Kundalinî es un aspecto de la SHAKTI considerada en tanto que fuerza cósmica: Es, podría decirse, esta fuerza misma en tanto que reside en el ser humano, en el que actúa como fuerza vital; y ese nombre de Kundalinî significa que es representada como enrollada sobre ella misma a la manera de una serpiente; sus manifestaciones más generales se efectúan por lo demás bajo la forma de un movimiento en espiral desenvolviéndose a partir de un punto central que es el «polo» (Ver lo que hemos dicho al sujeto de la espiral en El Simbolismo de la Cruz; recordamos también la figura de la serpiente enrollada alrededor del «Huevo del Mundo» (NA: Brahmânda), como también del omfalos, del cual encontraremos precisamente el equivalente un poco más adelante.) de dicho movimiento. El «enrollamiento» simboliza un estado de reposo, el estado de una energía «estática» de la cual preceden todas las formas de actividad manifestada; en otro términos, todas las fuerzas vitales más o menos especializadas que están constantemente en acción en la individualidad humana, bajo su doble modalidad sutil y corpórea, no son otra cosa que aspectos secundarios de esta misma SHAKTI que en ella misma, en tanto que Kundalinî, permanece inmóvil en el «centro-raíz» (NA: mûlâdharâ), como base y soporte de toda la manifestación individual. Cuando ésta es «despertada», se desenvuelve y se pone en movimiento siguiendo una dirección ascendente, reabsorbiendo en ella-misma las diversas SHAKTIs secundarias a medida que atraviesa los diferentes centros que hemos cuestionado precedentemente, hasta que se une finalmente a Paramashiva en el «loto» de los mil pétalos (NA: sahasrâra). EH: KUNDALINÎ-YOGA (Publicado en V.J., octubre y noviembre de 1933)
Kundalinî, en tanto que permanece en su estado de reposo, reside en el mûlâdhâra chakra, que es, como lo hemos dicho, el centro «localizado» en la base de la columna vertebral, y que es la raíz (NA: mûla) de sushumnâ y de todos los nâdîs. En éste está el triángulo (NA: trikona) llamado Traipura (NA: El triángulo, en tanto que yantra de la SHAKTI, es siempre trazado con la base en alto y el vértice hacia abajo; sería fácil mostrar la similitud de esto con numerosos otros símbolos del principio femenino.), que es el asiento de la SHAKTI (NA: SHAKTI-pîtha); Kundalinî se halla enrollada aquí tres veces y media (NA: Indicaremos de pasada una analogía entre esas tres vueltas y media de enrollamiento de Kundalinî y los tres días y medio durante los cuales, según diversas tradiciones, el espíritu permanece todavía ligado al cuerpo después de la muerte, y que representan el tiempo necesario al «desenlace» de la fuerza vital, que permanece en el estado «no-despierto» en el caso del hombre ordinario. Un día es una revolución cíclica, que corresponde a una vuelta de la espiral; y, el proceso de reabsorción, pues que es inverso al proceso de manifestación, conlleva, en el desenvolvimiento de la espiral en cuestión, como un resumen en cierto modo de la vida entera del individuo, pero tomada remontando el curso de los sucesos que la han constituido; es penoso añadir que estos dones mal comprendidos han engendrado muy frecuentemente toda suerte de interpretaciones fantásticas.) alrededor del linga simbólico de Shiva, designado como Swayambhu, cubriendo con su cabeza el Brahma-dwâra, es decir, la entrada de sushumnâ (NA: El mandala o yantra del elemento Prithvi es un cuadrado, que corresponde en tanto que figura plana al cubo, cuya forma simboliza las ideas de «fundamento» y de «estabilidad», uno podría decir, en la lengua de la tradición islámica, que se tiene aquí la correspondencia con la «piedra negra», equivalente al linga hindú, y también con el omphalos que es, como lo hemos expuesto en otra parte, uno de los símbolos del «centro del mundo».). Hay otros dos lingas, uno (NA: Bâna) en el anâtha chakra, y el otro (NA: Itara) en el âjnâ chakra; los mismos corresponden a los principales «nudos vitales» (NA: granthis), cuya travesía constituye lo que uno podría denominar los «puntos críticos» en el proceso de Kundalinî-yoga (NA: Los tres lingas cuestionados se refieren también a las diferentes situaciones según el estado de desarrollo del ser, del luz o «núcleo de inmortalidad», del cual hemos hablado en El Rey del Mundo.); y hay al fin un cuarto (NA: Para) en el sahasrâra, residencia de Paramashiva. EH: KUNDALINÎ-YOGA (Publicado en V.J., octubre y noviembre de 1933)
Por encima de âjnâ hay dos chakras secundarios denominados manas y soma (NA: Estos dos chakras son representados como «lotos» de seis y de dieciséis pétalos respectivamente.), y en el principio mismo de sahasrâra hay todavía un «loto» de doce pétalos, que contiene el triángulo supremo Kâmakalâ, que es la mansión de la SHAKTI. Ahora bien, Shabdabrahma, es decir, el estado «causal» y no-manifestado del sonido (NA: shabda), es representado por Kâmakalâ, que es la «raíz» (NA: mûla) de todos los mantras, y que tiene su correspondencia inferior (NA: que puede ser mirada como su reflejo en relación a la manifestación grosera) en el triángulo Traipura de mûlâdhâra. No podemos pensar en entrar en el detalle de las descripciones muy complejas que son dadas de esos diferentes centros en cuanto a la meditación, y que se refieren en su mayor parte a la mantra-vidyâ, ni tampoco podemos, a igual título, entrar en el detalle de la enumeración de las diversas SHAKTIs particulares que tienen sus «asientos» entre âjnâ y sahasrâra. En fin, sahasrâra es denominado Shivasthâna, porque es la residencia de Paramashiva, en unión con la suprema Nirvana SHAKTI, la «Madre de los tres mundos»; es esta la «mansión de la Beatitud», en la que el «Sí mismo» (NA: Atmâ) es realizado. Aquel que conoce verdaderamente y en modo pleno sahasrâra está franqueado de la «transmigración» (NA: samsâra), pues que ha quebrado, mediante este Conocimiento mismo, todos los lazos que le tenían vinculado a la misma, deviniendo desde ese entonces al estado de jîvanmukta. EH: KUNDALINÎ-YOGA (Publicado en V.J., octubre y noviembre de 1933)
Comenzando pues por arriba, no hay para empezar dificultad ninguna en lo que concierne a la asimilación de sahasrâra, «localizado» en la coronilla de la cabeza, al Sephirah supremo, Kether, cuyo nombre significa precisamente la «corona». Vienen después el conjunto de Hokmah y Binah, conjunto que debe corresponder a âjnâ, y cuya dualidad podría ser representada inclusive por los dos pétalos del «loto» en cuestión; por lo demás, ambos tienen como «resultante» Daath, es decir, el «Conocimiento», y habíamos visto que la «localización» de âjnâ se refiere también al «ojo del Conocimiento» (NA: La dualidad de Hokmah y Binah puede por lo demás ser puesta en relación simbólica con los dos ojos derecho e izquierdo, es decir, con la correspondencia «microcósmica» del Sol y la Luna.). La pareja siguiente, es decir Hesed y Geburah, puede, según un simbolismo muy general que concierne a los atributos de «Misericordia» y de «Justicia», ser puesta, en el hombre, en relación con los dos brazos (Ver lo que hemos dicho, en El Rey del Mundo, del simbolismo de las dos manos, en relación precisamente con la Shekinah (NA: de la cual mencionaremos de pasada la relación con la SHAKTI hindú) y el «árbol sefirótico».); los dos Sephirot en cuestión se situarán consecuentemente en ambas mitades de la espalda, y por consiguiente al nivel de la región gutural, correspondiente de este modo con vishuddha (NA: Es también en las dos mitades de la espalda que se tienen, siguiendo la tradición islámica, los dos ángeles encargados de registrar respectivamente las acciones buenas y malas del hombre, ángeles que representan igualmente los atributos divinos de «Misericordia» y de «Justicia». Observaremos todavía a este propósito, que uno podría «situar» también de una manera análoga en el ser humano la figura simbólica de la «balanza» de la cual se habla el Siphra de-Tseniutha.). En cuanto a Thiphereth, su posición central se refiere manifiestamente al corazón, lo que conlleva inmediatamente su correspondencia con anâtha. La paradoja de Netsah y Hod se emplazará en las caderas, que son los puntos de vinculamiento de los miembros inferiores, como los de Hesed y Geburah, en las espaldas, son los puntos de vinculamiento superiores; ahora bien las caderas quedan al nivel de la región umbilical, y por consiguiente de manipûra. En fin, en lo que concierne a los dos últimos Sephiroth, parece que haya lugar a considerar una intervención, pues que Iesod, según la significación misma de su nombre, es el «fundamento», lo que responde exactamente a mûlâdhâra. Sería menester entonces asimilar Malkuth a swâdhishthâna, cosa que la significación de los nombres parece por lo demás justificar, pues que Malkuth es el «Reino», y swâdhishthâna significa literalmente la «propia mansión» de la SHAKTI. EH: KUNDALINÎ-YOGA (Publicado en V.J., octubre y noviembre de 1933)
«Mâyâ es el “poder” maternal (NA: SHAKTI) por el que actúa el Entendimiento Divino»; más precisamente todavía, Mâyâ es la Kriyâ-SHAKTI, es decir, la “Actividad Divina”, que es Ichchhâ-SHAKTI. Como tal, es inherente a Brahma mismo o al Principio Supremo; Mâyâ se sitúa en consecuencia a un nivel incomparablemente superior al nivel de Prakriti, la que, si es también denominada Mâyâ, precisamente como lo es en el Sânkhya, es ello porque Prakriti es en realidad como el reflejo de esta SHAKTI en el orden “cosmológico” (NA: En la terminología occidental, se podría decir aquí que es menester no confundir la Natura naturans con la Natura naturata, ello, si bien que ambas son designadas por el nombre de Natura.); se puede por lo demás hacer observar aquí la aplicación del sentido inverso de la analogía, reflejándose la suprema Actividad en la pura pasividad, y la “toda-potencia” principal en la potencialidad de la materia prima. Además, Mâyâ, por lo mismo que es el “arte” Divino que reside en el Principio, se identifica a la “Sabiduría”, Sophia, entendida exactamente en el mismo sentido que lo es en la Tradición judeo-cristiana; y, como tal, Mâyâ es la madre del Avatâra: Y lo es primeramente, en cuanto a su generación eterna, en tanto que SHAKTI del Principio, SHAKTI que no forma por lo demás más que Uno con el Principio mismo, del cual ella no es más que el aspecto “natural” (Krishna dice: “Aunque sin nacimiento, …Yo nazco de mi propia Mâyâ (NA: Bhagavad-Gîtâ, IV, 6).); y lo es también, en cuanto a su nacimiento en el mundo manifestado en tanto que Prakriti, lo que muestra todavía más claramente la conexión que existe entre ambos aspectos superior e inferior de Mâyâ (Ver La Gran Triada, I, parte final; a este propósito debe ser bien entendido que la Tradición Cristiana, pues que no se considera distintamente el aspecto “maternal” en el Principio mismo, no puede, explícitamente al menos, emplazarse, en cuanto a su concepción de la “Theotokos”, más que en el segundo de los dos puntos de vista que acabamos de cuestionar. Como lo dice Coomaraswamy, “no es por accidente que el nombre de la madre del Buddha es Mâyâ (NA: de igual modo que, entre los griegos, Maia es la madre de Hermes); es en esto también en lo que reposa la aproximación que algunos han querido establecer entre ese nombre de Mâyâ y el de María.). EH: MÂYÂ (NA: Publicado en E. T., de julio-agosto de 1947.)