El Universo es el producto del Pensamiento, o de la Imaginación Creativa. «Desde ese Éter, sólo Él, Brahma, despierta Esto, la medida de ( Su ) pensamiento ( ceta-matram )… la confluencia es sólo un pensamiento» ( cittam eva hi samsaram, Maitri Upanishad VI.17 y 34.3 ). En otras palabras, su realidad, que hay que distinguir de su apariencia, es la de «la pintura del mundo ( jagac-citra ) pintada por el Sí mismo o Espíritu Supremo ( paramatman ) en el lienzo de Sí mismo, y en cuya visión tiene una gran delectación» ( Sankaracharya, Shvatmanirupana, 95 ). Ciertamente, esta «delectación» está implícita en la palabra cittam misma, que, como manas, tiene un sentido conativo tanto como cognitivo, como en nuestra propia expresión «tener intención de», es decir, «querer», o como cuando, inversamente, «no tener intención» expresa indiferencia. Por una parte, el concepto de la «pintura del mundo» implica la distinción platónica de los mundos inteligible y sensible — uno «allí», el otro «aquí», como lo expresan los idiomas tanto griego como sánscrito, pero que han de reunirse dentro de vosotros — y por otra, la de una creación divina per artem et ex voluntate. Es este último concepto el que nos interesa aquí, pues como en otras tradiciones, así en la India, la operación del artista humano se asimila a la de la Naturaleza divina. De aquí el interés del pasaje que se examina abajo, en el que, por medio de un juego de palabras citta, mente, y citta ( en sánscrito, citra ), a la vez pensamiento y arte, se ven como actos de imaginación creativa.
El texto aparece en la Atthasalini, para 203 ( edic. PTS., p. 64 ); en la traducción, p. 86, el pasaje consiste en una respuesta a la pregunta, «¿Cómo produce la mente ( citta ) sus diversos efectos?» con un juego de las palabras citta, mente, y citta, pintura; la respuesta es, «De la misma manera que el pintor crea con su imaginación ( cintetva ) la apariencia de muchas formas y colores en una pintura ( citta )». En una medida muy amplia la traducción yerra el punto y confunde el resultado: así, el uso de la palabra «artístico» es indefinido, y no pone de relieve el paralelo entre la actividad general de la consciencia y el funcionamiento especial de la intuición estética. En cuanto al significado del interesante término carana, que designa pinturas de un tipo particular, nosotros sólo podemos estar seguros de que una pintura llamada así estaba plenamente coloreada y contenía muchas figuras o formas, de las cuales, aparentemente, las más importantes se ponían primero, y después servían como una guía para el resto de la composición ( ningún otro texto nos muestra al pintor en el acto de considerar su composición ); pero es casi cierto que carana-citta representa el equivalente budista del término mejor conocido yamapata. La teoría estética, de que la actividad creativa ( intuición, citta-sañña ) se completa antes de que se emprenda cualquier acto físico, es enteramente paralela a la de Croce. El pasaje, como un todo, nos recuerda a otro del capítulo sexto de la Pañcadasi , en el que, la creencia ignorante en la realidad de los fenómenos, se iguala a la interpretación puramente convencional, como materiales, de las vestiduras pintadas en una pintura, en el mismo sentido en el que es «material» la tela sobre la que se pinta una pintura; y en ambos casos, y también en el Mahayana Sutralankara de Asanga, XIII.17, el origen mental de las apariencias se ilustra con una comparación con la pintura.
Ofrezco ahora una traducción del pasaje de la Atthasalini, y he intentado hacerla tan literal y tan carente de ambigüedad como para reducir al mínimo la necesidad de un examen de las palabras: ( En respuesta a la pregunta «¿cómo produce la mente sus diversos efectos?» ): «Por el proceso de la pintura ( cittakarana ). No hay ningún tipo de arte decorativo ( citta-kamma ) en el mundo más vario y pictórico ( cittatara ) que la pintura ( citta ). ¿Y hay algo tan variado ( aticitta ) como el tipo de pintura llamado carana? En la ( mente de los ) pintores ( cittakaranam ) surge ( uppajati ) un concepto mental ( cittasañña ) de que tal obra, de que “Tales y tales formas ( rupani ) deben hacerse ( katabbani ) de tales y tales maneras”. Dibujando ( lekha ), imprimando ( gahana, literalmente “agarrando” ), coloreando ( rañjana ), agregando luces subidas ( ujjotana ), y sombreando ( vattana ), etc., debidamente realizadas, de acuerdo con este concepto mental ( cittasañña ), surgen ( uppajjanti ) las pinturas acabadas ( cittakiriya ); así, en el tipo de pintura conocido como carana resulta una cierta forma multicoloreada ( vicittarupa ); entonces, pensando ( cintetva ) “Que sobre esta forma ( rupa ), sea esto; que debajo, sea esto; que a ambos lados, sea esto”, es así como vienen a ser igualmente, de acuerdo con la operación de la mente ( cintitena kammena ), las restantes formas pintadas ( cittarupani )».
«De esta manera, todos los diferentes ( vicitta ) tipos de arte ( sippa ) que hay en el mundo son producidos por la mente. Y debido a su capacidad de producir efectos diferentes en la acción, la mente ( citta ) misma es una “pintura” ( citta ) — ciertamente, es incluso más variada y pictórica ( cittatara ) que la pintura ( citta ), porque en la pintura la concepción no se realiza perfectamente ( mientras que las pinturas que hace la mente no tienen falta ). Así pues, ha dicho el Bienaventurado “Oh Bikkhus, ¿habéis visto una pintura del tipo llamado carana?” “Sí, oh Señor”. “Bikkhus, esa pintura carana fue concebida por la mente. Ciertamente, oh Bikkhus, la mente es incluso más variada y pictórica ( cittatara ) que esa pintura carana”».
Las traducciones de pintura carana por «obra maestra» o «pieza de exposición» en el PTS Kindred Sayings III.128 importan un significado extranjero al original. El comentario sobre Samyutta Nikaya III.151, caranam nama cittam explica allí que «hay heréticos brahmanes que, habiendo preparado una barraca de tela ( pata-kotthaka ), y habiendo pintado ( lekhapitva ) en ella representaciones de todos los tipos de felicidad y de miseria conectados con la existencia en el cielo o en el infierno, toman consigo esta pintura y viajan por todas partes ( vi-caranti ), señalando: Si hacéis esto, tendréis esto; si hacéis eso, tendréis eso». En otras palabras, carana-citta es una pintura itinerante, una exposición viajera, que trata una gran variedad de temas. En tanto que tales pinturas tratan de las circunstancias de la vida futura también se las llama comúnmente yama-pata, puesto que Yama es el gobernante de los muertos.
Ujjotana y vattana, como se interpretan arriba, corresponden exactamente a lo que se encuentra en Ajanta. Como observa Goloubew, «Se ha dicho que los decoradores de Ajanta ignoraban el empleo de las sombras. Esto es inexacto. En realidad, estos artistas sombreaban a la manera de los pintores greco-romanos y sirios. La arista de la nariz, el modelado de las pupilas semicerradas, el hueco de las sienes, la prominencia del labio inferior se indican por medio de tintes profundos, mientras que resaltes discretos acusan los contornos de las orejas, el dibujo de los orificios de la nariz, la forma de la frente. En las representaciones femeninas, semitintes apenas perceptibles hacen que destaque la redondez pletórica de los senos y la flexibilidad suave de las caderas».