Coomaraswamy (Aurora) – Processão das Auroras

Puede reconocerse otra versión de la procesión de las Auroras en la historia de Apâlâ, cuyo nombre significa “sin protección”, es decir, mujer libre y sin marido. En el himno en cuestión ( VIII, 91 ), Indra representa al Sol —es descrito con términos propiamente solares- y la joven hija ( kanyâ ), que es hostil a su ( antiguo ) marido ( patidvishah )1 , se pregunta: “¿Y si nos fuéramos con Indra y nos desposáramos con él?”2 . Ella le ofrece el Soma, es decir, cumple para él un sacrificio virtual3 , y le pide que haga implantar una cabellera en la cabeza ( calva ) de su padre, sobre su campo y sobre su propio cuerpo, “aquí, por debajo de la cintura”, a fin de restaurar la fertilidad del universo4 —la referencia a su propio cuerpo indica su extrema juventud. Indra hace pasar a Apâlâ por los tres agujeros ( kha )5 de su carro ( solar ), y, purificándola ( pûtvî ) así, le da una “piel solar” ( sûryat-vacam )6 . Según la muy inteligible leyenda citada por Sayana, Apâlâ, hija de Atri, sufre realmente de una “enfermedad cutánea”7 , y las tres pieles que Indra le quita se transforman en reptiles. Según el Jaiminiya Brahmana ( I, 220 ), Apâlâ deseaba ser liberada de su “mal color” ( pâpam varnam ). Tras las dos primeras purificaciones, se transformó sucesivamente en un lagarto ( godhâ ) y en un camaleón ( krikâlasa ), pero después de la tercera quedó samshvishtikâ ( evidentemente “blanqueada”; en la versión del Shâtyayana Brâhmana se lee samshlishtikâ, “que atrae las caricias” ) y su forma es llamada “la más bella de las formas”. De acuerdo con la versión similar del Panchavimsha Brahmana ( IX, 2, 14 ), “había una Angirasî llamada Akûpârâ ( lit. idéntica a “Aditi“, “In-finita” ). Su piel era semejante a la de un lagarto ( i. e. de reptil y escamosa ). Indra, habiéndola purificado tres veces por medio del sâman ( llamado akûpârâ ), le hizo una piel solar; en verdad, era lo que ella deseaba”.

La descripción del vestido “manchado” rechazado por Surya es significativa: “rudo, raído, patético, venenoso e incomible” ( X, 85, 34 ); la curiosa expresión “incomible” ( na… attavê ) se halla también en el Atharva Veda ( I, 11, 4 ), donde se dice que el corión ( jarâyu, término aplicado a la muda de una serpiente, cf. ibid., I, 27, 1 ) es “un alimento para los perros” ( shunê… attavê ). En cualquier caso, está claro que las viejas pieles son reemplazadas por una piel gloriosa que hace a Apâlâ digna de ser la esposa de Indra8 —o a Surya la del Sol.


NOTAS

1 El marido ( pati ) con quien está en desacuerdo es ciertamente el Gandharva, el celoso protector de las vírgenes, cf. X, 85, 21-22: “Vete de aquí, Vishvâvasu, esta joven tiene marido… Búscate otra virgen consentidora que viva con su padre”. Lo cual puede relacionarse con X, 95, 2, donde Urvashi ( que corresponde a Ushas, a Surya y a Apâlâ, como Purûravas a Sûrya y a Indra ), al abandonar a Purûravas, le dice: “Te dejo como la primera de las Auroras”. Según el Brâhmana y las demás versiones de la leyenda ( en particular X, 95 ), sabemos que Urvashi vuelve al mundo de los Gandharvas ( la “Asunción de la Virgen” ), y sólo cuando han terminado los sacrificios anuales Purûravas recobra su estado de Gandharva y se reúne con su esposa inmortal. Purûravas es “mortal”, no como un hombre es mortal con respecto a los dêvas, sino como los propios dêvas son mortales con respecto a los asuras, como Mitra lo es en relación a Varuna ( I, 164, 38 y X, 85, 17-18 ); es el “dios que muere”, el Año, el padre de la “Vida” ( âyus ).
2 El comportamiento de Apâlâ corresponde al impudor de la Aurora; el Rig-Veda, passim, compara a ésta con una bailarina que descubre sus senos o que muestra sus encantos ( I, 94, 4; I, 124, 3-4; VI, 64, 2 ), o la describe levantándose como al salir del baño ( V, 80, 5-6; el encuentro entre Apâlâ e Indra tiene igualmente lugar cerca de un río al que, según Sayana, ella había ido para tomar su baño matinal ). Urvashi y sus hermanas apsaras son descritas de la misma forma ( X, 95, 9 ). Cf. VIII, 80, 2, con respecto a la Aurora: “Joven e impúdica, ella avanza; ha venido a cobrar conocimiento del Sol, del sacrificio y de Agni“, y Jaiminiya Upanishad Brahmana, I, 56: “Al principio la mujer erraba en las olas, buscando apasionadamente un marido” ( strî… samcarantî icchantî salilê patim, quizá un recuerdo de Rg Veda Samhita., V, 37, 3, vadhur iyam patim icchanti, “Esta mujer deseaba un marido”, de la que Indra hizo su reina principal ). La audacia de la mujer, cuyo recuerdo sobrevive en las alusiones de los textos posteriores a la inconstancia de Shrî Lakshmî, está admirablemente ilustrada en las más antiguas representaciones de las apsaras ( la mejor es quizá la del Museo de Mathura ).
3 “Ella purifica el licor ( surâ ), tu soma, ella, la hija de Sûrya”, Vajasaneyi Samhita., XIX, 4; el Shatapatha Brahmana Añade. “La hija de Sûrya es con seguridad Shraddhâ, y por la fe ( shraddhâ ) el licor se convierte en el jugo de Soma” ( XII, 7, 3, 11, cf. Rg Veda Samhita., IX, 1, 6 ). En Jaiminiya Brahmana, I, 220, Apâlâ exprime el soma entre sus dientes, haciendo un ruido similar al de las piedras de exprimir el soma, e Indra lo bebe en sus labios. Para aquel que, habiendo comprendido esto, besa la boca de una mujer, ésta será un trago de soma. ( Es el tema del “Noble Besar”, ver A. K. C., “La esposa repelente“, aquí cap. IV ).
4 Cf. Rg Veda Samhita., VIII, 21, 3, Atharva Veda, XIV, 2, 14, Taittiriya Samhita., VII, 4, 3, Pancavimsa Brahmana, XX, 14, 5, Shatapatha Brahmana, II, 2, 4, 3, Mundaka Upanixade, I, 1, 7. En Atharva Veda, III, 17, 5: “Tvashtri casó a su hija, y todo este universo avanzó” ( idam vishvam bhuvanam vi yâti ); a pesar de la traducción de Bloomfield ( JAOS., 1896, p. 183 ), persisto en creer que vi yâti es intransitivo y tiene a vishvam bhuvanam por sujeto. En el mismo sentido, Urvashi “aporta riqueza a su suegro cuando, desde la casa de al lado, ella visita a su amante ( ushah, m. ) y allí encuentra 1” ( X, 95, 4 ); la “casa de al lado” es el mundo de los Gandharvas, el mundo interior; cf. la referencia al origen de Vac ( la Palabra ) en “la casa de otro”, X, 109, 4.
5Apâlâ es introducida tres veces: “a través del orificio del carro, del orificio de la carreta y del orificio de la yunta” ( khê rathasya, khê anasah, khê yugasya ). En Jaiminiya Upanishad Brahmana, I, 3, los kha anasha y kha rathasya son identificados con el divash chidra, el “agujero en el cielo” que está “enteramente disimulado por los rayos”; es el Sol, por cuyo centro el Conocedor “escapa definitivamente” ( atimucyatê ); cf. CUp, VIII, 6, 5, donde el Sol es llamado la “puerta de los mundos” ( lokadvâra ), y Rg Veda Samhita, V, 81, 2, donde el Sol “libera las formas de todas las cosas”. Es evidente que la salida y la entrada son idénticas ( cf. San Juan, X, 9 ( Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto; trad. Biblia de Jerusalén ) ); ser introducido por el agujero del carro es nacer en los mundos, y salir por este mismo agujero equivale a morir, bien sea esta muerte temporal o definitiva. Para la descripción del orificio axial como “disimulado por los rayos”, cf. X, 132, 6: “Lavadla ( a Aditi ) con los rayos del Sol“.
Kha rathasya, kha anasah y kha yugasya son, sin duda alguna, expresiones equivalentes; se trata siempre del kha que es “el agujero de la rueda a través del cual pasa el eje”, cf. “Kha and other words denoting “Zero” in connection with the Metaphysics of Space“, 1934 ( trad. fr. en el apéndice a A. K. Coomaraswamy, Le Temps et l’Eternité, 1976; trad. cast.: “Kha y otras palabras que significan “cero”, y su relación con la metafísica del espacio, en A. K. Coomaraswamy, EL TIEMPO Y LA ETERNIDAD, Taurus, Madrid, 1980, pp. 135-150 ). Pero, incluso aunque se pretenda, como Sayana, que deben entenderse como tres pequeñas aperturas sucesivas en diferentes partes del carro ( lo que parece improbable ), no se deduce de ello en absoluto que las tres operaciones que conducen a la “liberación” tengan lugar al mismo tiempo; lo que en todo caso comprendemos es que Indra pasa por tres veces a Apâlâ por el “orificio de su carro”, o, dicho de otro modo, que la hace nacer tres veces, como en la historia de Sujâtâ. Cf. khâd-iva yoni-jâtah, en wp-em:Buddhacarita, I, 30.
Después de haber escrito lo anterior, he encontrado en Jaiminiya Brahmana, II, 419: yathâ rathanâbhau arâh pratishthâ, “cuando los rayos están fijos en medio del carro”, y, puesto que el “medio del carro” no puede ser sino el “medio de la rueda del carro”, podemos concluir que el “agujero del carro”, kha rathasya, significa “el agujero de la rueda del carro”, tal como exige el sentido del texto. Existe un rito análogo que emplea “piedras en forma de anillos”, consideradas como yonis o símbolos femeninos de generación; quienes han pasado a través de estas piedras han “nacido de nuevo”, por así decir. En realidad, se trata de representaciones simbólicas del loka-dvâra solar por el que “se escapa definitivamente”, como puede reconocerse en el caso del célebre ejemplo de Shatruñjaya, donde la apertura del interior de la piedra es llamada “puerta de la liberación” ( mukti-dvâra ). ( Sobre este simbolismo, ver A. K. C., “Svayamâtrinnâ: Janua Coeli”, en Zalmoxis, II, 1939 ).

6 Sobre el término sûryatvacam, cf. Atharva Veda, II, 2, 1, donde el Gandharva Vishvâvasu ( = Vêna, el Sol, ibid., II, 1 ) luce una “piel solar” ( sûrya-tvak ); en Pancavimsa Brahmana, XXIII, 16, 5, donde los sacrificadores “se confeccionan una piel” ( tvacam êva kurutê ), debe entenderse que se trata de una “piel solar”; lo mismo para aquellos que “tienen una piel solar” en Vajasaneyi Samhita, X, 4.
7 De Ghoshâ, que desea conquistar a Arjuna en I, 122, 5 ( Arjuna = Indra, cf. n. 5 ), Sayana dice que es leprosa ( coment. I, 117, 7 ).
8 Cf. Atharva Veda, XII, 1, 37: “Ella ( la Tierra ), purificada, habiendo rechazado a la serpiente… escogió a Indra y no a Vritra, se reservó para Indra, el Potente, el Toro viril”, cf. Jaiminiya Upanishad Brahmana, I, 50. En Aitareya Brahmana, IV, 4, el mal es comparado con una piel que se adhiere al hombre y que debe rechazarse. ( Este tema del “rechazo de la piel” se encuentra en san Pablo, con el “despojamiento del hombre viejo”. La Epístola a los Romanos ( XIII, 12 ) contiene por lo demás un pasaje que se refiere de cerca de nuestro tema: La noche está avanzada. El día se avecina. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. El rechazo de la piel está igualmente implícito en la circuncisión ( que san Pablo reemplaza por el bautismo, Ep. a los Colosenses, II, 11 ( en él también fuisteis circuncidados con la circuncisión no quirúrgica, sino mediante el despojo de vuestro cuerpo mortal, por la circuncisión en Cristo; trad. Biblia de Jerusalén ) ). —A propósito de la circuncisión entre los dogones, Marcel Griaule advierte que “El Nommo circuncida al hombre, eliminando así en él toda la feminidad del prepucio. Pero éste se metamorfosea en un animal… que está relacionado con las serpientes”. Este animal, cuyo nombre significa “sol”, sería “una especie de lagarto blanco y negro, como la cobertura de los muertos”, Dieu d’eau, 1966, p. 20, cf. p. 151-152 ). Sobre la “piel solar” ( sûryâ-tvacam ), cf. Atharva Veda, II, 2, 1, donde el Gandharva Vishvâvasu ( = Vêna, el Sol ) posee él mismo una “piel solar”; en Pancavimsa Brahmana, XXIII, 16, 5, los sacrificadores “hacen una piel para sí mismos” ( tvacam êva kurutê ), es decir, una piel solar, cf. Vajasaneyi Samhita., X, 4. El conjunto de las purificaciones de Apâlâ puede ser comparado con las que cumplen el Sâman y la Rik antes de la consumación de su unión secreta ( Jaiminiya Upanishad Brahmana, I, 54 ). En este ejemplo ( análogo en muchos aspectos al de Yama y Yamî, Rg Veda Samhita., X, 10, pero que aquí “acaba bien” ), lo que Rik retira y rechaza ( pratyauhat ) se transforma en la “visión de los seres vivos” ( dhîr êva prajânâm êva ), y este pasaje constituye, además, un relato de la creación.

  1. hedone|placer 

Ananda Coomaraswamy