A fin de comprender el uso de términos que significan «espacio» (kha, akasa, antariksha, sunya, etc.) como símbolos verbales de cero (que representa la privación de número, y que, sin embargo, es una matriz del número en el sentido de 0 = x — x), debe entenderse que akasa, etc., representa primariamente un concepto no de espacio físico, sino de un espacio puramente principial sin dimensión, aunque es la matriz de la dimensión. Por ejemplo, «todos los seres surgen del espacio (akasad samapadyanta) y retornan adentro del espacio (akasam pratyastam yanti). Pues el espacio es más antiguo que ellos, antes que ellos y es su último reposo (parayanam)», Chandogya Upanishad I.9.1; «espacio es el nombre de la causa permisiva de la auto-integración individual (akaso vai nama namarupayor nirvahíta)», Chandogya Upanishad VIII.14; y de la misma manera que Indra «abre los espacios cerrados» (apihita khani), Rig Veda Samhita IV.28.1, así el Sí mismo «despierta este (cosmos) racional desde ese espacio (akasat esha khalu idam cetamatram dobhayati)», Maitri Upanishad VI.17; en otras palabras, ex nihilo fit. Además, el lugar de este «espacio» está «dentro de vosotros»: «lo que es el aspecto intrínseco de la expansión es la energía ígnea supernal en la vacuidad del hombre interior (tat svarupam nabhasah khe antarbhutasya yat param tejah)», Maitri Upanishad VII.11; y este mismo «espacio en el corazón» (antarhrdaya akasa), es el lugar (ayatana, vesma, nida, kosa, etc.) donde está depositado en secreto (guha nihitam) todo lo que es nuestro ya, o puede ser nuestro, sobre todos los planos (loka) de la experiencia (Chandogya Upanishad VIII.1.1-3). Al mismo tiempo, en Brhadaranyaka Upanishad V.1, este «espacio antiguo» (kha) se identifica con el Brahman y con el Espíritu (kham brahma, kham puranam, vayuram kham ití), y este Brahman es, al mismo tiempo también, un plenum o pleroma (purna) tal que «cuando el plenum se toma del plenum, el plenum permanece».
Aquí tenemos, precisamente, esa equivalencia de kha y purna, vacío y plenum, que se observó como sorprendente en la notación verbal de los matemáticos. Además, este pensamiento se repite casi literalmente cuando Bhaskara, en el Bijaganita, define el término ananta así: ayam ananto rasíh khahara ity ucyate. Asmin vikarah khahare na rasavapí pravishteshvapi nihsrteshu bahushvapi syal layasrshtikale ‘nante ‘cyute bhutaganesu yadvat, es decir, «Esta fracción cuyo denominador es cero, se llama una cantidad infinita. En esta cantidad, que consiste en eso que tiene como divisor cero, no hay ninguna alteración, por mucho que le sea sumado o substraído; de la misma manera, no hay ninguna alteración en el Infinito Inmutable (anante acyute) en el momento de la emanación o resolución de los mundos, aunque huestes enteras de seres sean emanadas o reabsorbidas».