Guénon Fortune

René Guénon — Dion Fortune

38.- Longfield Beatty. The Garden of the Golden Flower. (Rider and Co., London).- Este libro, cuyo título mismo es una alusión manifiesta a la interpretación del Secreto de la Flor de Oro dada por C. G. Jung, es un ejemplo característico de la lamentable influencia ejercida por las concepciones psicoanalíticas sobre aquellos que quieren ocuparse de simbolismo sin poseer datos tradicionales suficientes. Sin duda, el autor entiende ir más lejos que los psicoanalistas y no limitarse al solo dominio reconocido por ellos, pero no deja de considerar menos a Freud y sus discípulos, y también a Frazer por otro lado, como “autoridades incontestadas” en su orden, lo que no puede más que proporcionarle un mal punto de partida. Si la tesis se limitara a considerar dos principios complementarios, así como su unión y lo que de ahí resulta, y a buscar reencontrar esos tres términos en los diferentes “niveles” que él llama respectivamente, “físico”, “místico” (?) y espiritual, no habría ciertamente nada que objetar, puesto que ello es efectivamente conforme a las enseñanzas de toda cosmología tradicional; pero entonces no habría evidentemente ninguna necesidad de apelar al psicoanálisis, ni por lo demás a teorías psicológicas cualesquiera que sean. Solamente que la influencia de éstas, y también la del “tótem” y del “tabú”, aparecen a cada instante en la manera especial como estas cuestiones son tratadas; el autor ¿no llega hasta a hacer del “inconsciente” la fuente de todo simbolismo y del demasiado famoso “complejo de Edipo” (cualesquiera que sean, por otro lado, los esfuerzos que hace para “espiritualizar” su significado) el punto central de todas sus explicaciones. Las que da respecto a los “héroes solares” y otros “mitos” y “leyendas”, y que forman la mayor parte de la obra, son además, de modo general, extremadamente confusas, y él mismo no parece siempre muy seguro de su exactitud; se tiene la impresión de que intenta proceder por una serie de aproximaciones sucesivas, sin que se pueda ver claramente a qué le conducen; y las correspondencias sobre todo embrolladas y frecuentemente dudosas que indica en diversos cuadros (él los llama singularmente “ecuaciones”) apenas aclaran la exposición. Añadamos aún que, sobre las doctrinas tradicionales mismas, su información, a juzgar por la bibliografía colocada al final del libro, parece ser muy restringida y no provenir demasiado frecuentemente más que de escritos muy poco dignos de confianza a este respecto; como los de los teosofistas, por ejemplo, (la Doctrina Secreta, de la Sra. Blavatsky, etc., el Cristianismo Esotérico de la Sra. Besant), o aún la Qabbalah Mística, de Dion Fortune, de la que hablamos aquí en otra ocasión (n de diciembre de — Comptes Rendus); su conocimiento de la tradición extremo oriental parece reducirse casi a la Creative Energy de Mears, que es una interpretación “cristianizada” y no poco fabuladora del Yi-King; todo ello es sin duda muy insuficiente, pero, en el fondo, es esta insuficiencia misma la que explica que haya podido dejarse seducir tan fácilmente por el psicoanálisis… No insistiremos más largamente, pero anotaremos sin embargo aún que la extraña idea de un Anticristo femenino, que él ha sacado del Gospel of the Witches de Leland y a la cual atribuye cierta importancia, pues vuelve sobre ella en varias ocasiones, ¡no representa mejores garantías que el resto desde el punto d vista auténticamente tradicional! El Teosofismo : RESEÑAS DE LIBROS — Mayo de 1946

30.- La revista Action et Pensée (n de diciembre), contiene un artículo del Sr. Jean Herbert titulado Metafísica y Psicagogía; este último término está tomado del programa mismo de la revista, donde se encuentra a este propósito un contrasentido verdaderamente increíble: la palabra psyché es traducida por “espíritu”; uno se pregunta lo que puede significar “conducir el espíritu”, ¡mientras que es al contrario el espíritu el que necesariamente conduce todas las cosas! En realidad, bien entendido, no es del espíritu de lo que aquí se trata, y es precisamente porque esta “psicagogía” no tiene ninguna relación, ni en cuanto a su dominio ni en cuanto a su finalidad, con los métodos hindúes del yoga u otros; nos hemos explicado suficientemente en otros lugares sobre esta deplorable confusión, a la cual viene todavía a añadirse aquí la de la metafísica con la filosofía: la verdadera metafísica no tiene desde luego nada que ver con “hipótesis” ni con “creencias” cualesquiera… Otro punto sobre el cual debemos detenernos es el que concierne a la necesidad de un gurú: J. Herbert no yerra al pensar que “hay largas etapas preparatorias durante las cuales uno se puede en amplia medida remitir a las enseñanzas escritas de maestros auténticos” (hechas todas las reservas sobre la posibilidad de encontrar incluso tales enseñanzas no deformadas en Occidente, y sobre todo sobre la cualidad de “maestro auténtico” atribuida a Vivêkânanda); tal es propiamente una fase de preparación teórica que puede ser cumplida de manera independiente; pero, para lo que debe venir a continuación. El Sr. Herbert parece hacer consistir únicamente el papel del gurú en una adaptación de la “técnica” a cada caso particular, mientras que su función verdaderamente esencial, la que hace su intervención rigurosamente indispensable, es ante todo asegurar la transmisión iniciática regular, a la cual no se hace aquí la menor alusión. En fin, una nota referente a la Qabbalah mística de Dion Fortune, de la cual hablamos últimamente, muestra que, desgraciadamente, el Sr. Herbert no está informado sobre lo que valen realmente las “disciplinas occidentales” de este tipo…- El resto de la parte dedicada a la “filosofía hindú moderna” comprende sobre todo, esta vez, extractos de diversos escritos de Shrî Aurobindo, cuyas intenciones nada tienen ciertamente en común con la “psicología” ni con la terapéutica de las enfermedades nerviosas o mentales, ni incluso con la “conducta de la vida” entendida en la acepción totalmente profana de los psicólogos occidentales. El Teosofismo : RESEÑAS DE REVISTAS — Febrero de 1938


Perenialistas – Referências