René Guénon — O SIMBOLISMO DA CRUZ
GUERRA E PAZ
Aunque esto pueda parecer una digresión, lo que acaba de decirse sobre la ” paz ” que reside en el punto central nos lleva a hablar un poco de otro simbolismo, el de la guerra, al que ya hemos hecho algunas alusiones en otra parte1 . Este simbolismo se encuentra concretamente en la Bhagavad Gita : la batalla de la que se trata en este libro representa la acción, de una manera enteramente general, bajo una forma por lo demás apropiada a la naturaleza y a la función de los kshatriyas a quienes está destinado más especialmente (v. Arjuna). El campo de batalla ( kshêtra ) es el dominio de la acción, en el que el individuo desarrolla sus posibilidades, y que es figurado por el plano horizontal en el simbolismo geométrico ; se trata aquí del estado humano, pero la misma representación podría aplicarse a todo otro estado de manifestación, igualmente sometido, si no a la acción propiamente dicha, al menos al cambio y a la multiplicidad . Esta concepción no se encuentra solo en la doctrina hindú, sino también en la doctrina islámica, ya que tal es exactamente el sentido real de la ” guerra santa ” ( jihad ) ; su aplicación social y exterior no es más que secundaria, y lo que lo muestra bien, es que ella constituye solo la ” guerra santa menor ” ( El-jihâdul-açghar ), mientras que la ” guerra santa mayor ” ( El-jihâdul-akbar ) es de orden puramente interior y espiritual2 .
[…]
Para el que ha llegado a realizar perfectamente la unidad en sí mismo, habiendo cesado toda oposición, el estado de guerra cesa también por eso mismo, puesto que ya no hay más que el orden absoluto, según el punto de vista total que está más allá de todos los puntos de vista particulares . A un tal ser, como ya se ha dicho precedentemente, nada puede dañarle en adelante, dado que ya no hay para él más enemigos, ni en él ni fuera de él ; la unidad, efectuada dentro, lo es también y simultáneamente fuera, o más bien ya no hay más ni dentro ni fuera, pues eso no es todavía más que una de esas oposiciones que en adelante se han desvanecido a su mirada3 . Establecido definitivamente en el centro de todas las cosas, ese ” es para sí mismo su propia ley ”4, porque su voluntad es una con el Querer universal ( la ” Voluntad del Cielo ” de la tradición extremo oriental, que se manifiesta efectivamente en el punto mismo donde reside este ser ) ; él ha obtenido la ” Gran Paz ” , que es verdaderamente, como lo hemos dicho, la ” Presencia divina ” ( Es-Sakînah, es decir, la inmanencia de la Divinidad en ese punto que es el ” Centro del Mundo ” ) ; al estar identificado, por su propia unificación, a la unidad principial misma, ve la unidad en todas las cosas y todas las cosas en la unidad, en la absoluta simultaneidad del ” eterno presente ” .
EL REY DEL MUNDO, cap . X, y AUTORIDAD ESPIRITUAL Y PODER TEMPORAL, cap . III y VIII . ↩
Esto se basa sobre un hadîth del Profeta que, a la vuelta de una expedición pronunció esta palabra: ” Hemos vuelto de la guerra santa menor a la guerra santa mayor ” ( rajanâ min el-jihâdil-açghar ilâ el-jihâdil-akbar ) . ↩
Según la tradición hindú, esta mirada es la del tercer ojo de Shiva, que representa el ” sentido de la eternidad ” , y cuya posesión efectiva está esencialmente implícita en la restauración del ” estado primordial ” ( ver EL HOMBRE Y SU DEVENIR SEGÚN EL VÊDÂNTA, cap . XX, y EL REY DEL MUNDO, cap . V y VII ) . ↩
Esta expresión está tomada al esoterismo islámico ; en el mismo sentido, la doctrina hindú habla del ser que ha llegado a este estado como swêchchhâchâri, es decir, ” que hace su propia voluntad ” . ↩