Unidade

René Guénon: DOUTRINA DA UNIDADE; UNIFORMIDADE CONTRA UNIDADE; UNIDADE — SIMPLICIDADE

Para el esoterismo islámico también, la Unidad, considerada en tanto que contiene todos los aspectos de la Divinidad ( Asrâr rabbâniyah o “misterios dominicales” ), “es la superficie reverberante en innumerables facetas del Absoluto que magnifica a toda criatura que se mira directamente en ella”. Esta superficie, es igualmente maya considerada en su sentido más elevado, como la shakti de Brahma, es decir, la “omnipotencia” del Principio Supremo. — De una manera completamente semejante también, en la Qabbalah hebraica, Kether ( el primero de los diez sephiroth ) es la “vestidura” de Ain-Soph ( El Infinito o el Absoluto ). René Guénon

Frithjof Schuon: via da unidade

Roberto Pla: Evangelho de Tomé – Logion 106

O mundo criado conflui em sua totalidade para chegar a ser “uno” no Reino de Deus. Mas são muitos as ordens de unidade que deverão haver-se conciliado no tempo da consumação. No dia em que os céus e a terra entrem no transe de “passar”, a passar — a terra — se terá gasto como uma vestimenta, e o psíquico — os céus — se terão dissipado como fumaça.

Mas tal acontecimento significaria que o espírito, desnudo como o grão fecundo, transpassado pela morte da palha, se teria reunido já na unidade do Espírito, tal como as muitas línguas de fogo são um só fogo na fogueira (v. Pentecostes).

A vida inteira de Jesus, sua predicação e sua obra, foi um insistente chamado à unidade do fogo de todos os homens entre si e destes com o Filho, e por conseguinte com o Pai. Este propósito está presente no evangelho com tal evidência que a muitos pode parecer desnecessário mencioná-lo. No entanto, há que entender que a unidade que Jesus pedia não permanece só na unidade de ser solidários — ainda que já seja muito —, senão aprofunda nela até a destruição dos agregados psíquicos e materiais que limitam e circunscrevem o Ser.

Jesus pedia a unidade “perfeita”, essa unidade que tem necessariamente que passar pela queda das paredes dos céus e da terra que mantêm “cativo” ao espírito e impedem que este seja um só Corpo pneumático no Senhor.

Para chegar a essa destruição perfeita de todos os muros, a primeira unidade que há que se conseguir, aquela que é primícia de todas, é a que segundo a exegese oculta viemos a denominar, a unidade do homem consigo mesmo, e que o logion explica como “fazer do dois um”.

Boaventura: Boaventura Unidade Ser

Jacob Boehme: Boehme Hartmann II

Jami: Jami Unidade

Michel Chodkiewicz: Apresentação do Tratado da Unidade

Ibn Sab’in declara: “En nombre de Alá, el Uno, el Ser necesario, el único existente (mawjud)”. En una de sus obras mayores (“Ihata”, Badawi, p. 147. Este término técnico forjado por él se relaciona con el nombre divino al-muhit, “Aquel que todo lo abarca”), hace hablar a la ihata, la Realidad universal — otra designación que toma en él la wahda mutlaqa, la Unicidad absoluta —: “Soy”, dice ella, “el yo de todo yo. el ser de todo ser. la quididad de toda quididad”. “La Realidad universal”, escribe también, “es semejante al imán y los seres existenciados son como el hierro. La relación que los une es la ipsidad del Ser. Lo que (aparentemente) los separa es la imaginación (wahm) de los “existentes”. Pero esos “existentes” son, en sí mismos, imaginarios. Frente al wujud wajib, el Ser necesario, no puede sino haber un wujud kadhib, un ser ilusorio. Esta afirmación de la total inanidad de las cosas se expresa con fuerza en un pasaje de la Risala ridwaniyya: “Y he aquí que me arrepiento de la inadvertencia (ghafla) que antes me condujo a decir: yo no he visto una cosa sin ver a Alá detrás de ella, luego a decir, lo cual estaba más próximo a la verdad: yo no he visto una cosa sin ver a Alá con ella y luego, finalmente, a decir: yo no he visto una cosa sin ver a Alá antes que a ella. Ahora digo: ¡El! ¡El! ¡El!”.

Las tres afirmaciones enunciadas sucesivamente en este pasaje se considera tradicionalmente que fueron sostenidas por los tres primeros califas. Su empleo en este contexto puede entonces sugerir que Ibn Sab’in, cuya intransigencia se expresa a menudo con alguna soberbia, emite aquí un juicio condescendiente sobre los personajes a los que se le atribuyen. Otros textos de Ibn Sab’in nos parece, sin embargo, que contradicen esta interpretación. [Ibn Arabi, Tratado da Unidade]

 

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