«El iniciado entra en las fauces de Agnisomau; que en el día de ayuno les ofrezca una víctima, esto es una redención de sí mismo» (Kausitaki Brahmana X.3). Similarmente, Satapatha Brahmana III.3.4.21 y III.6.3.19, donde «el iniciado es la oblación ofrecida a los dioses» (havir va’esa devanam bhavati), es decir, su alimento, y debe redimirse a sí mismo de Soma, es decir, del lazo (ídem, 20) o de la maldición de Varuna (III.3.2.2), pues Soma era Varunya —en otras palabras, de las fauces de Muerte dentro de las cuales el sacrificador sería tragado en cada etapa del sacrificio si no se redimiera a sí mismo de uno u otro modo. El sacrificio de Soma es un «rito misterioso» (gambhiram adhvaram, Satapatha Brahmana III.9.4.5 adhvara, literalmente «no-una-matanza», lo cual alude sin duda a la naturaleza del sacrificio, en el que la víctima es matada pero revivificada, y el sacrificador moriría si no fuera redimido). «Tales, ciertamente, son las espesuras y barrancos del sacrificio (yajnaranyani yajna-ksatráni (¿por khatrani ?) )… y si alguien entra en ellos ignorantemente, entonces el hambre y la sed, los malhechores y los demonios le acosan. pero si entran Comprehensores, pasan de una tarea a otra, como de una corriente a otra, de un refugio a otro, y obtienen la bienaventuranza, el mundo del cielo» (Satapatha Brahmana XII.2.3.12); «las vías entre el cielo y la tierra son peligrosas» (Satapatha Brahmana II.3.4.37); «el sacrificio es como filo de navaja, y (el que sacrifica) deviene rápidamente santo o perece» (punyo va bhavati pra va miyate, Taittiriya Samhita II.5.5.6). (AKCMeta)