SUFISMO — NAJMODDIN KOBRA
Uno de los más grandes maestros del sufismo del Asia central, Najm Kobrá, murió mártir en Khwárezm (Khiva) por tomar la iniciativa de la resistencia contra los mongoles (618/1220). Fue precisamente el propio Najm Kobrá quien imprimió al sufismo una orientación especulativo-visionaria que lo diferenciaba netamente del de los piadosos ascetas de Mesopotamia que, en los primeros siglos del Islam, habían adoptado el nombre de sufíes.
Se produjo entonces, en la primera generación de discípulos de Najm Kobrá, un hecho de gran importancia respecto al problema que aquí nos ocupa y que aún sigue planteado en toda su extensión: la afinidad y la confluencia entre la teosofía de Ibn Arabi y la del sufismo procedente del Asia Central y, en consecuencia, del sufismo shiíta. Uno de los más notorios discípulos de Najm Kobrá el shaykh Sa’doddín Hammü’í († 650/1252) escribió una larga carta a Ibn Arabi en la que le consultaba acerca del ta’wil y otras cuestiones filosóficas, refiriéndose expresamente a algunas de sus obras.1 Una vez, su más destacado discípulo, ‘Azízoddín Nasafí, deja una obra considerable, escrita toda ella en persa, en la que Hammü’í reconoce la quintaesencia de su propia doctrina y de sus obras, hoy perdidas en gran parte. La obra de ‘Azíaz Nasfí será tal vez particularmente apropiada para ilustrar nuestra visión de un Oriente que iba al encuentro del peregrino que marchaba hacia él. (HCIbnArabi)
Debemos el conocimiento de esta carta (tan importante para la historia del sufismo iranio) al llorado Marijan Molé que la localizó en la biblioteca privada del Dr. Minossian, en Ispahán (M.S. 1181). En esta carta en árabe (ocho páginas de diecisiete líneas), Sa’doddín se refiere expresamente al «Libro de las teofanías» (tajallíyát); lamentablemente, según una noticia adicional, parece que Ibn Arabi no llegó nunca a enviar respuesta. ↩