El Sol y la Luna, el Soplo y la Substancia, son un par progenitivo (Prasna Upanishad I.4.5, cf. Plutarco, Moralia 368D). Su matrimonio está implícito probablemente en Rg Veda Samhita LXXXV.18, 19 (cf. A. A. Macdonell y A. B Keith, Vedic Index of Names and Subjects, Londres, 1912, s.v. candra), y en la palabra amavasya misma. Para material comparativo, cf. Ernest Siecke, Die Liebesgeschichte des Himmels, Estrasburgo, 1892. Amor y Muerte son una única persona. Hay conexiones inseparables entre la iniciación, el matrimonio y la muerte, y la asimilación alimenticia; la palabra maridaje (matrimonio) misma parece contener mer (sánscrito mr, morir, cf. maryah, jóvenes maridables); y muchas de las palabras usadas en nuestros textos con respecto a la unificación de los muchos en el uno implican a la vez la muerte y el matrimonio, por ejemplo, api-i, eko bhu, sambhu, samgam, samdha; cf. teleo, ser perfecto, estar casado, morir.
Cf. Coomaraswamy, «DOS PASAJES EN EL PARADISO DE DANTE» y «El rapto de una Nagi». (Desde otro punto de vista, la coitación (samagamana) del Sol (Mitra) y la Luna (Varuna) en la noche de su cohabitación (amavasya), se llama un maridaje de las lunas llena y menguante, en el que la luna llena se identifica con Varuna y la luna menguante con Mitra (ver Satapatha Brahmana II.4.4.17-19): debido precisamente a que la luna menguante es asimilada por el Sol, y a que lo que se come se llama con el nombre del comedor (ver Satapatha Brahmana X.6.2.1, con referencia especifica al Sol y a la Luna). Esto es lo mismo que el tragado del Vrtra lunar por el Indra solar en «la noche de su cohabitación» (cf. Kausitaki Brahmana III.5); por lo tanto, Vrtra ha de verse como la esposa de Indra —«La Potencialidad ha obtenido pies (es decir, se ha despojado de su naturaleza ofidiana) y, como una esposa, jaya con su Senor» (Rg Veda Samhita X.85.29). En el lenguaje erótico, ser «matado» y estar en la gloría son una y la misma cosa. Ahora vemos que es lo qué el «héroe» deja de hacer en la historia de la Senora de la Tierra en «The Earthly Paradise». Y vemos nuevamente que el maridaje (matrimonio) es una asimilación de principios hostiles, y que ser asimilado es morir. El alma (que, como el Maestro Eckhart dice, debe «entregarse a la muerte») ha de considerarse como la Esposa de Cristo, precisamente en todos estos sentidos. ¿Podemos pues sorprendernos de que Vincent de Beauvais hablara de la ferocitas de Cristo?). [AKCMeta]