña: La Anonadación De Sí Mismo

En conclusión, el estudioso no debe dejarse extraviar por términos tales como anonadación de sí mismo, no ser, o cualquier otra de las frases de la teología negativa. No ser, por ejemplo, en una expresión tal como la «no existencia de la Divinidad» del Maestro Eckhart, es ese aspecto transcendente de la Identidad Suprema que, ciertamente, no es ser, sino eso a lo cual todo ser, incluso el ser de Dios, puede reducirse como a su principio; es ese aspecto de Dios que no es susceptible de manifestación, del cual, por lo tanto, nosotros no podemos hablar en los términos que son aplicables solo a los estados de manifestación, y sin el cual Dios sería solo un «panteón», una deidad «panteísta», más bien que «todo esto» y «más que esto», «dentro» y «fuera». De la misma manera, debe comprenderse que de uno asimilado a Dios por auto-anonadación, y por lo tanto ya no más un alguien, nosotros no tenemos ningún medio o modo de expresión humano (vâdapatha) para decir lo que él es, sino solo para decir que él no es tal o cual. Más incierto aún sería decir que él no es que decir que él es; él es simplemente inaccesible al análisis. Incluso un entendimiento teórico de la metafísica es imposible hasta que no hemos aprendido que hay «cosas que nuestro intelecto no puede contemplar… nosotros no podemos comprender lo que ellas son excepto negando cosas de ellas» (Dante, Convito III.15) y que estas mismas cosas son la parte mayor del fin último del hombre. Por ejemplo, si el Arhat ya no desea, ello no es porque, en el LENGUAJE humano, él es «apático», sino porque todos los deseos están poseídos y la búsqueda no tiene ya ningún significado; si el Arhat ya no «se mueve», ello no es como una piedra que está quieta, sino porque ya no necesita ningún medio de locomoción para estar en todas partes; si no es curioso sobre las verdades empíricas, sobre si «esto es así» o «no es así», ello no es porque no sepa, sino porque no sabe como nosotros sabemos, en estos términos. Por ejemplo, el Arhat no piensa en términos de pasado o de futuro, sino que es solo ahora. Si permanece «vacante», desde el punto de vista de quienes todavía tenemos «cosas que hacer», ello es porque él está «todo en acto» (krtakrtyah, katakaranîyo) con una actividad independiente del tiempo. 477 AKCMeta Âkimcañña: La Anonadación De Sí Mismo

Queremos pues expresar nuestro pleno acuerdo con los puntos de vista de Franklin Edgerton que concluía que «todo lo contenido, al menos en las Upanishads más antiguas, casi sin ninguna excepción, no es nuevo en las Upanishads sino que puede encontrarse expuesto, o al menos muy claramente prefigurado, en los textos védicos más antiguos», y con los de Maurice Bloomfield que argumentaba «que mantra y brâhmana no son en absoluto distinciones cronológicas; que representan dos modos de actividad literaria y dos modos de LENGUAJE literario, que son ampliamente contemporáneos… Ambas formas existieron juntas, por cuanto sabemos, desde los tiempos más antiguos; solo la redacción de las colecciones de mantras parece haber precedido, en conjunto, a la redacción de los Brâhmanas… Los himnos de Rig Veda, como los de los otros tres Vedas, fueron litúrgicos desde el comienzo mismo. Esto significa que ellos forman solo un fragmento… los textos y los comentarios posteriores pueden contener la explicación correcta»; también Bloomfield, con referencia a las partes más antiguas del Rig Veda, lo llama «el último precipitado, con un largo e intrincado pasado tras de sí, de una actividad literaria de grande e indefinida extensión». 805 AKCMeta EL «MONOTEÍSMO» VÉDICO

Si intentamos explicar las formas de los ideogramas de los números de una manera similar, nos encontraremos sobre un terreno mucho menos seguro. No obstante, pueden hacerse unas cuantas sugerencias. Por ejemplo, un dibujo de la noción de «punto axial» sólo podría haber sido un «punto», y del concepto de «cubo» sólo podría haber sido una «O redonda», y estos dos signos se emplean en el presente día para indicar «cero». La línea vertical que representa «uno» puede considerarse como un pictograma del eje que penetra los cubos de las ruedas duales, y que así une y separa a la vez el Cielo y la Tierra. Los signos devanâgarî y árabe para «tres» corresponden al tridente (trisula), que se sabe que ha sido, desde tiempos muy antiguos, un símbolo de Agni o de Shiva. A priori podría esperarse que un signo para «cuatro» fuera cruciforme, siguiendo la noción de la extensión en las direcciones de los cuatro cuadrantes (dis); y, de hecho, encontramos que en la escritura saka «cuatro» se representa con un signo X, y que en la escritura devanâgarî puede considerarse como una forma cursiva derivada de un prototipo semejante. Aunque hubiera suficiente fundamento para tales sugerencias, no es probable que pudiera deducirse ahora una interpretación detallada de los ideogramas de los números por encima de cuatro. Solo podemos decir que las sugerencias precedentes, en cuanto a la naturaleza de los ideogramas numéricos, apoyan más que contradicen los puntos de vista de aquellos que buscan derivar los orígenes del simbolismo, la escritura y el LENGUAJE del concepto del circuito del año. 1011 AKCMeta Kha y Otras Palabras Que Denotan «Zero», en Conexión con la Metafísica India del Espacio

Desde hace algún tiempo se ha reconocido plenamente que las analogías islámicas son de singular valor para una comprensión de la Divina Commedia de Dante, no solo en conexión con la forma básica de la narrativa sino en lo que concierne a los métodos por los que se comunican las tesis. Y esto sería igualmente válido, enteramente aparte de la consideración de cualesquiera problemas de «influencia» que pudieran considerarse desde el punto de vista más restringido de la historia literaria. H. A. Wolfson ha señalado justamente que las «literaturas filosóficas» medievales, árabe, hebrea y latina, «eran de hecho una única filosofía expresada en lenguas diferentes, traducibles casi literalmente una a otra». Si esto es verdad, ello no es meramente un resultado de la proximidad e influencia, ni, por otra parte, de un desarrollo paralelo, sino que se debe a que «La cultura humana es un todo unificado, y en las diversas culturas uno encuentra los dialectos de un único LENGUAJE espiritual», debido a que «es evidente entre todos los pueblos una gran línea de metafísica universal». Sin ir demasiado lejos en el tiempo o el espacio – y uno podría ir al menos tan lejos como Sumeria y China – bastará decir, para los propósitos presentes, que lo que Wolfson afirma del árabe, el hebreo y el latín será de igual validez si se agrega a la lista el sánscrito. 1081 AKCMeta DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE?

Y todo esto es significativo desde el punto de vista de la interpretación de nuestro texto de Dante, pues se ha sugerido que la bella figlia del Sol es la Humanidad, ya que el Sol es el «padre de toda la vida mortal» (Paradiso XXII.116) y ya que el hombre es «engendrado por el hombre y por el Sol» (cf. De monarchia I.9 y 6-7). No hay ninguna antinomia aquí, pues como lo hemos visto, la Aurora y la Madre Tierra, en el mismo sentido que Adán y Eva, es decir, seminalmente, son todos los hombres, la totalidad del Hombre, y la totalidad del Hombre es la Iglesia, la Esposa de Cristo. Para estar unida con Él, la Humanidad, la Iglesia, debe transformarse – en el LENGUAJE védico, debe despojarse de su piel de serpiente y sacudirse el mal. Esto mismo se describe, no solo en la historia de Apâlâ, sino también en la historia del matrimonio de Suryâ (Rig Veda Samhitâ X.85.28-33), donde la Esposa se desviste de su forma escamosa krtyâ («potencial»), mala e ingloriosa, y en una semejanza felicísima (sumangalî) («la más bella de todas las formas bellas», como describe el Sâtyâyana Brâhmana a la una vez reptiliana Apâlâ) «asume a su Señor como hace una Esposa» (â jâyâ visate patim, Rig Veda Samhitâ X.85.29). Y esto lo dice casi de la misma manera San Buenaventura del Matrimonio de Cristo con su Iglesia: «Cristo presentará a su esposa, a quien Él amó en su bajeza y toda su suciedad, gloriosa con su propia gloria (de él), sin mácula o arruga» (Dominica prima post octavum epiphaniae II.2). 1123 AKCMeta DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE?

Hemos presentado la tradición referente a la Aurora con algún detalle para recordar al lector cuán peligroso es, en conexión con escritores de este calibre, y con preocupaciones tales como las de Dante y el Maestro Eckhart, que no son escritores de bellas letras, aunque cada uno sea el «padre» de un LENGUAJE, atribuir a la invención o a la pericia poética individual lo que son realmente fórmulas y símbolos técnicos con connotaciones conocidas. Como mínimo, nuestras citas védicas bastan para dar un significado consistente a las palabras de Dante y el Maestro Eckhart. Ambos son conscientes siempre de mucho más de lo que dicen; como Dante mismo advierte al lector, «mirate la dottrina, che s’asconde sotto il velame degli versi strani» (Inferno IX.61). También debe recordarse que la ilustración de la doctrina cristiana, por medio de símbolos paganos, no solo era completamente legítima desde el punto de vista medieval, sino que persistió en la práctica permitida hasta tiempos comparativamente modernos, de lo cual puede citarse un ejemplo en la obra de Calderón. No es irrazonable suponer, entonces, que ambos, tanto el Maestro Eckhart como Dante, estuvieran familiarizados con doctrinas tradicionales – quizás iniciatorias y transmitidas solo oralmente, o quizás solo todavía no rastreadas en los documentos existentes – tales como han sido citadas arriba a propósito de il somma sol y de bella figlia. 1125 AKCMeta DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE?

Hemos examinado arriba un esbozo resumido de las implicaciones del símbolo «nido» en la tradición gnóstica védica. Es cierto que el uso de la palabra por Dante debería haberse comprendido, ya sea a partir de otros pasajes (por ejemplo, Paradiso XXIII.1-12, donde Beatriz misma se compara a un pájaro que sale de su nido en la aurora para dar la bienvenida al sol), o ya sea comparándolo con textos bíblicos tales como San Mateo 7:20, citado en una nota arriba; pero al mismo tiempo, y como ocurre en conexión con el Sol, puede darse por establecido que Dante, cuyo conocimiento del simbolismo cristiano y pagano es tan extenso y tan preciso, era sumamente consciente de todos los significados técnicos de los símbolos que emplea – «técnicos», porque tales términos no se emplean a modo de ornamento, ni tampoco se explican según el propio albedrío, sino porque pertenecen al vocabulario de un LENGUAJE parabólico consistente. Pensamos que se ha mostrado que las referencias de un exponente de los principios ortodoxos cristianos, que escribía al final de la Edad Media y que, por así decir, resumía toda su doctrina, pueden clarificarse efectivamente por una comparación con las de las escrituras que eran vigentes en la otra mitad del mundo, y tres milenios antes en el tiempo; y que esto sólo puede explicarse sobre la asunción de que todas estas «formulaciones alternativas de una doctrina común (dharma-paryâya)» son «dialectos del único y solo LENGUAJE del espíritu», ramas de una y la misma «tradición universal y unánime», sanâtana dharma, Philosophia Perennis, la «Sabiduría increada, la misma ahora que siempre fue, y la misma que siempre será» de San Agustín (Confesiones IX.10). 1141 AKCMeta DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE?

De hecho, el Nirukta no es una parte de la filología en el sentido moderno; una explicación hermenéutica puede coincidir o no con la genealogía efectiva de una palabra en cuestión. El Nirukta = hermeneia se funda sobre una teoría del LENGUAJE de la que la filología y la gramática son solo departamentos, o incluso se puede decir que son los departamentos más humildes, y no digo esto sin un respeto real y genuino por esos «impecables y omniscientes leviatanes de la ciencia, que sondean intrépidos el océano lingüístico, hasta sus más hórridas profundidades, y que (en los intervalos en que no se atacan unos a otros) utilizan sus colas sobre aquellos audaces pececillos que, sobre la mera superficie, se aventuran dentro de su peligro», y cuyo consejo, en materias de genealogía verbal, yo estoy siempre dispuesto a aceptar. Sin embargo, la etimología, una cosa excelente en su lugar, es precisamente una de esas «ciencias modernas que representan literalmente solo “residuos” de las antiguas ciencias, que ya no se comprenden». En la India, la ciencia tradicional del LENGUAJE es el dominio especial del purva-mîmâmsâ, cuya característica es que «Establece la proposición de que los sonidos articulados son eternos, y la doctrina consecuente de que la conexión de una palabra con su sentido no se debe a la convención, sino que es por naturaleza inherente a la palabra misma». No obstante, cuando A. A. Macdonell agrega a esta excelente caracterización que «Debido a su falta de interés filosófico, el sistema todavía no ha ocupado mucho la atención de los eruditos europeos», solo quiere decir que el tema no tiene interés para él mismo ni para los de su tipo; no es plausible que hubiera tenido en su ánimo excluir deliberadamente a Platón de la categoría de los «filósofos». Pues Platón no solo emplea el método hermenéutico en el Crátilo – por ejemplo, cuando dice «”haber llamado” (to kalesan) a las cosas “útiles” es una y la misma cosa que hablar de “lo bello” (to kalon)» – sino que a todo lo largo de este diálogo trata el problema de la naturaleza de la relación entre los sonidos y los significados, indagando si es esta una relación esencial o accidental. La conclusión general es que el verdadero nombre de algo es eso que tiene un significado natural (sánscrito sahaja) – es decir, que es realmente una «imitación» (mimesis) de la cosa misma mediante sonidos, de la misma manera que, en la pintura, las cosas son «imitadas» mediante el color – pero que, debido a la imperfección efectiva de la imitación vocal, lo cual puede considerarse como una cuestión de recordación inadecuada, la formación de las palabras efectivamente en uso, ha sido ayudada por arte, y su significado ha sido parcialmente determinado por convención. Puede comprenderse lo que se entiende por «significado natural» cuando encontramos que Sócrates y Crátilo se representan como de acuerdo en que la «letra rho (sánscrito r, r) es expresiva de rapidez, moción y dureza». Crátilo mantiene que «el que conoce los nombres conoce también las cosas expresadas por ellos», y esto equivale implicar que «El que dio por vez primera nombres a las cosas, lo hizo con conocimiento cierto de la naturaleza de las cosas»; en otras palabras, mantiene que este primer dador de nombres (sánscrito nâmadhâh) debe haber sido «un poder más que humano», y que los nombres dados así, en el comienzo, son necesariamente sus «verdaderos nombres». Los nombres mismos son dualistas, puesto que implican ya sea moción o reposo, y son así descriptivos de actos, más bien que de las cosas que actúan; Sócrates admite que el descubrimiento de la existencia real, independiente de las denotaciones, puede estar «más allá del tú y del mí». 1159 AKCMeta Nirukta = Hermeneia

Se comienza a vislumbrar así una teoría de la expresión en la que la ideación, la denominación y la existencia individual son aspectos inseparables, distinguibles conceptualmente cuando se consideran objetivamente, pero coincidentes en el sujeto. Esto equivale a la concepción de un único LENGUAJE vivo, no cognoscible en su entereidad por ningún principio individual, pero que es en sí mismo la suma de todas las articulaciones imaginables, y que corresponde, de la misma manera, a todos los actos del ser imaginables: la «Palabra Hablada» de Dios es precisamente esta «suma de todo LENGUAJE» (vâcikam sarvanmayam; Abhinaya Darpana 1). Todos los LENGUAJEs existentes son los ecos, parcialmente recordados y más o menos fragmentados, de esta lengua universal, de la misma manera que todos los modos de la visión son las refracciones más o menos obscuras de la imagen del mundo (jagaccitra; Svâtmanirupana 95), o espejo eterno (speculum aeternum; San Agustín, De civitate Dei XII.29) que, si uno la conoce y ve la en su entereidad y simultaneidad, es omnisciente. La afirmación (OM) original e inagotable (akshara) está preñada de todos los significados posibles; o, si se considera no como sonido, sino como «luz omniforme» (jyotir-visvarupam, Vâjasaneyi Samhitâ V.35), es la forma ejemplar de muchas cosas diferentes; y en ambos casos, es precisamente «esa única cosa por la cual, cuando se conoce, todas las cosas se conocen» (Mundaka Upanishad I.3, Brhadâranyaka Upanishad I.4.5). La comprehensión paternal y la lengua madre, que son así, en su identidad, el primer principio del conocimiento, son evidentemente inaccesibles a la observación empírica; mientras pueda distinguirse como tal una consciencia individual, es inconcebible una omnisciencia, y uno sólo puede «volverse al Único Denominador en busca de instrucción» (Rig Veda Samhitâ X.83.3) – es decir, al «poder más que humano» de Platón, a fin de recobrar las potencialidades perdidas con actos de recordación, elevando así nuestro nivel de referencia por todos los medios dispositivos disponibles. Así pues, no ha de considerarse que la doctrina metafísica del LENGUAJE universal afirma que se haya hablado alguna vez, efectivamente, un LENGUAJE universal por algún pueblo bajo el sol; el concepto metafísico de una lengua universal es, de hecho, la concepción de un único sonido, no la de grupos de sonidos que han de ser pronunciados en sucesión; lo cual es lo que nosotros entendemos cuando hablamos de «un LENGUAJE hablado», donde, a falta de un conocimiento a priori del pensamiento que ha de ser expresado, puede ser «difícil decir si es el pensamiento el que es defectivo, o es el LENGUAJE el que ha fallado al expresarlo» (Keith, Aitareya Âranyaka, p. 54). 1169 AKCMeta Nirukta = Hermeneia

Nosotros no vemos en todo esto nada que sea particularmente monástico o puritano, sino solo algo que es ciertamente serio; la repudiación de un arte por el arte, de la sofisticación y del esteticismo. El punto de vista budista sobre la retórica, en tanto que el arte de dar efectividad a la verdad, es el mismo que el punto de vista platónico, aristotélico y escolástico. Como dice San Agustín, «Yo no estoy hablando ahora de cómo complacer: estoy hablando de cómo ha de enseñarse a quienes desean instrucción». Cittakkhara, citta-vyañjana son «sofística» en el sentido de la definición de San Agustín, «A un LENGUAJE que busca el ornamento más allá de los límites de la responsabilidad de su gravidez (gravitas), se le llama “sofístico”». De la misma manera, «No importa cual sea la circunstancia, cuando los Buddhas predican la Ley, es sobre la Ley donde ponen la gravidez (gâravam, etimológica y semánticamente el equivalente de la gravitas de San Agustín); ellos hablan como si hicieran descender del cielo el Río Aéreo» (âkâsagangam otârento viya, Dhammapada Atthakathâ III.360). Que la predicación de la Ley «traspasa la piel y la carne y penetra hasta la médula de los huesos» (Dhammapada Atthakathâ III.361) recuerda la palabra de San Pablo «la palabra de Dios es rápida y poderosa, y más aguda que una espada de doble filo, que penetra hasta…» (Hebreos 4:12), y la de San Agustín «¡Oh elocuencia, tanto más terrible cuanto más limpia de adorno; y cuanto más genuina, tanto más poderosa!: ¡Verdaderamente un hacha que parte la roca!». 1499 AKCMeta ALGUNAS PALABRAS PÂLI

Por otra parte, no debe inferirse que el arte de la oratoria, usado rectamente, sea en modo alguno menospreciado. Encontramos, por ejemplo, que se elogia a Mahâ Kaccâna como el «principal de aquellos que diseccionan minuciosamente el significado de lo que ha sido dicho brevemente (samkhittena bhâsitassa vitthârena attham vibhajantânam aggam)», a Kumâra Kassapa como el «principal de los oradores floridos (citta-kathikânam aggam)», y a Mahâ Kotthita como el «principal de los Maestros de los Cuatro Significados (patisambhidappattânam aggam)», Anguttara Nikâya I.23-24. También encontramos al Buddha elogiando a un Mendicante que «en su discurso doctrinal estaba instruyendo a los hermanos, haciéndoles la Ley aceptable, inflamándoles, regocijándoles con palabras corteses, bien enunciadas, sin aspereza, con exposición del significado, pertinentes e imparciales» (Samyutta Nikâya II.280, cf. I.189). Las mismas expresiones aparecen en Dîgha Nikâya II.109, donde el Buddha explica que él adapta su enseñanza a su audiencia («Cualquiera que pueda ser su tipo, yo ME hago a mí mismo del mismo tipo, cualquiera que sea su LENGUAJE, yo hablo ese LENGUAJE» – es decir, deviene como nosotros somos para que nosotros podamos ser como él es), «Pero ellos no ME conocieron cuando hablé, y preguntaron, “¿Quién puede ser este que así habla, un hombre o un dios?”. A lo cual yo demostré la Ley, se la hice aceptable, les inflamé (samuttejetvâ), les regocijé, etc.». El argumento es siempre ad hominem: pues como lo expresa Lankâvatâra Sutra II.122, «Todo lo que no está adaptado a tales y cuales personas a quienes se ha de enseñar, no puede llamarse enseñanza». Es así como «Él predica la bella Ley, con sus significados moral y espiritual (dhammam desetí… kalyânam sâttham savyañjanam, Dîgha Nikâya I.250)». 1501 AKCMeta ALGUNAS PALABRAS PÂLI

La flor y el fruto del LENGUAJE es el significado. (Yâska, Nirukta I.19) 1803 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

La flor y el fruto del LENGUAJE es la verdad. (Aitareya Âranyaka II.3.6) 1807 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Bertrand Russell dice que en una sentencia tal como «Sócrates es viejo», «la tendencia del LENGUAJE es a asumir» que la palabra «es», que relaciona a «Sócrates» con una cualidad atribuida, presupone en él un ser más o menos persistente; y argumenta que lo que nosotros «deberíamos» decir es que la serie de acontecimientos o fenómenos a los que nos referimos con la etiqueta de «Sócrates» viene durando ya muchos años. Estoy de acuerdo en que eso es lo que debemos entender; en otras palabras, eso es lo que yo entiendo por una afirmación tal. Al mismo tiempo, pienso que tenemos derecho utilizar tales expresiones elípticas para propósitos prácticos, sin incurrir en ningún cargo de mala fe, aunque sabemos que nuestro significado pleno o real solo será comprendido por un oyente que no solo es consciente de que un «ser» real de algo que puede ser nombrado o señalado puede cuestionarse muy seriamente, sino que es consciente también de que, de hecho, nosotros no atribuimos un «ser» persistente a algo compuesto o variable, sujeto a cambio y decadencia. Un oyente tal reconocerá que yo no estoy «mintiendo», sino solo hablando un «inglés común y corriente» con el fin de evitar un LENGUAJE de tal complicación que tendería a paralizar toda comunicación sobre los asuntos de cada día. Es cierto que otro oyente que asume que «Sócrates» debe tener un ser, puede asumir que yo estoy de acuerdo con él; pero es muy probable que no considere en absoluto el último significado. En tales contextos todo lo que se necesita es una comunicación del significado empírico o superficial; puede suponerse que el oyente está en busca de «Sócrates», el hombre, y que solo quiere saber qué tipo de hombre ha de buscarse; solo si suscita la cuestión de las implicaciones de mis palabras será necesario que yo las interprete. 1817 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Antes de proseguir, debo preguntar, ¿Qué puede entender Bertrand Russell con su personificación del LENGUAJE? Ciertamente, solo los seres humanos pueden tener «tendencias a asumir» algo. Si la proposición «Sócrates es viejo» implica que «Sócrates es», debe ser la asunción humana la que ha determinado la forma de la expresión, y no el LENGUAJE mismo el que nos lleva a suponer que Sócrates es uno. El LENGUAJE nunca puede ser malinterpretado: son los seres humanos quienes pueden interpretarse mal unos a otros, lo cual acontece cuando lo que se pronuncia es efectivamente un mero ruido, o parece ser un mero ruido debido a que el oyente oye pero no comprende. No cabe duda de que se ha asumido más o menos generalmente que yo y los demás «somos» seres persistentes; y es esta suppositio la única que puede explicar un universo de discurso en el que se significa y se comprende a la vez que Sócrates es. Al mismo tiempo, debemos tener mucho cuidado de no confundir este personalismo con el animismo metafísico que refiere los actos de los presuntos seres a la presencia en ellos de un Poder que los mueve – questi neí cor mortali è permotore – el Poder omnipenetrante de otro que «ellos mismos», y aparte del cual ellos no podrían «funcionar» más que cualquier otro ingenio sin «fuerza». En este universo de discurso, que «Sócrates es viejo» no implicará que Sócrates es, sino más bien que «él» no es. 1819 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Así pues, el significado de las palabras «Sócrates es viejo» dependerá en parte del universo de discurso en el que se dicen. Para el filósofo en cualquier sentido tradicional no significarán que Sócrates «es». Pues no es un descubrimiento nuevo del positivismo moderno que yo «es meramente un nombre para una serie de eventos atómicos»; esta es una doctrina tradicional, integral a la Philosofía Perennis, y de antigüedad desconocida. En palabras de Platón: «Aunque un hombre es llamado siempre “él mismo”, sin embargo, él no es nunca tal que retenga las mismas propiedades en “él mismo”; él está deviniendo siempre un hombre nuevo… no solo en su cuerpo sino en su alma, puesto que nada de su disposición moral (ta ethe), opiniones, deseos, placeres, dolores o temores permanece nunca lo mismo en un individuo (ekasto)… ni nosotros somos nunca los mismos respecto del contenido de nuestro conocimiento» (Banquete 207DE, 208A); y así, dice también, «pertenece naturalmente a todo lo que es compuesto (synthetos) sufrir una disolución correspondiente», y solo a un ser real e inmutable pertenece ser y permanecer siempre él mismo; de modo que las cosas que se nombran, tales como los hombres, el caballo o los vestidos, aunque nombrarlas parece implicar que ellas «son», ellas no son realmente esencias y nunca son las mismas; esto se aplica a todo lo que es perceptible por los sentidos, y solo de las substancias simples e invisibles puede decirse propiamente que ellas «son» (Fedón 78C-79A). Similarmente para Plutarco: «Nadie permanece una persona, ni es una persona… y si él no es la misma persona, no tiene ningún ser permanente, sino que su naturaleza misma cambia según una personalidad sucede en él a otra. Nuestros sentidos, por ignorancia de la realidad (to on, lo que “es”), nos dicen falsamente que lo que parece ser, es» (Moralia 392DE, cf. Filón, De cherubim 113 sig.). Y así «el alma presa de divino descontento no puede reposar su comprensión en nada que tenga nombre… Debemos tener símbolos (gelichnüsse)… (pero? nuestra comprensión de ellos es totalmente diferente de la cosa como ella es en sí misma y como ella es en Dios…. Yo siempre tengo ante mi comprensión esta pequeña palabra, quasi, “como”; los niños en la escuela la llaman un “adjetivo” (bîwort) (Maestro Eckhart, ed. Pfeiffer, PP. 552, 331-332, 271). De hecho, el LENGUAJE (por muy «científico» que sea), está esencialmente condicionado por «la filosofía del “Como si”»; y esto lo pasan por alto los fundamentalistas y una mayoría de científicos para quienes toda comunicación es solo de hechos literales, el «pan solo» de la conversación. 1821 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Así pues, nuestra argumentación nos remite al «milagro del LENGUAJE». El hecho mismo de que podamos comunicarnos unos con otros, de que podamos traducir de otra lengua, incluso antigua, a la nuestra propia, y de que el universo del discurso humano y no-instintivo sea mucho más realmente universal de lo que a menudo se supone, requiere una explicación. La comunicación implica uno que comunica y otro a quien se comunica; si este último comprende al primero, aunque sea a su propia manera, esto implica la existencia de un algo en común, y a priori con respecto a la comunicación particular. «Yo te amo» no tendrá significado si nosotros no tenemos ninguna concepción previa de lo que podría ser «ser amado»; en otras palabras, la experiencia (Erlebnis, sánscrito anubhava) debe haber precedido al reconocimiento. Es cierto que el contenido de «yo te amo» puede variar desde los niveles más bajos del deseo hasta los más altos de la identidad; pero el LENGUAJE es capaz de transmitir también sombras de significado, y, por ejemplo, cuando Rumî dice: «¿Qué es amor? Tú lo sabrás cuando devengas mí mismo», es evidente que no está hablando del amor como deseo. 1839 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Sin embargo, aún queda por explicar el hecho de que es posible una comprensión mutua, el hecho de que incluso las experiencias más desespacializadas y destemporalizadas, en la medida en que ellas pueden aludirse por símbolos adecuados en un LENGUAJE, también pueden aludirse en otro, y el hecho de que nunca puede hacerse una reclamación válida a una propiedad en las ideas. Los excesos del evolucionismo pertenecen al pasado; el filólogo ya no mantiene que un LENGUAJE no-instintivo, capaz de expresar ideas, pueda haberse desarrollado a partir de los gritos de los animales; hay un arte de hablar, y el llanto de los niños y el balido de los corderos no es un arte, sino instintivo. 1843 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

En conexión con esto, es significativa la palabra «denominador» misma (en la expresión «denominador común»); pues nombrar implica comprender, y el significado primario de la palabra «denominador» es el de un «dador de nombres». Así pues, hablar del «denominador común» es tanto como decir que es «Adán», el Hombre en nosotros, y no este hombre, Fulano, el que reconoce y comprende. En el Antiguo Testamento se nos cuenta la historia de que Adán nombró a los animales; y es evidente que estos no se habían nombrado a sí mismos entonces, y que tampoco lo han hecho después. El dador de nombres confiere una existencia permanente a los factores del espectáculo pasajero en nuestro mundo mental; y, por consiguiente, nuestra experiencia total es una experiencia de «nombre y apariencia» (sánscrito nâma-rûpa), no solo de sensación. El hecho de que los nombres tienen un significado permanente nos permite comprender no solo a nuestros contemporáneos, sino también a aquellos de nuestros antepasados, cuyas palabras han sido transmitidas, ya sea oralmente o ya sea en la escritura. Ello se debe a que nuestro LENGUAJE, como dice el Rig Veda, retiene las signaturas (lakshmîh) de los primeros «denominadores» contemplativos que casaron el LENGUAJE con la mente (manasâ vâcam akrata, Rig Veda Samhitâ X.71.2), sin lo cual el LENGUAJE es un mero balbuceo (Shatapatha Brâhmana III.2.4.11). Así pues, como dice Jacob Boehme, es el Espíritu el que se manifiesta y se revela a sí mismo con la voz en el sonido; escuchar y comprender son dos cosas diferentes; nosotros solo nos comprendemos unos a otros cuando se tienen en común signaturas e imágenes; y «por esto nosotros sabemos que todas las propiedades humanas proceden solo de Uno; que tienen solo una única raíz y madre; de otro modo un hombre no podría comprender a otro en el sonido… el interior se manifiesta a sí mismo en el sonido de la palabra, pues eso es el conocimiento natural de sí misma de la mente» (Jacob Boehme, Signatura rerum I.1-6). 1847 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Los universos de discurso comunes corresponderán a aquellas áreas de este conocimiento latente cuyas partes implícitas son ya conscientes, y bajo estas circunstancias el discurso puede conducirse fácilmente aunque el LENGUAJE empleado sea muy técnico o esté reducido a términos casi algebraicos; el teólogo y el teólogo, o el físico y el físico, por ejemplo, pueden comprenderse entre sí, aunque el oyente lego no haya comprendido una palabra de lo que ha sido dicho y llegue tan lejos como para decir que ese LENGUAJE, «extraño» para él, es un galimatías ininteligible. En otros casos, típicamente el de maestro y estudiante, el propósito es crear un universo de discurso común recordando al pupilo un área de conocimiento que él posee solo potencialmente, y que solo con esfuerzo, y con la ayuda de alguna «partera» externa (como Sócrates solía señalarlo), puede traerlo a la vida. Sería teóricamente posible para todos los hombres comprenderse unos a otros perfectamente, y ser capaces de hacerse comprender por cualquiera; sin embargo, pienso que he aclarado que para mí sólo en el sentido más superficial puede decirse que los individuos se comprenden unos a otros; es una observación casi trivial destacar que cuanto más individuales son los hombres, tanto menos tienen en común. Así pues, cuando nos comprendemos (o amamos) unos a otros, no son estos hombres, vosotros y yo, distinguidos por sus «accidentes», quienes se comprenden (o aman) unos a otros sino el Hombre en nosotros quien se comprende (y ama) a sí mismo. 1853 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

El Profesor Urban (p. 84) mantiene que «toda la maravilla de la comunicación inteligible solo puede comprenderse sobre la base de las presuposiciones transcendentales». Explícitamente, sin embargo, él no quiere decir con esto que reclame el estatus de una revelación divina para la Philosophia Perennis; a esta filosofía tradicional, y al LENGUAJE preeminentemente inteligible en el que ella se expresa, a pesar de que «hay en ella eso que es atemporal y, en principio, irrefutable», él la llama un producto del pensamiento humano (p. 728). 1855 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Lo que es importante para el estudioso de la historia del LENGUAJE y el intérprete de la literatura es su proposición de que las implicaciones del LENGUAJE son metafísicas; lo cual significará que las formas de las palabras, como la iconografía de las demás artes tradicionales, no han sido determinadas arbitrariamente, sino que han sido «bien-encontradas» antes que «bien-hechas». Si esto es verdadero, debe haber sido verdadero desde el comienzo. 1859 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Ciertamente, si las implicaciones del LENGUAJE son metafísicas, las huellas de esto deben aparecer en el LENGUAJE mismo. De hecho, hay muchas lenguas, notablemente las de una cualidad hierática, tales como el griego o el sánscrito, que parecen haber sido hechas expresamente con miras a la expresión clara de ideas metafísicas; y ni siquiera los términos del «inglés común y corriente» pueden comprenderse propiamente aparte de sus presuposiciones metafísicas; en este sentido, por ejemplo, nuestra palabra «naught-y» («nada», «malo»), y el sánscrito asat, implican la asunción ens et bonum covertuntur. No es cierto en absoluto que el hombre primitivo, el creador del LENGUAJE, viviera por los hechos más que por sus ideas; en cualquier caso, aplicando su mito a los hechos esperaba «controlarlos», y no puede haber ninguna duda de que consideraba los nombres como las evocaciones de las cosas nombradas. Un ejemplo importante de la gravidez metafísica inherente al LENGUAJE mismo, puede citarse en el hecho de que en muchos de los vocabularios más antiguos (y con supervivencias en las lenguas modernas, donde, sin embargo, la tendencia es a dar un significado exclusivamente bueno o malo a palabras que, tales como «recompensa», son propiamente neutrales) una única raíz incorpora a menudo significados opuestos; por ejemplo, en la lengua egipcia el signo «fuerte-débil» debe estar cualificado por otros determinantes si nosotros hemos de saber cual de ambos significa, mientras que en sánscrito la misma palabra puede significar ya sea «cero» o ya sea «plenum»; uno infiere que el movimiento de la lógica primitiva no es abstracto de una multiplicidad observada sino deductivo de una unidad axiomática. 1863 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Además, los dialectos científicos y proletarios modernos tienden a restringir los significados de las palabras a sus poderes meramente denotativos, mientras que las lenguas más expresivas (a las que nosotros llamamos solo más pintorescas) pueden emplear los términos más ordinarios con una significación extraordinaria; por ejemplo, una amplísima parte del LENGUAJE técnico de la teología se apoya en las artes. De hecho, solo cuando se conserva en un LENGUAJE el equilibrio polar de lo físico y lo metafísico, la integralidad del hombre, que no vive de «pan sólo», puede comunicar más de una fracción de su experiencia. Nosotros podemos decir todavía que una muchacha «echa el anzuelo» a un hombre y le «pesca», pero esto es para nosotros solo una metáfora más bien cínica. Hemos olvidado que cada técnica tuvo una vez una significación espiritual también; como podemos observarlo si consideramos en este caso las palabras del Maestro Eckhart, «pues el amor es semejante al anzuelo del pescador», y comprendemos que él está usando aquí, no un mero símil, sino el idioma de una tradición que puede reconocerse también en Marsilio Ficino, en los Evangelios («Pescadores de hombres», San Mateo 4:19, San Marcos 1:17, San Lucas 5:10), y en las palabras de Hâfiz: «Semejante al pez en el mar, contémplame nadando, hasta que Él con Su anzuelo haga mi rescate». Esto será mucho más evidente si reflexionamos que «nadar en el mar» tiene también su significación técnica, y que en este LENGUAJE el «sedal» del pescador representa el «hilo del espíritu» o la cadena en la que todas las cosas están encordadas, y por la que la Deidad solar «tira de» todas las cosas hacia sí mismo, un concepto que puede seguirse en la literatura europea (para no mencionar la babilónica, islámica, india y china) desde Homero hasta Blake. De la misma manera, el cristiano puede hablar del alma como persiguiendo el «rastro» de su presa, Cristo, y al decir esto está empleando el idioma de la caza que Platón usa cuando habla de estar «en las huellas de la verdad» y que subyace en el sánscrito mârga, «Vía» (en el sentido más alto), de la raíz mrg «rastrear». Otra ilustración: nuestras palabras «beam» («viga») (de madera, alemán Baum, «árbol») y «beam» («rayo») (rayo de luz) son etimológicamente idénticas, mientras que en pâli, rukkha, árbol, es un derivado de ruc, brillar, y está relacionado con lux, luz, como lo está lux mismo con lucus, arboleda; y se verá que aquí están las implicaciones que reaparecen en el concepto de un Branstock, Rubus Igneus y Zarza Ardiente. Los estudios lingüísticos se han empleado a menudo para propósitos etnográficos; por ejemplo, de los vocabularios existentes se infiere que, donde crece el abedul, debe haber vivido un pueblo que hablaba un LENGUAJE proto-indo-ario. Pero a través de una investigación de las iconografías de las palabras nosotros podemos ir mucho más lejos que esto para descubrir su contenido más pleno y, hablando generalmente, su contenido más antiguo; porque estas palabras y frases son una llave no solo para la cultura material sino para la visión o el pensamiento de las gentes que las inventaron. Debemos recordar también que las palabras mismas son solo las imágenes de cosas y de actos, y que son estos últimos los portadores reales de las connotaciones que las palabras comunican; de modo que cuando ya no podemos rastrear, por ejemplo, las palabras «árbol de la vida» en una cultura preliteraria, pero nos encontramos en su arte prehistórico, o en su arte folklórico «superviviente», representaciones visuales, estas son tan enteramente válidas como lo habría sido la palabra escrita, y entonces podemos traducir apropiadamente el símbolo visual a «nuestras propias palabras». Como dice Edmund Pottier, «en el origen toda representación gráfica responde a un pensamiento concreto y preciso: es verdaderamente una escritura», y nosotros no deberíamos olvidar nunca que la historia de la literatura comienza mucho antes que la de las letras. 1865 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

Así pues, nuestro propósito es señalar que nosotros estamos negando de antemano toda posibilidad real de una comprensión de la «historia de la literatura» si no somos capaces de retroleer en las palabras y frases supervivientes (que estamos tan predispuestos a considerar como fantasías o invenciones de poetas individuales, pero que son realmente mucho más que «un único hombre profundo») sus significados plenos y originales. Como yo lo veo, nuestra enseñanza de la historia literaria es una farsa debido a que nosotros no sabemos que ella es «una totalidad» y tratamos las figuras de pensamiento universal como si fueran solo figuras de LENGUAJE inventadas; de modo que si el inglés preciso es para la gran mayoría de nuestro proletariado «escolarizado» una lengua muerta, ello puede ser tanto a causa de su «escolarización» como a pesar de ella. En conexión con lo presente, digo que nada sino una familiaridad con el LENGUAJE supremamente inteligible de la filosofía tradicional, del que las diferentes culturas son los dialectos, aclarará que en sentencias tales como las que se han tratado aquí, el significado del «es» copulativo dependerá enteramente de qué es lo que se predica del sujeto: hay un Sócrates que envejece y otro Sí mismo de Sócrates que es inmortal, uno que deviene y otro que es. Parafraseando a Sófocles (Oedipus Tyrannos 870), «Un Dios en él es grande, él no envejece». «Como es en sí mismo», Sócrates es un fenómeno. «Como es en Dios», es una esencia. Dentro de estas dos sentencias, «es» tiene significados diferentes: en el primer caso el de «devenir», en el segundo el de «ser». 1867 AKCMeta ¿«Sócrates Es Viejo» Implica que «Sócrates Es»?

En el artículo precedente, he descrito el Omkâra como la «suma de todo el LENGUAJE» (vâcikam sarvanmayam), y como «esa única cosa que, cuando se conoce, todas las cosas se conocen». Hay un texto destacable exactamente a este efecto en Chândogya Upanishad II.23.3, «Lo mismo que todas las hojas (de un libro) están cosidas por una aguja (sankunâ), así toda habla (sarvâ vâc) está cosida por el Omkâra; en verdad, el Omkâra es todo esto, el Omkâra, en verdad, (es) todo esto»; y para esto hay también un sorprendente paralelo en Dante (Paradiso XXXIII.85-92): «Dentro de sus profundidades vi recogidas, cosidas por amor en un único volumen, las dispersas hojas de todo el universo… de tal manera que lo que digo de ello es una única llama. La forma universal de este complejo, creo que yo contemplé». El paralelo es tanto más estrecho debido a que, en el primer caso, la forma universal es la del sonido eterno, y en el segundo, la de la luz eterna; pues la luz y el sonido son coincidentes in divinis (cf. svar y svara), y lo mismo que Dante habla de «estos soles que cantan» (Paradiso X.76; cf. XVIII.76, «Así, dentro de las luces, las volátiles criaturas sagradas cantaban»), así Jaiminîya Upanishad Brâhmana III.33 tiene «El Sol es sonido, por lo tanto ellos dicen de este Sol que “es como sonido como Él procede” (svara eti)», y en Chândogya Upanishad I.5.1, «El Sol es OM, pues él está siempre sonando “OM”». 1185 AKCMeta Nirukta = Hermeneia: adéndum