Coomaraswamy (HB) – Budismo Doutrina

En la pregunta del Buddha, citada más atrás, «¿No es mejor si vosotros buscáis el Sí mismo?», se precisa claramente el contraste entre el verbo en plural y su objeto en singular. Es sólo Uno que los muchos tienen que encontrar. Vamos a considerar algunos de los otros muchos contextos budistas en los que se contrastan nuestros sí mismos, a saber, respectivamente el compuesto y mortal y el simple e inmortal. De la misma manera que se había formulado en los libros brahmánicos, aquí también se formula la pregunta, «¿Por cual sí mismo (kena atmana) alcanza uno el mundo de Brahma?». La respuesta se da en otro pasaje, donde, la fórmula descriptiva usual del estado del Arhat, concluye, «con el Sí mismo que es Brahma-devenido» (Brahma-bhutena-atmana); justamente como en la Upanishad, «Es como Brahma como él retorna a Brahma». «Desde ese mundo no hay ningún retorno (punar avartana) por una necesidad de renacimiento». Otros pasajes distinguen entre Gran Sí mismo (mahatman) y el pequeño sí mismo (alpatman), o entre el Sí mismo Limpio (kalyanatman) y el sí mismo sucio (papatman); el primero es el juez del segundo. «El Sí mismo es el Señor del sí mismo, y su meta». En el dicho, «Para el que ha llegado, ya no hay nada más querido que el Sí mismo», reconocemos la doctrina de las Upanishad de que «sólo el Sí mismo es verdaderamente querido», el «Ama a tu Sí mismo» hermético, y la doctrina cristiana de que «Un hombre, por caridad, debe amarse a sí mismo más que a toda otra persona»10 , es decir, a ese Sí mismo por cuyo amor debe negarse a sí mismo11 .

En la doctrina brahmánica, nuestro Sí mismo y Persona interior, inmortal, impasible, beatífico, uno y el mismo en todos los seres, es el Brahma inmanente, Dios dentro de vosotros12 . Él no viene de ninguna parte ni deviene alguien. «Eso» es; pero nada más que sea verdadero puede decirse de ello: «Tú no puedes conocer al hacedor del conocer lo que se conoce, que es tu Sí mismo en todas las cosas». De la misma manera que Dios mismo no conoce lo que él es, debido a que él no es ningún que (Escoto Esriugena) que conocer. La doctrina budista procede de la misma manera, por eliminación. Nuestra propia constitución y la del mundo se analiza repetidamente, y a la enumeración de cada uno de los cinco factores físicos y mentales de la personalidad transitoria, con los que las «muchedumbres sin enseñar» se identifican a «sí mismos», sigue el pronunciamiento «Eso no es mi sí mismo» (na ME so atma)15 . Se observará que entre estas mentalidades infantiles, que se identifican a sí mismos con sus accidentes, el Buddha habría incluido a Descartes, con su Cogito ergo sum16 . (AKCHB)


NOTAS:

10Santo Tomás de Aquino, «Sum. Theol.» II-II. 26.4; ver Dh. 166 (el primer deber del hombre es trabajar su propia salvación).
AV. 90 y passim, Brahma-cariya se traduce por «Vida de Brahma» (F. L. Woodward en su traducción de Anguttara Nikaya).
11 Cf. Platón, Leyes 903 D, «El alma, al estar unida ora con un cuerpo, ora con otro, sufre todo tipo de cambios.» Cf. San Agustín, Sermones CCXLI.3.3 — sobre «la mutabilidad del alma y del cuerpo», y — «la creencia en el alma es más peligrosa que la creencia en el cuerpo».
12 (…) Esta doctrina de una única «Alma» o «Sí mismo», detrás de lo que parecen ser nuestras muchas almas o sí mismos diferentes, puede reconocerse en Platón (notablemente en Menón 81, donde se describe el nacimiento universal y la consecuente omnisciencia del «Alma Inmortal», cf. nota 241), en Plotino (Eneadas IV.9 passim, sobre la «reducción de todas las almas a una»), y en Hermes (Lib. V. 10 A, «sin cuerpo, y a la vez con muchos cuerpos, o más bien presente en todos los cuerpos»; cf. KU. II.22 asarlram sariresu; y KU. V.12 sarvabhütantaratma, «la esencia de todos los seres»). La misma doctrina sobrevive en Dionisio, a saber, «el Ser que penetra todas las cosas a la vez, aunque no es afectado por ellas (De div. nom. II.10).
15 A. II.177 «Yo no soy nada de un alguien en ninguna parte, ni hay en ninguna parte algo de mí»; similarmente M. II.263, 264; Sn. 950. 951. Plotino Eneadas VI.9.10 «Pero este hombre ahora ha devenido otro, y ni es él mismo ni suyo propio». Cf. mi Ákimcañña: La Anonadación de Sí mismo». Cf. también The Cloud of Unknowing, cap. 68 «¿Qué es este por todas partes y este algo, en comparación de este ninguna parte y esta nada?».
16 Si en S. III.105 donde upadaya asmlti se iguala a cogito ergo sum, aunque rüpam, vedanam, saññanam, sankhare y viññanam son anicca, ¿cómo, entonces, «asmi»?.